La antropologia en nuestras vidas
Enviado por Verolibertad • 7 de Septiembre de 2012 • Trabajo • 1.688 Palabras (7 Páginas) • 1.208 Visitas
GÉNERO
LA ANTROPOLOGIA EN NUESTRAS VIDAS
Las mujeres en diferentes culturas cada vez trabajan fuera del hogar, en una amplia diversidad de empleos –doctor, abogado, contador, profesor- que antes se consideraban trabajos masculinos, sin embargo es cierto que aún las mujeres no han logrado la equidad en todos los tipos de ocupaciones. Las ideas acerca del comportamiento adecuado de género están cambiando de manera tan inconsistente como los patrones de empleo de hombres y mujeres. La expectativa estadounidense de que el comportamiento femenino adecuado debe ser cortés, comedido y dócil plantea un reto para las mujeres porque la cultura estadounidense también valora la decisión y la “defensa de las creencias”. Cuando los hombres y mujeres estadounidenses muestran un comportamiento similar, al expresar su opinión, por ejemplo, se les juzgan de manera diferente. La asertividad de un hombre puede admirarse y recompensarse, pero comportamiento similar en una mujer puede considerarse como agresivo… o peor.
La capacitación, los estereotipos y las expectativas culturales generan obligaciones tanto para los hombres como para las mujeres. Por ejemplo, en la cultura estadounidense se estigmatiza a los hombres que lloran. Está bien que los niños pequeños lloren pero convertirse en hombre con frecuencia significa abandonar las expresiones naturales de gozo y tristeza; con los estereotipos, cambiar de opinión se asocia más con las mujeres que con los varones, y si éstos los hacen se les señala como débiles, y pueden verse como “afeminados”.
SEXO Y GÉNERO
Los antropólogos al estudiar dimensiones de la biología, la sociedad y la cultura se encuentran en un lugar privilegiado para explicar el grado de qué aspectos de la naturaleza (predisposiciones biológicas) y la crianza (ambiente) determinan el comportamiento humano. Nuestros atributos como humanos están determinados por los genes y el ambiente durante el crecimiento y el desarrollo. Las preguntas acerca de la naturaleza y la crianza surgieron en la discusión sobre los roles de sexo y genero humanos y la sexualidad. Las mujeres tienen dos cromosomas X y los hombres poseen uno X y uno Y. El padre determina el seso de un bebé porque sólo él puede transmitir el cromosoma Y. La diferencia cromosómica se expresa en contrastes hormonales y fisiológicos. Los humanos son sexualmente dimórficos. El dimorfismo sexual se refiere a las diferencias en la biología de machos y hembras, más allá de los contrastes de mamas y genitales. Mujeres y hombres difieren no sólo en características sexuales primarias (genitales y órganos reproductivos) y secundarias(mamas, voz, distribución de pelo), sino en peso, altura, fuerza y longevidad promedio. Las mujeres tienden a vivir más años que los varones y presentan excelentes capacidades de resistencia (los hombres tienden a pesar más y ser más altos que las mujeres). Durante la evolución biológica humana ha existido pronunciada reducción en el dimorfismo sexual.
Los antropólogos descubrieron similitudes y diferencias entre los roles masculinos y femeninos en culturas diferentes. Aunque en la mayoría de las sociedades los hombres tienden a ser un poco más agresivos que las mujeres, muchas de las diferencias se deben más a la cultura que a la biología. Las diferencias sexuales son biológicas, pero el género abarca todos los rasgos que una cultura asigna e inculca en varones y mujeres. En otras palabras, el “género” se refiere a la construcción cultural de ser mujer, hombre o algo más.
Los antropólogos pueden detectar temas y patrones recurrentes que involucran diferencias de género. Y también pueden observar que los roles de género varían con el ambiente, la economía, la estrategia adaptativa y el tipo de sistema político.
Los roles de género son las tareas y actividades que una cultura asigna a los sexos. En relación con los roles de género se encuentran los estereotipos de género, que son imágenes demasiado simplificadas, pero fuertemente arraigadas, acerca de las características de los hombres y las mujeres. La estratificación de género describe una distribución desigual de recompensas entre varones y mujeres, que reflejan sus diferentes posiciones en una jerarquía social.
En las sociedades sin Estado, la estratificación de género con frecuencia resulta del prestigio más que de la riqueza. Los hombres inglot por ejemplo, como cazadores de cabezas, visitaban lugares distantes. Adquirían conocimiento del mundo exterior, amasaban experiencias y regresaban a expresar su conocimiento, aventuras y sentimientos en discursos públicos. Adquirían fama. Las mujeres, en cambio éstas no contaban experiencias externas.
PATRONES DE GÉNERO RECURRENTES
Entre las sociedades que la etnografía ha estudiado hay una tendencia muy fuerte a identificar actividades de acuerdo al género, por ejemplo, señalar que los hombres construyen botes, sin embargo hay excepciones como las mujeres del grupo nativo americano llamado hidatsa, que construían los bores que usaban para cruzar el río Misuri. En África las mujeres cazan al capturar pequeños animales lentos, usando sus manos o una red.
Las excepciones a las generalizaciones transculturales pueden involucrar sociedades e individuos. Es evidente que, en una muestra de 185 sociedades (tabla anterior), ciertas actividades (“actividades intercambiables”) se asignan tanto a hombres como a mujeres. Entre las más importantes están la plantación, el cuidado y cosecha de cultivos. Culturalmente otras, como el trabajo de madera y la elaboración de instrumentos musicales, las realizaban de manera indistinta hombres y mujeres. Las mujeres se dedican más al cuidado infantil que los varones.
Actividades generalmente masculinas Actividades intercambiables (M o F) Actividades generalmente femeninas
• Cazar animales acuáticos
• Fundición de minerales
• Tala de árboles
• Caza de grandes animales terrestres
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