La Enseñanza En Primaria
Enviado por juanysilva • 17 de Septiembre de 2012 • 1.029 Palabras (5 Páginas) • 323 Visitas
2.1. Habilidades Intelectuales específicas
Como maestra practicante me he dado cuenta que estar frente a un grupo no es fácil, estamos rodeados de dificultades que tenemos que ir sobrellevando en el camino, el maestro no solamente se encierra en ensañar conocimientos y solamente dejarlo ahí; el ser maestro es ser un consejero, ser padre, psicólogo y muchas cosas que en nuestra profesión no nos la enseñaron.
Como maestra la disciplina es uno de los factores que en las aulas está más inestable debido a que los alumnos traen los problemas de su casa y de la comunidad, como maestros debemos cuidarlos conocer sus problemas y saber que cada uno de nuestros alumnos es un mundo y debemos conocer ese mundo, como maestra la disciplina siempre estará presente en cada una de las clases pero debemos tomar en cuenta que la disciplina rígida ya quedo atrás y que ahora el alumno toma parte activa en cada una de las clases y que cada uno de ellos le dará su esencia a cada una de las clases.
El profesor es el profesor y el alumno es el alumno. Podrán llevarse bien, pero el maestro nunca debe olvidar cuál es su papel. Para ahondar en su carácter de educador y potenciar su autoridad, el profesor debe evitar en todo momento el ‘cotorreo’ con los alumnos, ya que ello podrá jugar en su contra si llega el momento de amonestar al alumno por alguna razón. Esto no significa que el maestro no pueda charlar amigablemente con la clase, pero sí que nunca debe hacerse en calidad de amigo, como si se tratara de uno más del grupo.
Es preciso hacer saber a la clase desde un primer momento que existen unas normas que deben seguirse, y que su incumplimiento acarreará una serie de consecuencias. Es bueno que esta normativa se establezca con la colaboración de toda la clase, así los alumnos se sentirán más implicados y es más probable que sigan las normas.
Una buena idea en este sentido es elegir un acuerdo de clase que sirva como un nexo entre las demandas del alumnado y el profesor. Así, los alumnos sentirán que se escucha lo que tienen que decir. No cabe duda de que hay que dejar bien definida la autoridad del profesor desde el principio, pero esto no quita que éste no deba escuchar lo que tienen que decir los alumnos.
Un niño que siente que no se le tiene en cuenta y que no se escucha lo que tiene que decir es un niño enfadado, y con toda la razón del mundo. Un profesor debe de ser capaz de transmitir a sus alumnos la sensación de que pueden contar con él para resolver sus problemas académicos y de que pueden transmitirle sus quejas sin temor a ser reprendidos por ello, y debe ser capaz de hacer esto sin que su autoridad se ponga en entredicho. Puede ser difícil, pero al fin y al cabo, es la responsabilidad del maestro.
Amonestar a un alumno puede convertirse en un auténtico reto para un profesor, ya que puede suceder que el primero no considere justo el castigo que se le está imponiendo y ‘rete’ al docente.
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