La Profesión Docente Hoy
Enviado por 66683 • 3 de Marzo de 2013 • 874 Palabras (4 Páginas) • 626 Visitas
La profesión docente hoy está teñida de sufrimientos, contradicciones y desconciertos que la han llevado no sólo al deterioro de su imagen a límites preocupantes, sino también a una crisis de la profesión propiamente dicha.
Todo profesional debe tener una sólida formación en su disciplina, pero, además, se supone que cuenta con una autonomía, propia de dicha profesión, Por ello es necesario que se conviertan en objeto de análisis y reflexión, sobre todo la del profesional de la educación, ya que hoy comparte con otros trabajadores sociales la contradicción de hallarse sumergido en un presente, pero con el compromiso de proyectar un futuro mejor.
Algunas décadas atrás, el docente era al portador del saber y hoy, no sólo carece de conocimientos básicos reconocidos por la sociedad en su conjunto, sino que no se siente satisfecho de cumplir las expectativas que se le demandan, generándose así la culpabilidad, teniendo consecuencias negativas que le obligan a hacerse responsable por algo exterior a él.
El ejercicio de la profesión docente en el pasado detentaba una gran dignidad que surgía del saber y del lugar destacado que ocupaba el educador en la sociedad. En estos días, ya no es la escuela el templo del saber, ya no es el docente el “mago” que todo lo sabe, ni modelo de identificación. Los maestros tienen una visión pesimista sobre su profesión, que lo llevan, muchas veces, a guardar silencio y a esconder sus propias experiencias, sus propias prácticas, generando, frustración en la tarea docente, perdiendo autonomía en su propio trabajo y convirtiéndose así en un simple técnico. Hoy se lo individualiza frente al sufrimiento, ignorando su labor y el sentido de su trabajo , no se le reconoce como persona; debe defender derechos y reclamar espacios que le pertenecen para poder permanecer y para no caer en una vivencia depresiva que conduce y amplía sentimientos de indignidad, de descalificación e inutilidad .
Los docentes, por la situación actual, sienten incertidumbre alrededor del empleo, agotamiento marcado por la retribución económica, el desprestigio social y la falta de espacios de autonomía que lo llevan a una carga emocional muy importante, dificultándole la tarea, provocándole incapacidad académica, rutina y conformismo, siendo éstos sólo síntomas de un malestar más profesional y estructural.
Si bien se la considera como un servicio insalvable para la sociedad, a su vez se la percibe como despreciable y vergonzosa, quedando marcada, la tarea docente, por una tremenda soledad donde se mueven múltiples emociones que no pueden ser elaboradas psíquicamente, llevando al docente a un gran esfuerzo físico, pedagógico y, sobre todo, emocional.
Es en esta mortificación en la que el sujeto se siente coartado, al borde de la supresión como sujeto pensante, tendiendo, continuamente, a esperar soluciones mágicas. Por consiguiente,
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