La Arquitectura

Relacion

Desde que la arquitectura está hecha por y para los humanos, esta misma es

determinada por los sistemas y medidas antropomórficos.

Los sistemas antropomórficos de proporcionalidad se basan en las

dimensiones y proporciones del cuerpo humano. Las formas y los espacios

arquitectónicos son contenedores y prolongaciones del cuerpo humano y, por lo

tanto, deben determinarse por sus dimensiones, toda vez que sus razones son

funcionales.

Las dimensiones y proporciones del cuerpo humano influyen en las

proporciones de las cosas que maneja, en la altura, la distancia, en el

mobiliario y los artefactos que manipula. Junto a este cúmulo de elementos que

utilizamos, en un edificio, las dimensiones de nuestro cuerpo determinan

también al volumen de espacio que requerimos para actuar, desplazarnos y

vivirlo.

El equilibrio es una estabilidad física y visual, con un centro de gravedad que distribuye dos fuerzas o pesos visuales e intenta conservar su integridad. Puede ser simétrico o asimétrico, es muy útil para atraer la atención y centrar la acción en un diseño. No solo se logra el equilibrio por las superficies, sino también con los tonos y el color en las formas que se encuentran en la composición alrededor del punto de sostén, cada ser humano puede captar el equilibrio como algo bueno a la vista o malo, eso depende de los gustos, y la forma de ver las cosas del ser humano.

El ser humano puede percibir la importancia de un espacio a partir de una jerarquía que implica que en la mayoría, si no en el total, de las composiciones arquitectónicas existen auténticas diferencias entre las formas y los espacios que, en cierto sentido, reflejan su grado de importancia y el cometido funcional, formal y simbólico que juegan en su organización.

Todos los elementos de una edificación tienen ciertas dimensiones, que

pueden variar, determinadas por el fabricante o seleccionadas por el diseñador.

Sin embargo, el tamaño de los elementos se capta con relación al que poseen

otros elementos de su entorno. Numerosos elementos constructivos tienen un

tamaño que nos es familiar y, por lo tanto, nos pueden ser útiles para calibrar el

de otros elementos próximos a los primeros. Tales elementos, sean ventanas o

puertas de viviendas, pueden darnos una idea aproximada de la dimensión del

edificio y de cuántas plantas tiene. Las escaleras y los pasamanos nos darán la

medida de la escala espacial. Pero en virtud de esta familiaridad, estos

elementos se pueden manipular a fin de modificar, premeditadamente, nuestra

percepción del tamaño de la forma o del espacio constructivo.

El principio de la transformación faculta al diseñador para seleccionar un modelo arquitectónico típico cuya

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