Las metas individuales y familiares
Enviado por grettelita • 28 de Enero de 2015 • Síntesis • 2.261 Palabras (10 Páginas) • 290 Visitas
Las metas individuales y familiares
Deberes y bendiciones del Sacerdocio, Parte B, 1997
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Esta lección está diseñada para ayudarnos a alcanzar metas personales y familiares.
Introducción
Una meta es algo que queremos lograr. En nuestra vida premortal, como hijos espirituales de nuestro Padre Celestial, aprendimos que esta vida sería una etapa de progreso en la que nos prepararíamos para que un día llegáramos a ser como nuestro Padre Celestial. Esa debería ser la meta más importante en la vida. Para poder alcanzarla debemos establecer algunas metas intermedias y, al hacerlo, ellas nos ayudarán a vivir una vida abundante.
Cómo seleccionar metas personales y familiares
El primer paso para seleccionar una meta es examinar nuestra forma de vida y hacer planes para mejorar. Si deseamos ser más fuertes espiritualmente, por ejemplo, deberíamos examinar nuestra fuerza espiritual y luego establecer metas apropiadas para mejorar en ese aspecto. Al hacerlo, podemos considerar las siguientes preguntas:
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¿Oro con la debida frecuencia?
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¿Soy digno de recibir respuestas a mis oraciones?
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¿Conozco las palabras de los Profetas y sigo su consejo?
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¿Leo regularmente las Escrituras?
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Llevar a cabo estas cosas toma tiempo y esfuerzo; por lo tanto, deberemos escoger una o dos metas en las que podamos mejorar primero. A medida que cumplamos con una, podremos concentrar nuestros esfuerzos en otra. La perfección es algo que logramos paso a paso durante toda nuestra vida y no tiene lugar solamente por el hecho de que nos propongamos esa meta.
También debemos considerar el progreso que esperamos con respecto a nuestros estudios, trabajo y en otros aspectos de la vida. A medida que consideremos cada aspecto de nuestra vida, deberemos determinar las forma en que habremos de mejorar y, después, debemos establecer metas para ayudarnos a lograrlo. En verdad, cada meta debe ser desafiante pero al mismo tiempo tiene que ser algo que se pueda lograr.
Invite a los miembros de la clase para que hagan una lista razonable de metas en los siguientes aspectos: la oración, el estudio de las Escrituras, la noche de hogar, el matrimonio en el templo, la historia familiar, la orientación familiar, la obra misional, el diezmo, el tener pensamientos limpios, los estudios y la profesión o el trabajo.
Para establecer metas personales debemos considerar en primer lugar lo que deseamos hacer y luego tener en cuenta nuestras habilidades. Debemos orar para obtener la inspiración que necesitamos del Señor. Quizás queramos pedir a nuestros padres, a los líderes de la Iglesia y a nuestros amigos una orientación que nos ayude a establecer esas metas. Tenemos que decidir lo que queremos hacer, cómo lo vamos a lograr y cuándo deseamos lograrlo.
El presidente N. Eldon Tanner relató una experiencia que él tuvo con un nieto que estableció una meta personal:
El nieto dijo: “ ‘Abuelo, he asistido al cien por ciento de mis reuniones de la Iglesia desde que fui ordenado diácono hace un año… No he faltado a ninguna reunión sacramental, de la Escuela Dominical ni del sacerdocio’.
“Le felicité y dije: ‘John, si sigues asistiendo al cien por ciento de tus reuniones hasta que tengas la edad de salir a una misión, yo te pagaré la misión’.
“Yo pensé que me hallaba totalmente a salvo del compromiso, pero él se dio a la tarea de salir adelante con su cien por ciento de asistencia a la Iglesia. Recuerdo cómo en dos ocasiones supo poner en práctica la autodisciplina: en una oportunidad, su tío lo invitó a un viaje que iban a hacer él y sus hijos y que incluía el domingo lejos de la casa. Mi nieto les preguntó si en el lugar donde irían podría asistir a la Iglesia; como le dijeron que allí no sería posible, él contestó que en tal caso no podría ir porque estaba empeñado en lograr su cien por ciento de asistencia; y sacrificó así un lindo paseo al mar y a una isla.
“En otra ocasión, se fracturó una pierna cerca de un fin de semana y lo primero que preguntó al médico que lo atendió fue si iba a poder asistir a la Iglesia el domingo siguiente. Y, por supuesto, fue a las reuniones con muletas.
“Cuando cumplió 19 años, me dijo: ‘Abuelo, desde que hicimos ese trato, he asistido al cien por ciento de las reuniones de la Iglesia’. Naturalmente, le pagué la misión y con mucho gusto. Aquel logro ha ejercido una gran influencia en su vida” (véase “Alcanzar el éxito mediante el autodominio”,Liahona, octubre de 1975, págs. 25–26).
¿Cuánto tiempo trabajó este joven para alcanzar su meta? (Seis años.)
¿Cómo piensa usted que se sintió cuando alcanzó su meta?
Para establecer metas familiares, las familias deben hablar de sus deseos y sentimientos los unos con los otros. Cada persona deberá participar para establecer la meta, con el padre como encargado de encauzar la discusión. La oración puede ayudar al establecer la meta.
El élder J. Thomas Fyans relató la forma en que una familia seleccionó sus metas:
“A cinco mil kilómetros de distancia de [Salt Lake City] vive una familia que nuevamente hará algo muy especial después de esta conferencia. Cuando llegue a su hogar la revista de la Iglesia con los discursos pronunciados aquí, dicha familia leerá inmediatamente los mensajes, pidiendo a sus hijos mayores que hablen en cuanto al contenido de los discursos que escojan.
“Pero no se limitarán solamente a la lectura de los mensajes; en sus reuniones de la noche de hogar escogerán metas personales y familiares basadas en los mensajes de la conferencia. Sus metas serán prácticas: recordar a la abuela en las oraciones cotidianas, aprender de memoria un himno de la Iglesia, revisar su preparación familiar, hacer la voluntad del Señor a la manera de Él y no a la manera que uno desea, llevar a la Iglesia a alguien que no sea miembro. Comentarán en cuanto a sus metas y orarán con respecto a ellas, repasándolas constantemente. Nada tiene de extraño que el padre de esta familia dijese: ‘Nuestra familia considera la conferencia general de la Iglesia como la lista que da el Señor de las cosas en las cuales debemos concentrarnos. Esto significa, tanto para nosotros como para nuestros hijos, más de lo que podríamos expresar con palabras’ ” (véase “Las conferencias: faros que orientan nuestra vida”,Liahona, julio de 1975, pág. 41).
¿Qué hizo esta familia para seleccionar sus metas?
Las metas nos ayudan en nuestro progreso eterno
Pida a los miembros de la clase que piensen por unos momentos acerca de sus metas eternas. Invítenlos para que compartan algunas de sus metas con el resto
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