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Lecciones En El Alma


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2012  •  506 Palabras (3 Páginas)  •  298 Visitas

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Tengo diez y siete y no soy lo que esperabas

mi coeficiente es más fuerte que las balas.

No gusto de imitar lo que pinta el mundo

yo soy un poeta libre, incluso un vagabundo.

Las avenidas de mi pueblo y sus locaciones,

calles y callejones

conozco todos los rincones, no hay excepciones.

Poseo un léxico con el cual hablo,

tengo un libro con el que discuto

y esculpo con palabras todo lo que veo y siento.

Ya no me rindo ante el cemento,

para mí lo que dice el clero son solo argumentos.

No me hundo con yunques de acero,

tampoco creo en una vida llena de ajetreo.

Busco más allá del cosmos,

investigo las verdades

y no me postro ante gente estúpida y manipuladora

que pretende controlarme con una caja registradora.

Materialismo, afuera

Sensacionalismo, enferma

Surrealismo, la verdad.

Sé que soy un personaje en el juego de la vida

y que tarde o temprano pereceré ante las heridas.

Pero por ahora disfruto todo lo que tengo,

comparto con mis verdaderos amigos y

tengo más de una razón para ser feliz,

retengo en mi interior mil y un matiz.

No me rindo cuando llega la tormenta,

salgo, bailo, rio… mi mente está contenta.

Si lloro es porque soy humano

y sé que esa es la mejor forma de sanar el pasado.

Ya no voy diciendo todo lo que sé

pues aprendí que no todos merecen

una enseñanza que les enderece,

a veces el mejor camino es el que te duele y te hiere,

es ese el camino que forma al que realmente crece.

Muchos humanos tan solo aprendemos

cuando nos levantamos

del fondo en el que habitamos,

necesitamos de un recordatorio

para saber que al final todos iremos al purgatorio.

La muerte, el hades, el otro lado,

como quieras llamarle,

estarás un día helado, en una tumba enterrado.

La única certeza absoluta en esta vida

es que hay rutas infinitas

que te llevan con la muerte a una cita.

Los humanos somos inteligentes,

criaturas celestes.

Hijos de un mismo padre celestial,

dignos de una gloria de materia elemental.

No quiero dejar de pensar,

pues para mí actuar

es sinónimo de meditar.

No quiero ser impulsivo, viento,

moviéndose excesivo por el tiempo.

Quiero regresar al lugar que solía habitar

y quiero tantas cosas, que debo ya empezar.

Pero sé que por ahora

solo tengo lo que tengo,

y me conformo de una forma rara

pues aun pretendo conquistar el cielo,

...

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