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La Consolidacion Critica De Una Macroestructura Economica


Enviado por   •  14 de Marzo de 2012  •  2.441 Palabras (10 Páginas)  •  2.094 Visitas

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ECONOMIA SOCIAL Y ECONOMIA POPULAR

La economía social es aquella que se desarrolla sobre los márgenes de los grandes nudos de acumulación del capital. Por ejemplo: el Club del trueque (Argentina), el Banco de Semillas (India), los medios de comunicación comunitarios (Venezuela), las redes de salud familiar centradas en la solidaridad de los compadres, amigos y vecinos.

Promueve el acceso ciudadano y comunitario a prácticas sociales emergentes de producción, distribución y consumo de bienes y servicios de perfil autosostenido o autogestionario. Por ejemplo: Las redes de producción. distribución de productos agropecuarios en los Andes Venezolanos.

Es una economía alternativa, donde privan las prácticas democráticas directas. La economía social es autogestionaria. En la economía social el trabajo es asociado y no asalariado. En la economía social la propiedad de los medios de producción es colectiva. En la economía social el reparto de excedente es igualitario entre sus miembros. La economía social promueve formas de apoyo solidario respecto a otras comunidades.

La economía social incluye:

(a) Formas de Economía de subsistencia distintas al buhonerismo;

(b) Producción de bienes y servicios de calidad a los cuales pueda acceder de forma expedita la comunidad mediante formas variadas (compra barata, trueque, mutualismo, apoyo solidario).

Las formas de generación, socialización y uso socialmente útil del conocimiento. ˜ La producción simbólica. ˜ Las redes de información y comunicación. ˜ El desarrollo de tecnologías alternativas, populares y ecológicas. ˜ Los símbolos de identidad comunitaria. ˜ Las costumbres locales. ˜ Los valores de trabajo y crecimiento compartido. ˜ Las formas de resistencia económica, política, cultural, ambiental. ˜ La tradición pedagógica de la escuela contestataria venezolana. ˜ Las formas de trabajo y producción no asalariado. ˜ La propiedad colectiva de los medios de producción de los bienes, servicios y productos generados por la economía social.

La economía popular es el conjunto de actividades económicas y prácticas sociales desarrolladas por los sectores populares con miras a garantizar, a través de la utilización de su propia fuerza de trabajo y de los recursos disponibles, la satisfacción de las necesidades básicas, tanto materiales como inmateriales. En esa perspectiva, el concepto

remite a dos cuestiones fundamentales:

Refiere a una dimensión de la economía que trasciende a la obtención de ganancias materiales y está estrechamente vinculada a la reproducción ampliada de la vida. De hecho, estableciendo relaciones sociales arraigadas en los valores de camaradería, reciprocidad y cooperación, los actores de la economía popular desarrollan estrategias de trabajo y supervivencia que buscan no sólo la obtención de ganancias monetarias y excedentes que puedan ser intercambiados en el mercado, sino también la creación de las condiciones que favorezcan algunos elementos que son fundamentales en el proceso de formación humana, como la socialización del conocimiento y de la cultura, salud, vivienda, etc.

Así, más allá de las iniciativas económicas cuyo objetivo inmediato es la creación de ingresos, las actividades de la economía popular se encuentran en las acciones espontáneas de solidaridad entre familiares, amigos y vecinos y también en las acciones colectivas organizadas en el ámbito de la comunidad, que tienen como meta una mejor calidad de vida.

Refiere a un conjunto de prácticas que se desarrollan entre los sectores populares, manifestándose y adquiriendo diferentes configuraciones y significados a lo largo de la historia de la humanidad. Como es la forma a través de la cual, históricamente, los sectores populares intentan asegurar, a su modo, la reproducción ampliada de la vida, tenemos que considerar al menos dos diferentes dimensiones de esta economía.

SIMILITIDES, DIFERENCIAS Y CONSIDERACIONES CRÍTICAS

La Economía Social y Solidaria surge bajo una triple determinación. En primer lugar, como un conjunto de iniciativas policentradas de distintos actores sociales que tratan de elaborar alternativas económicas que garanticen la reproducción ampliada de su vida. En segundo lugar, como un proyecto de transformación social multifacético que procura construir una economía alternativa a las prácticas dominantes y el capitalismo.

Por último, como una disciplina teórica que toma a la solidaridad, la cooperación y la reciprocidad como fuerzas económicas efectivamente existentes en la realidad social y con posibilidades de crear nuevas formas de hacer economía socialmente eficaces y eficientes. Ello supone, en consecuencia, definir a la Economía Social y Solidaria como un movimiento esencialmente crítico –sin desconocer la existencia de otras miradas-. Desde esta perspectiva, la crítica comienza por el cuestionamiento de las estructuras económicas dominantes y las lógicas sociales que le son inherentes.

Esta dinámica social propia del sistema capitalista se ha ampliado a través del tiempo y el espacio, alcanzando en el período actual una de sus mayores crisis históricas. En este escenario, bajo diversos títulos, han emergido prácticas colectivas y movimientos sociales que propician otras relaciones económicas que tengan en cuenta la mejora en la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo, a la vez que reivindican valores alternativos. Estas prácticas económicas están fundadas en relaciones de colaboración solidaria, inspiradas en viejos y nuevos valores culturales que contemplan a la persona como centro de las actividades económicas.

Buena parte de esta disputa consiste en resignificar el rol y el sentido del trabajo en tanto actividad humana primordial. El trabajo es una de las formas fundamentales de vinculación del hombre con la naturaleza y con sus semejantes, es una actividad social por excelencia. Mediante el trabajo el hombre modifica la realidad que lo circunda, crea un mundo a su imagen y semejanza, se apropia de la naturaleza y le da una forma acorde a sus intenciones.

Al transformar la naturaleza, que en un principio se le contrapone como un mundo extraño, ésta se transforma en una manifestación de su propia actividad. Para ello, necesita de la colaboración de sus semejantes, debe entablar relaciones sociales. Con ello el hombre no sólo se apropia del mundo exterior sensible, también reconoce en él a un producto de su trabajo, se reconoce a sí mismo como actor en el mundo y al mundo como resultado de su acción.

El cuestionamiento de estas formas y finalidades del trabajo humano no es una tarea sencilla. Las experiencias recientes de autogestión han dado cuenta de las dificultades que encuentran los trabajadores para crear espacios

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