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La Empresa


Enviado por   •  6 de Mayo de 2014  •  9.415 Palabras (38 Páginas)  •  143 Visitas

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ERASE UNA VEZ UNA FABRICA

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ERASE UNA VEZ UNA FABRICA

FABULA SOBRE CALIDAD

PROLOGO

Hubo un tiempo en que el idioma era muy aburridor Plano sin Vida

Era perfectamente funcional perfectamente utilitario

​Pero no tenía música

No tenía brillo

Una frase típica sonaría como ésta Y la siguiente como ésta Y la siguiente como ésta Y seguiría indefinidamente de la misma manera

Esto ocurría tanto en el idioma escrito como en el hablado

​No había poesía

No había canciones

No se guardaban registros de ninguna naturaleza

Y así era porque la gente no quería molestarse en dejarles a sus descendientes una prosa tan plana tan carente de vida

Rufo Punto vivió hace mucho tiempo. Nadie está seguro sobre la época exacta que vivió. Si usted ha llegado hasta aquí, entonces ya sabrá porqué.

De todos modos, eso fue hace mucho tiempo, y la leyenda dice que Rufo disfrutó bastante la vida.

El sentía la felicidad.

El sentía la tristeza.

El sentía el dolor.

El sentía la alegría.

El sentía todas esas cosas y otras más.

Pero, por encima de todo, sentía profundamente. Sin embargo, cuando trataba de explicarles esos sentimientos a otras personas, todas ellas terminaban escondiéndose detrás de la puerta.

Rufo decía cosas como:

Esta fue una experiencia muy conmovedora Siento gran alegría

O:

El dolor que tengo en el callo del pie es atroz

O:

Detesto tener que hablar de modo tan torpe

Y las personas que escuchaban a Rufo decían:

Nos complace mucho que usted sienta tanta felicidad

O:

Quizás unas sales de Epsom le ayudarían

O:

No entendemos por qué razón usted piensa que hablar tal como se acostumbra deba considerarse torpe

Rufo sentía que algo le roía en estómago.

Esto, por lo menos, le permitía dejar de pensar en sus callos por un momento.

Una noche, Rufo se arrodilló y rezó la misma oración de siempre:

Por favor Dios permite que alguien invente algo para que nuestro idioma deje de ser tan amorfo y aburridor

Luego estiró las mantas y se acostó. Pero no podía dormir. De modo que se levantó y se dirigió al escritorio, lleno de desesperación. Tomado papel y lápiz, escribió:

¿Porqué es el lenguaje tan inadecuado para transmitir los verdaderos sentimientos y emociones?

Se detuvo y leyó lo que había escrito.

Luego escribió:

¿Qué fue ese garabato tan curioso que puse al comienzo y al final de la última frase?

Nuevamente se detuvo a leer lo que acababa de escribir.

Esta vez no sonrió.

Así fue como se descubrió la puntuación.

Puntuación S.A. era una empresa fabulosamente exitosa. Esto no debe sorprender a nadie. Si la gente quería hacer algo más atrevido que comenzar las frases con mayúscula, necesitaba a Puntuación S.A.

La empresa ofrecía una amplia gama de productos:

Comas, apóstrofos y puntos.

Signos de interrogación, signos de admiración y guiones.

Paréntesis y corchetes.

Puntos y comas y dos puntos.

Incluso artículos de lujo, como los puntos suspensivos.

Todos eran signos de Puntuación, para los cuales había una amplia gama de mercados. La empresa les vendía sus productos a:

Escritores, que necesitaban grandes cantidades de signos de admiración para poner en palabras como: “¡Caramba!” y “¡Hurra!”

Abogados, que compraban comas por toneladas para colocar después de sus considerandos.

Médicos, para quienes se creó una línea especial de signos de puntuación, legible solamente para los farmaceutas.

Artistas de tiras cómicas, que no podían usar palabras obscenas en la prensa para la familia.

Hombres y mujeres de negocios, que prefirieron los dos puntos al punto y coma; los comités de compras los eligieron por consenso.

La lista de clientes seguía y seguía.

También había muchísimos imitadores y competidores que ofrecían las mismas “clases” de productos. Pero si rastreamos el origen de todos ellos, llegamos directamente a la puerta de Puntuación S.A.

Sin embargo, ninguno de esos competidores les llegaba siquiera a la suela de lo zapato a Rufo Punto y a sus descendientes en cuanto al poder, al genio y a la innovación comerciales que ellos habían demostrado.

Sí, Puntuación S.A. era una poderosa empresa comercial. Pero su impacto y sus aportes a la sociedad fueron más trascendentales que sus utilidades.

Piense usted, por ejemplo, en las miles de vidas que se han salvado desde que fue posible imprimirle a la simple palabra “Fuego” el sentido de urgencia de “¡¡¡Fuego!!!”

Puntuación S.A. lo hizo posible.

Piense en el importante papel que desempeñaron durante las dos guerras mundiales los operadores de radio que utilizaban la clave Morse ¿De dónde cree que sacaron todos esos puntos y rayas?

Piense en el efecto de Puntuación S.A. sobre nuestra herencia literaria. Piense, por ejemplo, que sin su aporte todavía no sabríamos de el cuervo de Póe exclamó ¡Nunca más!

Si, tenemos que agradecerlo esto y mucho más al personal de Puntuación S.A.

Esas personas eran influyentes.

Eran admirables.

Eran invencibles

o. por lo menos, eso creían.

Desde luego, la superioridad de Puntuación S.A. no estaba libre de desafíos.

Parecía que todos los días en escena un nuevo reto.

Al principio fue Emociones S.A. empresa especializada en signos de admiración. (le fue muy bien durante un tiempo, pero el Departamento del Medio Ambiente la hizo cerrar por el alto nivel de ruido que generaba.)

Luego vino interrogación S.A., especializada en signos de interrogación. (con el tiempo, la indecisión acabó con esta empresa.)

Hubo incluso un mercado negro para los clientes que querían mentir, tergiversar y hasta incumplir contratos. Una compañía de origen dudoso, llamada Desaparecer S.A. se encargaba de atender esta clientela. (Esos puntos de puntuación se veían perfectamente bien al hablar o al escribir; pero en el curso de unos pocos minutos se desvanecían sin dejar

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