LIDA.

LIDA

Cae el roció entre tonos violáceos que refleja la montaña, y en la calle, el asfalto húmedo se lame las heridas que le dejó la lluvia de la tarde. Un tímido sol envuelto en frio, perfila mi sobra en la silla, son casi las seis, y tiene mi espera una mezcla de éxtasis y crueldad. Llevo miles de segundos presintiendo sus caricias y hasta puedo confesar que la he soñado.

Y aunque nada me ha prometido, sus ojos me juraron que no el olvido no está permitido.

Yo mismo inconsciente le he dicho que neguemos el pasado,

que seamos como troncos húmedos que se resisten al fuego del mañana, solo sé que cuando su cuerpo baña mi cuerpo entre miel y sal y la cortina azabache de su pelo me cubre del mundo, descubro que en sus silencios me entrega su vida, me grita que estamos vivos hora y nada mas.

La quise besas entre un baile de boleros, y me abrazó, con el mas ardiente, divino y profano abrazo que alguien guardara para mí, mi sangre palpitaba un tango cuando le dije adiós esa noche.

El grito de un vendedor de rosas, los pitos, la gente…terminó la espera, llegó! aquí está frente a mí, aun no termino mi poesía, cierro mi libro, la busco lentamente, no tengo palabras preparadas, con ella no hay partitura , con ella mi poesía barda y simple brota como una flor desnuda en la montaña, sin mas pretensiones, que cuando la escuche de mis labios… ella los cierre con mil besos…

...