La Vida A Los 60

La vida a los 60

Hoy es 1 de mayo del 2057, un día común y corriente para los demás pero para mí es un estúpido día que no quiero vivir. Desde pequeño nunca me agradó mi cumpleaños pues siempre lo he visto como un día cualquiera que debe ser vivido como tal y que no hay nada que celebrar pero por desgracia no todos lo ven así y se enfocan en hacerme de un día normal a uno incómodo y horrible con sus felicitaciones, abrazos y deseos llenos de hipocresía, año con año.

Recuerdo que en la infancia me ilusionaba saber que mi cumpleaños estaba próximo ya que eso significa un montón de billetes como regalo por parte de mis tíos pero al crecer, esa cantidad empezó a disminuir hasta volverse nula, quedando solo la convivencia y las pláticas que no llegaban a ningún lado y que cada año eran las mismas, ahí me di cuenta que en verdad no hay nada que celebrar, solo es un pretexto para reunirse pero ¿Y si no quiero reunirme con nadie en ese día? ¿Tan difícil es festejarlo a mi manera?

Hoy me veo en el espejo a los 60 años y sé que tendré que aguantarme otro año más, según parece, ser un astrofísico y físico teórico de renombre no tiene relevancia en cosas como estas. Debí de haber tomado ese cohete a Marte y así huir de lo que hoy me espera pero estás malditas rodillas no me dejan caminar hasta la terminal.

Al bajar del elevador observo a mi familia comiendo de esas populares comidas instantáneas en el comedor junto a 3 silurios (del planeta Silurio) que no conozco, lo primero que hacen es felicitarme por el día (peor cosa no pudieron hacer) y alagarme por mis investigaciones en la fórmula que unifica la relatividad y la mecánica cuántica.

No creo llegar a olvidar el día en que los silurios llegaron por primera vez a la Tierra, fue una mañana del 2042 y yo me encontraba en KATRIN (Karlsruhe Tritium Neutrino Experiment) comparando los datos del experimento de la semana anterior cuando nos llegó la noticia de que alienígenas habían llegado y estaban dispuestos a compartir su tecnología y conocimientos con nosotros. A partir de esa fecha la Tierra se vio envuelta de una colonización extraterrestre y de un auge en todos los sentidos dando mayor énfasis en la tecnología y la ciencia.

Después de fingir una sonrisa y una alegría ante las felicitaciones recibidas, me siento en la silla principal y como de esa porquería de platillo que los Kreptar (del planeta Kreptar) llaman wcacaxh wdexh wperroxh, yo solo quería un simple plato de espagueti.

Ya casi ha acabado el día y la sensación de incomodidad no tuvo nada que envidiar de los años pasados aunque lo único que me levantó el ánimo fue conversar sobre ciencia con mi hijo adoptivo, ese muchacho tiene gran potencial pues su interés e ingenio me parecen fascinantes, ojalá él llegue a ganar un premio Nobel como yo.

El reloj atómico marca las 12am y me dirijo a la cama, un hombre

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