La Formacion Y La Educacion

Hoy termina para ustedes, como alumnos, una etapa muy importante, no solo en su formación, sino en su vida.

Comienza un nuevo camino fascinante y desafiante caracterizado por la toma de decisiones que irán definiendo no solo su futura profesión, sino también el modo y el estilo de vida que tomarán.

La formación y la educación escolar han sido a lo largo de estos años el centro de sus vidas. A partir de ahora, se abren nuevos caminos en donde la formación continuará a través de la carrera que cada uno ha elegido.

Esa elección tiene sus riesgos, plantea dudas, pero también conlleva una gran cantidad de oportunidades y desafíos para los cuales cuentan con la preparación suficiente para poder empezar a enfrentarlos.

En este momento tan especial del egreso de la escuela Secundaria, se preguntarán: «¿Y ahora qué?». Ahora les toca salir al mundo de una manera distinta. «¿Y a qué mundo salimos? ¿Y cómo lo hacemos?»

El mundo al que enfrentarán y la sociedad en la que se insertarán no les harán las cosas muchas veces fácil: por el contrario, pondrán a prueba no solo sus capacidades, sino lo más difícil de sostener: sus valores.

Verán como la discordia, la competencia desleal, el materialismo, la envidia, el facilismo buscarán hacerlos parte de un sistema que aparentemente todo lo puede y frente al cual no vale la pena luchar, sino sumarse resignadamente.

Aquí es donde, con la educación recibida, deberán, con toda su carga de valores, tomar las decisiones más correctas y más honestas que su conciencia les dicte. Este será el desafío más difícil que deberán enfrentar diariamente a lo largo de su vida. Las exigencias profesionales tienen resoluciones técnicas, pero las exigencias morales se resuelven solo positivamente en el ámbito de una conciencia y un espíritu virtuoso y honesto.

En el mundo que enfrentarán, se encontrarán que hay problemas de todo tipo y junto a ellos también aparecen siempre fuerzas esperanzadoras que nos alientan a avanzar igual que hace cincuenta o cien años atrás, porque con diferentes matices, con distintas tecnologías, con diferentes modas, el mundo es siempre básicamente el mismo: siempre subyace inmodificada la condición humana; por eso somos esencialmente lo que construimos a partir de nuestras decisiones cotidianas.

Deberán encontrar sus propios equilibrios, porque van a tener momentos donde se enfrentarán a la adversidad, donde será difícil sostener el equilibrio y mantener la integridad. Si la adversidad es grande, ustedes deben ser más grandes que ella.

Está en cada uno de ustedes descubrir sus propios talentos. Dios ha puesto en el corazón de todos talentos y virtudes que al descubrirlos hay que acrecentarlos, hacerlos producir no solo en nuestro propio beneficio,

sino —y tal vez esto es lo más importante— comunicándolos

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