Legales
Enviado por rochi33 • 2 de Noviembre de 2013 • Informe • 12.039 Palabras (49 Páginas) • 238 Visitas
Pretendemos que la sociedad que contribuimos a crear y que a su vez nos crea sea una sociedad sana, con valores compartidos que promuevan el desarrollo y la dignidad humana, donde el hombre sea un fin y no un medio de otros, donde predomine lo que es bueno sobre lo que es malo para el hombre.
• Sentido del bien y del mal
Darse cuenta de lo que es bueno o malo, para el hombre tiene mucho más de sentido común que la necesidad de que nos sea explicado por expertos en ética.
Todo el mundo lo sabe; ya lo decía mi abuelita y creo que también la abuelita de mi abuelita: “Nene/a, no juegues con fuego que te vas a quemar, no tomes la sopa muy caliente, no mates los pajaritos, no rompas las plantas, no le tires de la trenza a la nena, lee los diez mandamientos, etc, etc.,...”
O sea, no nos hagamos los desentendidos porque todos sabemos lo que está bien y lo que está mal, lo que se debe hacer y lo que no. Todos los seres humanos nacemos con un sentido del bien y del mal salvo que tengamos un grave desorden mental, o que seamos directamente amorales.
• Ley natural, ley moral
Kant dice que el hombre se rige por dos leyes: la ley natural y la ley moral.
La naturaleza se rige por la ley de la necesidad; el ser humano no sólo por la necesidad, sino también por la ley moral.
Según Kant, hay principios que son imperativos categóricos (racionales y universales) que no pueden ser subordinados a un fin. Se aceptan concientemente, son auto obligados y no son impuestos por autoridad externa a uno mismo. Es un mandato que viene desde lo profundo del ser.
• Valores o principios
Estos valores o principios que surgen del sentido común, de las necesidades de los individuos y en consecuencia de la sociedad que construyeron, no sufren muchas variaciones a lo largo de la historia del hombre y pueden ser resumidos en unos pocos tales como:
El hombre debe ser reconocido por los otros como autónomo: mientras no interfiera con la libertad de los demás, es libre de definir la orientación de su vida.
Como el ser humano es un fin en sí mismo, no puede ser tomado como medio o instrumento de otro para lograr algo. Ser “instrumento” degrada la condición humana, como por ejemplo el trabajo esclavo que explica en gran parte el presunto “éxito económico de los países emergentes”.
Esto no significa que el hombre tenga independencia absoluta. Ya decíamos que sólo es posible vivir en sociedad y esto significa perder algunas libertades para ganar otras.
El ser humano debe disponer de su propia vida y es responsable ante sí y ante los otros del destino que le dé a su existencia.
Principio de justicia: todos los seres humanos deben tener iguales derechos para alcanzar los elementos que le permitan su pleno desarrollo.
Una sociedad es injusta cuando no permite que todos sus miembros tengan satisfechas sus necesidades básicas y esenciales para cada uno de ellos, sin distinción de raza, credo o religión, como dice nuestra Constitución (¿o no dice eso?).
También todo ser humano tiene la obligación moral de hacer el bien a los otros. Nadie puede hacer daño a otro intencionalmente. En todas las religiones se impone el principio de hacer el bien.
Desde nuestra concepción holística del ejercicio de la profesión, esto debe hacerse extensible a toda forma de vida; la ecología es parte de la ética. Albert Schweitzer definía la ética como reverencia por la vida.
• Escala de valores
Escuchamos decir, y también decimos muchas veces, que la ética no es la misma a lo largo de la historia, que es dinámica, que se modifica, pero si los valores que son los que sustentan la ética, no se modifican, ¿cómo es entonces que la ética cambia?.
Lo que cambia en realidad es como ordenamos esos valores, cuáles están en la punta de la pirámide y cuáles en la base.
La ética no cambia, la ÉTICA entiende acerca de las costumbres y los comportamientos de la acción interhumana, del cómo se aplican, se ordenan o se priorizan unos valores sobre otros.
En algunos momentos de la historia, la punta de la pirámide era Dios o el Rey; en otros, los proletarios; en otros, el Sol o la Luna, etc.
En estos tiempos que nos toca vivir, Jaime Barylko afirma, y comparto, que los valores predominantes en esta sociedad argentina, transferidos al igual que la deuda externa, desde los países del primer mundo con la complicidad de los llamados medios de comunicación social (o mejor dicho formadores de opinión al servicio de intereses de todo tipo) son el ECONÓMICO y el ESTÉTICO. Dinero y cirugía plástica...
Estos valores predominantes a los que se refiere Barylko, nos fueron impuestos a través de un paciente trabajo de lavado de cerebros, donde la TV y este invento, no tan reciente de comunicadores (opinadores) sociales cumplieron un rol fundamental.
Si estos valores constituyen la ética de los argentinos, nuestro futuro es extremadamente preocupante.
Creo que vamos a una sociedad, cada día más fragmentada, libanizada, nos dicen los políticos que diagnostican y nos dan siempre esos memorables discursos que nos dejan tan felices y esperanzados...
La ética de una sociedad no debería ser una ética domesticada donde el domador (póngale el nombre que le guste...) nos diga qué valores deben estar arriba y cuáles debajo.
Creo que deberíamos construir una ética, sin abandonar nuestras íntimas convicciones personales, religiosas o políticas, basada en un consenso sobre lo que consideramos lo más importante para vivir en una sociedad justa.
Un acuerdo sobre lo mínimo para poder convivir, donde cada acto humano sea tomado con las dos condiciones esenciales que lo constituyen: conciencia y libertad, respetando nuestra intimidad, nuestras diferencias, nuestra dignidad humana.
La libertad es el valor fundamental, es lo que me hace ser humano.
Pero debemos tener en claro que libre no es el que puede hacer todo, sino el que además conoce sus límites y los acepta.
Digo límites y no renuncia porque renunciar a la libertad es renunciar a la condición del hombre, a los derechos de la humanidad e incluso a los deberes.
(Rousseau J.J.)
También nos dice Rousseau que ningún hombre tiene una autoridad natural sobre sus semejantes. Ninguno.
Hablamos de valor fundamental, hablamos habitualmente de valores, pero a qué nos referimos
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