La Practica De La Pedagogia

El quehacer de una educadora o educador no solo consiste en impartir los conocimientos a los niños o a los adolescentes, es muy importante que también se ponga atención y especial cuidado a las necesidades, intereses y sentimientos de los chicos. Es verdad que los estudiantes muchas veces pensamos que los maestros no nos comprenden o que no les importa lo que nosotros pensamos y es por eso que desde hace mucho tiempo ha habido un conflicto entre alumnos y profesores ante diferentes acciones o reacciones que los niños presentan en el desarrollo de sus actividades.

Esto se debe a que algunos profesores creen siempre tener la razón o saber el porqué de que un alumno reaccione de una manera determinada; para que todo esto se erradique debería de haber lo que es la “comprensión pedagógica” que se lleva a cabo mediante el “tacto pedagógico”, este se debe dar en el tiempo preciso y se usa para desenvolverse en circunstancias únicas y particulares. “La comprensión pedagógica siempre se interesa por las circunstancias únicas y particulares”. Es decir, le interesa lo que es mejor para el niño.

Existen diferentes aspectos de la comprensión pedagógica:

 La comprensión no sentenciosa.- este tipo de comprensión es receptiva, se pretende escuchar sin juzgar ni hacer especulaciones de lo que está pasando.

 La comprensión del desarrollo.- esta comprensión se lleva a cabo cuando el profesor conoce a su alumno y puede ayudarlo en situaciones específicas a superarse o madurar.

 La comprensión analítica.- esta comprensión pretende que el niño por si solo se dé cuenta que es fuerte en su interior y que puede enfrentar sus miedos el reto del profesor es convertir los sentimientos negativos en positivos para su superación personal.

 La comprensión educativa.- esta se da cuando el profesor identifica en sus alumnos cuáles son sus cualidades, debilidades, fortalezas y en que son mejores para canalizarlos hacia esas prácticas.

 La comprensión formativa.- se trata de separar lo que los padres quieren para los hijos de lo que en realidad es bueno para el niño, para que se forme en un adulto responsable y maduro.

Para que todo esto se lleve a cabo es necesario que exista entre el alumno y el profesor “la simpatía sincera” esta nos ayudara a comprender mejor a nuestros alumnos y creara en ellos una atmosfera de confianza que ayudara a fortalecer la comunicación y así mismo podremos orientar mejor a los niños.

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