La Enseñanza De Los Derechos Humanos En La Educación Media Superior

En el proceso social en que nos toca desenvolvernos toma primordial importancia el deterioro del proceso educativo en todos los niveles de enseñanza, principalmente el medio superior donde creemos que el alumno obtiene el grado máximo de libertad ya que por su condición, edad, el grado de conocimientos, experiencias, pero sobre todo por las relaciones humanas que adquiere, se torna más complicado y difícil de moldear. Precisamente es en esta etapa en donde se está terminando de formar la personalidad del individuo y con ello su futuro.

Consideramos que en todo el proceso educativo que el estudiante recibe se le debe mostrar los problemas reales a los que se está enfrentando su comunidad (grupo social y/o de convivencia) esto es recalcar el cúmulo de problemas que cada vez se van haciendo más difíciles de controlar, como la creciente ola de violencia que se ha desarrollado no sólo en nuestro país, sino también a nivel mundial. Mostrar los problemas sociales que aquejan a su comunidad y a otras comunidades afines a ella, entre los que se incluyen el problema ambiental, la repartición injusta de los bienes, las guerras por la dominación de territorios en su colonia, la pornografía y explotación sexual a la que se ven sometida las comunidades de niños y adolescentes, la represión política que se recrudece en estos niveles educativos, en donde la misma naturaleza de los jóvenes genera mayor compromiso con las causas con las que se identifica y se actúa de una manera más inconsciente, por la misma falta de conocimientos y experiencia. La discriminación a la que se enfrentan por la formación y adquisición de identidad, que en esta etapa se expresa al máximo, es decir, su apariencia y su conducta pueden ser molestas para el resto de la sociedad; otros problemas sociales como la falta del trabajo, de oportunidades educativas, pobreza, y el problema de familias disfuncionales, entre otros.

Como consecuencia de esto aumenta la necesidad de una educación valoral, en donde los Derechos Humanos toman relevancia y se vuelve una necesidad y una prioridad el que los jóvenes estén informados y preparados para afrontar cada una de estas violaciones a sus Derechos Humanos, pero que también sean capaces de entender y ayudar en lo posible a los miembros de su comunidad y a trasformar así su realidad.

En la actualidad la educación para la Paz y los Derechos Humanos constituye un importante instrumento de construcción de la nueva cultura que la humanidad anhela. Por eso la educación en Derechos Humanos debe de ambicionar comportamientos sociales dirigidos a mejorar situaciones de injusticia, así pues el cambio de actitud de los ciudadanos es la finalidad de este tipo de educación. Para ello los educadores deben de ser generadores importantes de esta educación en y para los Derechos Humanos, replantearse desde la reflexión y acción de los principios que cimentan la educación basada en los valores humanos.

La educación debe ser integral, que brinde los elementos necesarios que nos permitan saber convivir con los demás, por lo tanto el uso de la didáctica grupal en la enseñanza de temas relacionados con los valores, y en conjunto con el enfoque constructivista, nos permite crear una propuesta en la cual se concibe no sólo al aprendizaje en conjunto, sino también donde las experiencias rescatadas ayudan al análisis y concientización de las actitudes que conllevan a obtener aprendizajes significativos los cuales motiven a un cambio contundente de la manera de actuar hacia todo lo que nos rodea.

Esta es la importancia de la didáctica grupal y el enfoque constructivista en la educación contemporánea, éste es el reto de todos los docentes de hoy, transformar la educación para que empiece a formar un grupo auténtico en el que se crece y comporta y no para competir y consumir, que forme hombres y mujeres con y para los demás.

Los Derechos Humanos son contenidos que involucran más un saber ser, puesto que tiene que ver más con acciones que nosotros tomamos respecto a otras personas, en éstos no basta con saber actuar en un momento determinado o conocer mis Derechos Humanos, por encima de esto está nuestro actuar de forma correcta. Todo educador que pretenda enseñar este tipo de contenidos debe de aplicarlos en primera instancia en su actuar diario, pues la mejor manera de enseñarlos es a través de nuestra conducta.

El aprendizaje que obtuve en el ciclo de la formación en la enseñanza superior, fue enriquecedor como persona y como miembro de una parte de la sociedad en que nos desenvolvemos; en este sentido mi estancia en la UABC me dio la oportunidad de tener acceso a otras formas de ser y actuar en sociedad, dentro del mismo país, pero con un concepto distinto de la participación del individuo, como parte de un círculo social distinto me permitió la posibilidad de una nueva visión acerca del respeto a las ideas, usos y costumbres y la aplicación de las mismas para el desarrollo y mantenimiento de esta experiencia. El tener acceso a esta oportunidad hizo más fácil el entender el concepto de Derechos Humanos y su aplicación práctica.

Reconozco que la realización de esta práctica me provocó cierto temor, ya que me encontraba en un contexto que yo no conocía, y el sólo hecho de saber que tenía que buscar una escuela por mi propio pie me provocaba angustia, sin embargo los mismos profesores de la universidad me ayudaron dándome varias opciones para encontrar una escuela donde pudiera realizarla.

Aunado a eso mi experiencia docente era poca, ya que había participado en algunos talleres y cursos, pero formalmente nunca había dado clases, así que mi preparación fue ardua buscando la ayuda, tanto en la literatura relacionada a los temas, así como en el consejo acertado y preciso de mis profesores de la UABC.

La optima realización de mi estancia en la UABC, fue una meta que me propuse desde que supe que había sido aceptada para cursar un semestre en esta escuela, por lo tanto al ser la práctica un requisito indispensable para aprobar la materia de Manejo de Grupos, tuve que proponerme hacerla aún con todos mis temores e inseguridades que esto me provocaba.

Como lo comenté anteriormente, era una maestra novel que sólo contaba con referentes teóricos que me acercaban un poco más a esta profesión, lo cual ahora sé que no es suficiente, pues un maestro se hace no sólo con tener la voluntad de serlo, sino también con la cotidianidad, ya que un maestro se construye y reconstruye en la práctica y durante toda su vida laboral, también es importante los consejos y ayuda que te puedan brindar otros maestros con más antigüedad. Y digo esto porque reflexionando sobre la forma en cómo impartí las clases veo que me falta mucho por aprender. Traté de ser una maestra que se acercaba a sus alumnos

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