LAS TAREAS Y HABILIDADES DEL PROFESOR AL TRABAJAR CON GRUPOS DE ADOLESCENTES

La adolescencia es una etapa donde se presentan cambios, tanto psicológicos como biológicos, y se experimenta un agrado o desagrado por ciertas cosas, en especial la escuela y en mayor parte las materias que se cursan. Las matemáticas por implicar razonamiento y comprensión, suele ser la materia que menos atrae a los adolescentes, de ahí que el docente tenga que poner en práctica sus habilidades para incluirlos en la clase, inculcarles el gusto por la materia y motivarlos para trabajar armónicamente logrando así un aprendizaje significativo.

Por lo tanto, las tareas del maestro de matemáticas no deben limitarse al dominio de contenido ni al estilo de enseñanza sino que debe diseñar estrategias de enseñanza, planificar sus actividades, estar en constante actualización, fomentar la participación activa de sus alumnos incluyendo a todos en el trabajo y generar ambientes que permitan lograr el objetivo que se haya planteado; el maestro es quien tiene la misión de realizar estas tareas para poder encaminar su labor docente al éxito de sus propósitos.

Sin embargo, para poder llevar a cabo estas tareas tiene que desarrollar ciertas habilidades que sirvan para mejorar su práctica, en el texto La perspectiva global del aula de Chris Watkins nos dicen que a lo largo del día en la escuela se pueden presentar muchas situaciones distintas por ello el maestro debe de valorar los hechos y tomar decisiones rápidas, reflexionando sobre lo acontecido de manera que pueda evitar conflictos mayores o que obstaculicen el proceso enseñanza-aprendizaje.

Además de esto, las aulas son lugares públicos, en primer lugar porque está expuesto a juicios hechos sobre cómo debería funcionar y en segundo lugar la conducta de nuestros actores (maestro y alumnos) se puede observar por el resto de las personas que están dentro de la institución; esto implica que el maestro aprenda a hacer caso omiso de lo que acontece fuera de su espacio y afrontar cualquier situación. El maestro también debe ser pluridimensional, implicando el conocer la materia, evaluar a los alumnos, dirigir grupos, establecer

procedimientos, distribuir los recursos materiales, llevar un seguimiento de los alumnos para poder cumplir las expectativas de los alumnos.

Cabe mencionar que es muy importante que el maestro sea activo, logrando que la clase se lleve a cabo de forma fluida, provechosa y amena, diseñando rutinas eficaces; también debe ser público, mostrándose como persona digna, capacitada y preparada para cualquier situación; de igual forma, debe enfrentarse a la diversidad de lo que ocurre en la clase y estar atento a las relaciones que se establecen entre los diversos acontecimientos; debe desarrollar simultaneidad controlando lo que acontece dentro y fuera del grupo y decidir cómo reaccionar ante acciones imprevisibles llevando orden en su trabajo sin ser estricto.

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