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LA SOCIOLOGÍA POLÍTICA COMO CAMPO DE ESTUDIO MULTIDISCIPLINAR


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  2.380 Palabras (10 Páginas)  •  546 Visitas

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Desde los inicios del pensamiento sociológico se hace evidente que el estudio de la esfera de la política constituye un elemento central dentro de la reflexión de lo social. Así, de manera más o menos explícita, en todos los planteamientos clásicos subyace una doble convicción. Por una parte, se afirma que lo político no puede entenderse más que en su contexto social, el cual, además, posee un carácter profundamente histórico. Por otra parte, a este primer supuesto se añade la idea de que para comprender en toda su complejidad la naturaleza y las características de los sistemas sociales es preciso tener en cuenta las estructuras y lo procesos políticos que tienen lugar en su seno.

En torno al movimiento intelectual de la Ilustración empiezan a sentarse las bases de la moderna concepción sobre la relación entre sociedad y política; una concepción que sólo se hará posible a partir del momento en que la sociedad comienza a ser pensada como una realidad autónoma, como una realidad separada del Estado. La filosofía enciclopedista y los escritos de autores como Saint-Simon, A. Ferguson y, sobre todo, Hegel abren el camino para poder diferenciar estos dos conceptos y, por lo tanto, para poder considerar el ámbito social y político como esferas sometidas a estrechas relaciones mutuas. Se trata, pues, de una distinción clave para el desarrollo de la teoría política y del análisis sociológico contemporáneo que, además, está estrechamente vinculada con el surgimiento de la sociedad capitalista, la cual necesitaba para su desarrollo efectivo de la aparición y reconocimiento de un ámbito de actuación independiente del poder político, no sometido a sus reglas y normas.

A partir de estos momentos fundacionales se sucederán una serie de argumentaciones que tratan de profundizar desde distintas perspectivas y enfoques en el problema central de la relación entre lo político y lo social. Son dos los grandes temas o ámbitos de reflexión que, de alguna manera, permiten vertebrar las aportaciones que distintos autores y obras han ido realizando. El primer problema es el de la autonomía de lo político, en referencia al mayor o menor grado de independencia que este ámbito posea en relación con los factores económicos, sociales o ideológicos. Esta cuestión se encuentra en el origen de dos líneas clásicas de estudio. Por un lado, aquella que opta por la negación de dicha autonomía y por supeditar la explicación de los fenómenos políticos a factores de tipo económico o social. La teoría marxista, con su insistencia sobre la determinación que las relaciones de producción introducen tanto sobre la política como sobre el resto de áreas de la vida social. En el extremo opuesto se situaría la defensa de un cierto grado de autonomía de la política frente a los demás factores o dimensiones de la vida social. En este caso, se puede trazar una línea que partiría de la obra de Tocqueville y pasaría por la de los teóricos clásicos de las élite (Mosca y Pareto) para llegar hasta Weber, en la que los factores políticos constituyen elementos más o menos independientes en la comprensión de las características, las funciones y los procesos de transformación de las sociedades.

La segunda idea es la dicotomía del orden frente al cambio. El funcionalismo norteamericano de los años 50 y 60 constituiría el mejor ejemplo de aquellas concepciones que enfatizan las dimensiones de estabilidad e integración valorativa, mientras que la perspectiva del cambio estaría representada por las diferentes teorías del conflicto que empiezan a proliferar a partir de la segunda mitad de la década de los sesenta, cuando se hace patente el resurgimiento de importantes niveles de conflictividad sociopolítica en las sociedades industriales avanzadas.

Por otra parte, la práctica investigadora que se ha ido desarrollando en este campo ha abierto paso una definición de la política ciertamente laxa que trata de liberar a lo político de su exclusiva identificación con las instituciones estatales, apostando en cambio por considerar que es algo ubicuo en toda relación social. En este sentido, cada vez se extiende más el acuerdo de que "la política versa sobre la utilización y desarrollo del poder y puesto que el poder se genera en casi todo grupo social e institución, el alcance de la política es mucho mayor de lo que pudiera parecer en una primera aproximación". La centralidad de la noción de poder en los estudios sobre sociedad y política se constituye, así, en una de sus notas más características.

Aunque no podamos identificar completamente política y poder, el análisis de la primera desde la perspectiva de cómo se ejerce el poder en diferentes ámbitos y estructuras sociales delimita definitivamente un campo de estudio e investigación en el que es necesario integrar tanto las aportaciones provenientes desde la sociología como desde la ciencia política. Se trata, por consiguiente, de un espacio de reflexión que participa y está muy influido por las grandescontroversias teóricas que han centrado la investigación en ambas disciplinas. En cierto modo, se puede afirmar que resulta difícil comprender sus intereses y sus aportaciones sin prestar una especial atención a la historia de la teoría sociológica y de la teoría política. Pero, al mismo tiempo, estamos ante un campo en que la inevitable interdisciplinariedad de las ciencias sociales se hace particularmente evidente. La historia de la sociología política es la historia de la teoría sociológica y de la teoría política, pero es también el testimonio de las aportaciones que ha ido incorporando desde algunas de las ciencias sociales afines, entre las cuales hay que destacar la economía, la historia, la antropología social y la psicología social.

Esta manera de abordar el estudio de las relaciones entre sociedad y política tiene la clara ventaja de ampliar el objeto de estudio, apostando por un enriquecimiento tanto de los temas que tienen cabida en su seno, como de las perspectivas teóricas con las que abordar su análisis.

Los años inmediatamente posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial señalan el momento en el que nace la moderna sociología política. Este momento histórico, cuyas preocupaciones y singularidades dejarán durante mucho tiempo una marca perceptible en el desarrollo de los estudios de sociología política, supondrá, además, que la naciente disciplina comience su andadura en el marco intelectual de una sociología teñida de un carácter eminentemente conservador, ya que la corriente dominante en la década de los cuarenta y en los primeros años cincuenta dentro de la sociología académica -especialmente la norteamericana- es el estructural-funcionalismo. Paralelamente, sus orígenes están fuertemente ligados a la

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