La Carretera
Enviado por SebasMendz • 5 de Mayo de 2014 • 1.100 Palabras (5 Páginas) • 182 Visitas
Autor: Enrique Amorim, narrador y poeta; 1900-1960.
Otras obras: Tangarupá, El paisano Aguilar, El caballo y su sombra, La luna se hizo con agua, El asesino, desvelado, La victoria no viene sola, Todo puede suceder, Corral abierto, Los montaraces, La desembocadura, Eva Burgos [póstuma] (novelas); La trampa del pajonal, Del uno al seis, Temas de amor, Los pájaros y los hombres, Amorim, Las quitanderas, Después del temporal (cuentos) y libros de poemas.
Género y corriente: Novela realista.
Estructura: Está dividida en 15 capítulos.
Sinopsis: Después de haber atravesado pantanos y caminos, fiestas y guerras, el carromato detiene su movimiento y cambia de forma: "La carreta, apenas separados los bueyes, tomó las apariencias de una choza. Echó una raíz [ ... ] Parecía un rancho de dos pisos". Sin embargo detenida, sin su acostumbrado traqueteo sinónimo de vida, la carreta no puede seguir existiendo, porque "a los tres días un tropero se llevó los bueyes [...] Desde aquel momento la carreta empezó a hundirse en la tierra."
Durante la primera etapa de su viajar, la carreta es el medio de transporte y hogar de un pequeño circo. Matacabayo, envejecido atleta, se une con sus dos hijos a la tropa nómada, atraído por la cincuentona Secundina.
El circo, en apuros financieros, se transforma paso a paso en burdel ambulante. El director don Pedro, el artista Kaliso y el Flaco Sebastián resienten la nueva ocupación de las mujeres —las hermanas Clorinda y Leonina Felipe y las "chinas pasteleras" Rosita, Petronila y Leopoldina, entre otras— y organizan una burla a costa de ellas, lo cual provoca la disolución del circo. El director, Leonina, Sebastián y Kaliso se quedan en el lugar, mientras la carreta y los demás continúan su viaje.
Secundina se erige en la "mandamás" de las ahora prostitutas, manejando junto con Matacabayo el nuevo negocio. De fiesta en fiesta por pueblos y rancherías, la carreta cambia de pasajeros a medida que prosigue su marcha.
Clorinda, Rosita y Secundina desaparecen, en tanto que otras figuras —la joven Florita y los brasileños Paujuan, organizadores de carreras de gatos, y Brandina— surgen al escenario. Más tarde muere Matacabayo, en su intento por reunir en el viejo carromato a un caudillo revolucionario y a su novia.
"Misia Rita", protegida del viejo tropero Marcelino Chávez, es ahora la dueña de la carreta.
Las prostitutas llegan a conocer, con el correr de los años, el universo masculino del campo uruguayo, hombres de todas las clases sociales y caracteres singulares: Marcelino Chávez, quien perdió a su esposa y "desde hace tiempo no lo puede hacer"; el ranchero don Cipriano, "frío e indiferente con las mujeres"; comisarios como Nacho Generoso, que disfrutan los servicios de las prostitutas para luego, cansados de ellas, expulsarlas del pueblo; un capitán enfurecido por el rechazo de una de las "quitanderas" quien, en venganza, deja que sus seis marineros la violen; el tímido marica Correntino, hijo de la "mandamás" sin que él lo sepa, que se hace hombre en brazos de Petronila, pero otra vez se vuelve mariquita luego de la despedida de su amante; el ranchero don Caseros, "animal manso, mañoso y cachaciento", quiere desflorar a Florita, pero fracasa ante el comportamiento infantil de la treceañera; Luciano, "paisano decidido y valiente",
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