La Moral

La Moral

Para dar respuesta a los cuestionamientos realizados por el docente comenzaré citando la llamada Regla de Oro: «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. (Biblia de Jerusalén, Mt. 7, 12)

Esta regla define la conducta moral de todo ser humano, y en nuestro caso particular, o el que nos trae a realizar este análisis, la conducta moral del Docente y los actos morales del mismo.

Se nos explica en el medidor de contenidos que el Docente debe darle una significación moral a sus acciones dentro del aula, como proyecto necesario, y a partir de él tomar una posición moral respecto de sí mismo y de sus estudiantes. Es de esta posición y conocimiento de sí mismo el que dependerá la transmisión de valores hacia sus educandos y el que estos consideren la posibilidad de imitarlos y asumirlos como normas de vida. Para el docente comprometido dentro de la fe Católica (laicos) la exigencia es mayor, ya que no está exento al igual que todos, de esta cultura predominante de relativismo y sincretismo, de una supuesta tolerancia más bien libertinaje moral y actitudinal. Debe decidir esforzarse por tener un equilibrio de actitudes y respuestas, tanto fuera como dentro del aula acorde con “el evangelio” del que dice ser testigo.

Según el aforismo de los Siete Sabios Griegos, el conocerse a uno mismo, permitirá a su vez responder de forma asertiva a las respuestas emocionales de las personas que nos rodean. Entendiendo que el conocerse implica tener una visión objetiva de quien uno es y de lo que dice creer, esto debe verse reflejado en su vida, actitudes, palabras, respuestas y valores.

Por ejemplo, mis alumnos me cuestionan y preguntan con mucha regularidad a cerca de la homosexualidad y como un Dios-amor es incapaz de amar a los mismos homosexuales que él creó. El tema en lo personal, no es nada simple, no soy homofóbica, y he trabajado y sigo trabajando en cuanto a la compasión y la empatía hacia todo ser humano, sin embargo como Laico comprometida, pastoralista; estudiosa de la Biblia y como futura Profesional en el área de Sociales, no comparto el que personas con la misma genitalidad mantengan relaciones sexuales. No puedo condenar el amor, ni a las personas que dicen sentirlo hacia otros de su mismo género, lo respeto y lo inculco a mis estudiantes, incluso les exijo respeto hacia compañeros que muestran conductas diferentes a las que cultural y moralmente conocemos condicionan su género en particular, pero al responderles lo hago con honestidad y desde mi propia conducta moral: Dios les ama, nunca dejará de amarlos, pero en su sabiduría, creó hombre y mujer.

Me han llegado a preguntar si los amaría igual si decidieran ser homosexuales y les he dicho que si, pero que no me pidan aceptar su conducta sexual a partir de ese momento. Temas como el aborto, en los cuales cada día se inculca el “yo hago con mi cuerpo lo que quiero”, tienen distintas reacciones y de reflexión y cuestionamiento cuando les digo, por ejemplo: haz con tu cuerpo lo que quieras, pero no tienes derecho de quitar la vida a otros ni hacer con un cuerpo ajeno lo que quieras. Es tan difícil

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