La Franja Amrilla
Enviado por HeysellGarcia • 7 de Septiembre de 2014 • 2.371 Palabras (10 Páginas) • 220 Visitas
Este libro escrito en 1996 (Ospina, 1996) en el cual el autor responde a una serie de preguntas realizadas por una amiga norteamericana a cerca de porqué Colombia siendo un país con tantas capacidades y potencialidades geográficas, humanas, de diversidad cultural, ambiental entre otros recursos, se encuentra estancada desde hace tantas décadas en una situación de violencia, pobreza e inestabilidad social y política con tanta debilidad en sus instituciones, en sus argumentos el autor expone una serie de factores, aspectos estructurales y fenómenos históricos que hacen que Colombia sea un País con tantas y complejas dificultades para desarrollar todo su potencial económico y social.
Frente a lo anterior Ospina empieza definiendo los factores históricos que en su concepto descartan que Colombia aún se encuentre enfrascada en fenómenos de violencia obedeciendo a un factor cultural, biológico o algún tipo de enfermedad y prueba de esto es que fenómenos más sangrientos fueron protagonizados por países Europeos y por Norteamérica y nadie se atreve a sostener que esto se debe a que estas sociedades fueran enfermas o culturalmente violentas. Lo que sí se puede determinar es que aquellos aspectos o causas por los cuales se dieron guerras y enfrentamientos se fueron resolviendo poco a poco de manera consiente por los mismo gobernantes y sus sociedades por lo menos en lo que respecta a los países de Europa. Por otra parte el autor expresa que quizás el aspecto que más le hace daño a Colombia es el poco sentido de pertenecía que existe en su sociedad, que sean los mismo colombianos como sociedad los que no asumamos la responsabilidad de nuestros problemas, y nos asumamos en una condición de derrota insuperable frente a las condiciones del país y que por el contrario no optemos por posturas más críticas frente a las decisiones de los actores políticos y de gobierno que históricamente han afectado el bienestar de los ciudadanos y peor aún no nos solidaricemos con las propuestas que demandan un cambio más equitativo para la sociedad.
El autor argumenta que “cuando una sociedad no es capaz de realizar a tiempo las reformas que el orden social le exige para su continuidad, la historia las resuelve a su manera, a veces con altísimos costos para todos” y con esto quiere decir que por no decir todos la gran mayoría de los problemas que enfrenta Colombia tienen unos antecedentes en el pasado y que en su mayoría son situaciones que el país aún no ha resuelto, por lo cual han escalado y se han profundizado al punto de generar la inestabilidad social y política que vivimos en la actualidad.
De esta manera el autor expone como el país aún conserva aspectos de los esquemas coloniales que se evidencian en la exclusión y discriminación a las poblaciones indígenas, afro-descendientes y campesinas por parte de una clase social que no estaba interesada en que el país superara esta fase de dominación y se reconociera en su territorio ancestralmente “Quienes se dicen representantes de la voluntad nacional son para las grandes mayorías de la población personas
Indignas de confianza, meros negociantes, vividores que no se identifican con el país” por el contrario se avergüenzan de él y solo se mueven por sus intereses.
En palabras del autor “La historia de Colombia es la historia de una prolongada postergación de la única aventura digna de ser vivida, aquella por la cual los colombianos tomemos verdaderamente posesión de nuestro territorio, tomemos conciencia de nuestra naturaleza -una de las más hermosas y privilegiadas del mundo-, tomemos conciencia de la magnífica complejidad de nuestra composición étnica y cultural, creemos lazos firmes que unan a la población en un orgullo común y en un proyecto común, y nos comprometamos a ser un país, y no un nido de exclusiones y discordias donde unos cuantos privilegiados, profundamente avergonzados del país del que derivan su riqueza, predican día y noche un discurso mezquino de desprecio o de indiferencia por el pueblo al que nunca supieron honrar ni engrandecer, que siempre les pareció “un país de cafres”, una especie subalterna de barbarie y de fealdad”.
En el libro el autor describe traiciones al sueño nacional y en esto expone como un grupo de viejos comerciantes y terratenientes se opusieron al propósito de una economía independiente y por el contrario optaron por anclar al país a ser productor de materias primas al servicio de las grandes industrias mundiales y a ser un consumidor de los productos y manufacturas extranjeras tal como lo habían previsto en la época de la colonia, con esto se construyeron grandes ciudades europeas y norteamericanas y lograron realizar su revolución industrial, con nuestra materia prima. “Verdad es que grandes poderes externos estuvieron interesados desde siempre en mantener nuestra economía en condiciones desventajosas, que les permitieran realizar aquí sus negocios en los mejores términos y nuestros dirigentes han hecho bien su tarea.
Ospina expresa que no sabría explicar con claridad a su amiga por qué y de qué manera el gobierno norteamericano apoyó siempre a los partidarios colombianos del libre cambio, que abrían nuestras fronteras a sus productos, e incluso patrocinó siempre a alguno de los bandos en las guerras civiles que desgarraron a Colombia durante el siglo XIX.
En mi concepto[3] lo anterior responde ¿por qué no era importante formar dignamente a los colombianos? mi respuesta es porqué solo necesitaban obreros y peones…
Por otra parte el autor explica entre otras, algunas razones que hacen que históricamente se tenga que brindar una tradición de privilegios al estamento militar aunque el país no ha sostenido guerra con ningún otro estado. la mayor causa es que se han generado rebeliones en el país y la respuesta de fondo es que “cuando se construye un régimen irresponsable y antipopular se hace absolutamente necesaria la fuerza para mantener a cualquier precio un orden o desorden social que el pueblo difícilmente defendería como suyo,” de ahí que en sus inicios los grupos en estado de beligerancia (guerrilleros) tomaran tanta fuerza popular, pues sus razones eran evidentes para todos los colombianos excepto para las clases privilegiadas.
Ospina marca un hito en la comprensión histórica de las guerras civiles en Colombia demarcando por un lado la relación bipartidista y por el otro lado la intervención de la iglesia en esta confrontación sangrienta que para nada le ha servido al país, tenemos entonces que el pensamiento federalista liberal fue derrotado en las guerras civiles del siglo XIX quienes impusieron una forma de gobierno de excelentísimas dignidades con una fuerte intervención de la iglesia católica y centralizado,
...