Mediocridad

MI MEDIOCRIDAD, NUESTRA MEDIOCRIDAD

“La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”.

Gilbert Keith Chesterton

La vida diaria, la rutina, la dosis de trabajo y responsabilidades que nos bombardea continuamente cansa, nos agota, tanto física como mentalmente y porque no hasta sentimentalmente. Mucho trabajo, poco descanso, las presiones que nos envuelven, las preocupaciones que nos agitan y los nervios que nos atacan pueden hacer una existencia normal, una dura lucha contra el reloj.

Ya no hay tiempo para lo que uno desea y sus esfuerzos son para poder hacer lo mínimo para cumplir, en el trabajo, en la escuela o en cualquier obligación que tengamos. El ánimo y el gozo que debe haber en la vida está sofocado por los problemas reales y percibidos que parecen grandes e invencibles es necesario además sumar a esto alguna prueba inesperada, que sacuda a la familia, algo que duela, y el panorama se transforma en un desierto árido, seco y sin vida.

La felicidad no parece existir en este laberinto de lucha y pena. Un remolino que nos tiene atrapado y promete ahogarnos.

La conformidad se apodera de nosotros y con los años se convierte en nuestra manera de ser. No hacemos cosas que nos saquen de nuestra rutina, nuestra área de confort, nuestros amigos, nuestras costumbres. Esa persona que quería cambiar el mundo se estancó en la mediocridad. Lo que hacen en su trabajo, con sus amistades, con la familia y en su Iglesia son esfuerzos meramente mecánicos.

Este cansancio nos lleva a dejar atrás nuestros ideales, nuestras metas, todo por lo que ates luchábamos, convirtiéndonos solo en zombies de la sociedad, reconociendo solamente lo mas de lo menos, pero no lo mejor de lo peor, ¿Cuándo vamos a dejar de andar por el mundo o la vida sin rumbo alguno, cuando? ¿Cuándo vamos a dejar de ser zombies y vamos a empezar a ser entes vivientes? Por esta situación es por la que pasan miles de mexicanos.

“La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”.

Gilbert Keith Chesterton

Como mexicanos estamos conscientes que nuestro país es poseedor de todos los recursos necesarios para convertirse en una de las principales potencias a nivel mundial.

Si bien es cierto que contamos con todo lo indispensable para lograrlo. Que es lo que nos falta para trasformar el ideal de un México prospero en realidad. Nuestra sociedad se encuentra aletargada, y nos enfrentamos ante el mayor enemigo que existe su nombre apatía. El conformismo se ha vuelto el dogma persistente, nuestra filosofía de vida.

El gobierno en México es culpable en gran medida de la situación que vivimos actualmente. Pues nuestro sistema de gobierno mantiene un desequilibrio enorme, por cada 20 millonarios existen 20 millones de personas que se encuentran en pobreza extrema.

Esto nos demuestra que las desigualdades sociales son cada vez mas marcadas y son en parte causa de la situación actual. De igual manera es necesario erradicar por completo la discriminación hacia la mujer.

Ya es tiempo que le demos a la mujer el lugar que en realidad le corresponde, podemos comenzar cambiando el dicho “atrás de un gran hombre hay una gran mujer” porque tenemos que escondernos tras la figura

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