La Mediocridad
Enviado por jterraza • 7 de Mayo de 2013 • 462 Palabras (2 Páginas) • 292 Visitas
“El Hombre Mediocre
Al ser mediocre nos referimos a aceptar las cosas mínimas, lo más bajo, rechazando lo excesivo, es decir, conformarse con lo primero que aparezca o que se obtenga.
Es claro que cada persona es diferente y por eso tienen distintas formas de ver las cosas, de tomar la vida y de luchar por lo que desean. Por ejemplo: cada persona es única, por su historia, sus estudios, sus gustos, sus capacidades, todo esto lo llevan a ser único. La mediocridad es el comienzo de toda derrota ya que una derrota no es más que el no cumplimiento de algún objetivo o una meta, es el inconformismo de saber que hará en el futuro si le irá bien o mal, ya que no verá más allá de lo que tiene.
Este tipo de efectos se puede notar en los estudiantes, nosotros tenemos que trabajar para pasar el año, la diferencia es: hay personas que se esfuerzan por conseguir calificaciones sobresalientes y resaltar por sobre el resto, mientras que, hay otras personas que se conforman con obtener las notas mínimas para pasar el año sin reconocimiento alguno. Éstas segundas pueden ser consideradas como personas mediocres. Estas personas parecen tranquilas y les resulta difícil darse cuenta de que están consumiendo su vida, desperdiciándola ya que no aprovechan el tiempo que les podría ser útil para ellos.
Son ese tipo de cosas las que van a marcar el futuro de nuestras familias, la sociedad, el entorno donde nos desarrollamos y el país en el que vivimos, puesto que, si no luchamos por cosas que esta vez son pequeñas o sencillas, cuando avancemos y ya no se trate solo de estudios sino de trabajo, políticas, actividades va a ser más difícil concentrarnos y lograrlas obtener o crear. Es por eso que el desarrollo del país también se ve frenado por la mediocridad del conjunto de personas que lo forman.
La vida diaria, la rutina y esa dosis de trabajo y responsabilidades que nos bombardea continuamente cansa. Claro que cansa. Mucho trabajo, poco descanso, las presiones que nos envuelven, las preocupaciones que nos agitan y los nervios que nos atacan pueden hacer una existencia normal, una dura lucha contra el reloj y las necesidades de la familia. No hay tiempo para lo que uno quiere y sus esfuerzos son para poder hacer lo mínimo para cumplir y yá. El ánimo y el gozo que debe haber en tu vida está sofocado por los problemas reales y percibidos que parecen grandes e invencibles. Añádale a eso alguna prueba inesperada, que sacuda a la familia, algo que duela, y el panorama se transforma en un desierto árido, seco y sin vida. La felicidad no parece existir en este laberinto de lucha y pena. Un remolino que nos tiene atrapado y promote ahogarnos.
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