LO INCIPIENTE Y LO INACABADO EN EL ÁMBITO EDUCATIVO: LAS COMPETENCIAS EN LOS ACTUALES PLANES Y PROGRAMAS DE ESTUDIO.
Enviado por OINB • 16 de Julio de 2014 • 1.716 Palabras (7 Páginas) • 385 Visitas
LO INCIPIENTE Y LO INACABADO EN EL ÁMBITO EDUCATIVO: LAS COMPETENCIAS EN LOS ACTUALES PLANES Y PROGRAMAS DE ESTUDIO.
“El conocimiento es navegar en un océano de
incertidumbres a través de archipiélagos de certeza”
E. Morín. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
Si bien el tema de las competencias no es nuevo en la educación, estamos viviendo toda una serie de problemáticas derivadas de su implementación en los actuales planes y programas de los distintos niveles educativos en algunos países del mundo: en lo teórico el tema del desarrollo de competencias requiere precisarse mediante una conceptualización más amplia y completa, y en la práctica se necesitan propuestas que vayan más allá del discurso y la simulación posibilitando realmente el desarrollo de las competencias en estudiantes y docentes.
Tras navegar por varios océanos de incertidumbres y en el intento de arribar a un pequeño archipiélago de certezas, se presentan aquí algunas reflexiones que dan pie a premisas y supuestos incipientes e inacabados que se ponen a consideración del grupo de estudio.
I. LO INCIPIENTE EN UN ENFOQUE POR COMPETENCIAS
“Las reformas necesarias sin formadores con
un pensamiento distinto son imposibles”
Édgar Morin.
Las reformas educativas que se están viviendo en los distintos niveles de enseñanza en nuestro país vigorizan la utilización del concepto competencia y, aunque la terminología no es nueva en este ámbito, sí lo es su oficialización dentro de planes y programas de estudio convirtiéndose entonces en un tema añejo y nuevo a la vez.
Situando esta temática –de las competencias- en el espacio de la educación superior, vale la pena reflexionar acerca de las incertidumbres que ya se avistan y que tienen que ver con el perfil del docente de educación superior y las reformas educativas hechas “al vapor”.
• EL PERFIL DEL DOCENTE DE EDUCACIÓN SUPERIOR.
Tomando como ejemplo al Instituto Tecnológico de Nogales donde de alrededor de 200 docentes sólo 2 estudiaron en Escuelas Normales, podemos decir que un catedrático generalmente es egresado de alguna carrera profesional que posteriormente imparte ante un grupo, sin haber recibido una preparación en los campos de la pedagogía y la didáctica. Aunque esta situación tan propia de la Educación Superior empieza a afrontarse mediante políticas de actualización que posibilitan el acceso de los docentes a una preparación para la docencia, tocar este punto tiene la finalidad de dejar claro que la introducción de muchos docentes a la temática pedagógica es parte de lo incipiente y una tarea nada fácil por lo que abordar el enfoque por competencias sin bases teóricas suficientes implica un esfuerzo aún mayor al que realizan quienes han transitado por las conceptualizaciones de la enseñanza y el aprendizaje desde hace tiempo.
• LAS REFORMAS EDUCATIVAS “AL VAPOR”
La tesis central y las conclusiones del ensayo “El docente en las reformas educativas: Sujeto o ejecutor de proyectos ajenos” de Ángel Díaz Barriga y Catalina Inclán Espinosa (2001) señalan que un elemento en contra de las reformas educativas reside en el hecho de que éstas son pensadas desde arriba y descienden a los docentes sin establecer desde su concepción algún tipo de mecanismo que garantice que los docentes son parte de la misma y que comparten sus postulados. Los autores establecen además, que en el nuevo paradigma en el que se sostienen las reformas existe una mezcla de elementos donde resalta, entre otros, la necesidad de una reducción del gasto público como resultado de la crisis fiscal y cambios en las valoraciones de las sociedades.
En texto más reciente “El enfoque de competencias en la educación. ¿Una alternativa o un disfraz de cambio?”, Díaz Barriga (2005) valora la innovación como un aspecto que distingue a las reformas educativas pero que no llega a consolidarse debido a la compulsividad que la acompaña en su afán de responder a la dinámica que la política educativa asume en cada ciclo presidencial, más que a una necesidad pedagógica (como debiera ser siempre el caso).
Las citas y reflexiones presentadas en los puntos anteriores, tocan dos aspectos que deberán atenderse de manera real, sin simulaciones ni compulsividad, en todos los niveles educativos donde el enfoque por competencias hizo ya su aparición y si verdaderamente queremos aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos: la implementación de la educación basada en competencias amerita un trabajo profundo en el hacer comprensible y propia la temática a los docentes y un apoyo extraordinario –al menos en estos primeros e incipientes pasos- en la búsqueda y puesta en práctica de propuestas y estrategias apegadas al enfoque.
No se trata aquí de retomar la temática de las competencias desde una perspectiva pesimista y derrotista, sino de darle un baño de realidad que al ir aderezado de buenas intenciones nos permita abordar las reformas educativas mejor preparados y sabiendo que gran parte del trabajo que deviene será de desarrollo de competencias como individuos y como docentes para después (o a la vez) llevarlo a los estudiantes.
II. LO INACABADO EN UN ENFOQUE POR COMPETENCIAS
“Para articular y organizar los conocimientos
y así reconocer y conocer los problemas del mundo,
es necesaria una reforma del pensamiento.”
E. Morín. “Los siete saberes para la educación del futuro.”
La revisión de textos sobre la temática de las competencias ha hecho más grandes los océanos y los archipiélagos
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