La Huesped

2. Desarrollo

En este libro, Meyer da un enfoque al comportamiento humano, en él, más que hacer una historia novelesca expone la realidad de la nuestra civilización, se adentra tanto en ésta característica que es capaz de provocar en un lector con entendimiento no tan desarrollado un espacio para concientizar nuestro actuar, incluso me atrevo decir que de los libros, sean, muchos o pocos, que he leído en toda mi vida, este ha dejado gran rema en mí, dejó una huella enorme marcada en mi vida, cambió mi perspectiva enormemente, todo esto muy a pesar de que me considero un tanto terca y de tener una actitud en la cual mi criterio es muy difícil de cambiar e incluso con mentalidad cerrada para aceptar, escuchar y comprender los puntos de vista de otras personas.

La Autora Describe a varios mundos totalmente distintos pero da especial énfasis a dos; las “almas” y los “humanos”. Las Almas son una civilización de un planeta inexistente, defensora de todos los planetas que estaban a punto de colapsar capaces de tomar el control de cualquier ser viviente, con la finalidad de cambiar el mal para el bien, para utilizar su anatomía para restaurar todo aquello que se manejaba mal. Vivían en varios planetas, y cuando se acababan los huéspedes (habitantes del planeta que escogieron) para habitar salían a explorar un nuevo planeta. De esa manera llegaron al planeta tierra, al ver que sus habitantes estaban en constantes guerras, homicidios, infidelidades, odio, miedo, dolor, hambre, pobreza, desigualdad social, desigualdad de género, desigualdad económica, adicciones, y sobre todo al ver que no se valoraba todo lo que el mundo y la naturaleza nos regalaban, en fin por la ausencia de AMOR.

Coincido totalmente con Meyer, puesto que en mi antiguo pensar gobernaba la idea de que todo el mundo se regía por amor, séase, al dinero, territorio, y al amor mismo, me abrió los ojos al percatarme que confundía la ambición con el verdadero amor.

En una de las platicas que hacía Wanderer con Melanie, ella le expresa que de todas las especies en las que ha vivido jamás se sentía como hasta que habitó en un humano, menciona que en todos sus antiguos huéspedes solo había sido capaz de sentir amor, pero era un amor de hermandad, le confiesa que nuestra especie es de sentimientos muy vívidos, y que era la primera vez que sentía atracción hacia su género opuesto, y que le era muy difícil contener su ira, así como su necedad, le declara que nuestra raza es a la única que se le conoce el llanto, y llega a la conclusión que ésta es capaz de producirse con todas las emociones: felicidad, dolor, odio, repulsión, amor, entre otros, cuando éstas se presentan muy intensas.

Mientras yo leía su criterio de wanderer me iluminó; me llevó nuevamente a la reflexión, porque antes me había cuestionado sobre el llanto en nosotros, no lo comprendía, me atrajo mucho su conclusión porque pensé

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