Literatura

Yerma, Gabriel Garcia Lorca

El tema de esta obra habla claramente de la esterilidad, lo cual abre ampliamente a varios análisis y opiniones para analizar desde diferentes perspectivas.

En este ensayo se tratará puntualmente de “la decepción de un sueño incumplido”.

Desde la prehistoria, las mujeres han asumido un papel muy importante y particular por el solo hecho de crear vida, lo cuál la hace naturalmente vulnerable y sensible ante el sexo opuesto, el hombre.

El mandato social radicado en todas, o casi todas, las sociedades apela a la fertilidad como principio de cualquier suceso y hasta se toma a la maternidad como la culminación de de todas las expectativas que una mujer puede esperar.

Tradicionalmente le ha correspondido a la mujer ser madre y cuidar de su/s niño/s. Esta madre que puede dar a luz es la “mujer fuerte”, la cual no solo es capaz de crear y trascender muchas generaciones sino que además es apta para realizar cualquier cosa que se proponga. Sin embargo la mujer estéril representa la inutilidad vista de esta manera por la sociedad por no tener descendencia. Esta diferenciación que la sociedad hace desde principios de la historia tiene que ver con la fuerte imposición y dominio que el hombre tiene sobre la mujer, sobre todo en la época que ocurre la historia de Yerma en el cual las mujeres eran mudas, calladas, con voz desaparecidas

en la que nadie nunca comprendía las replicas o dolores que ellas padecían.

Tan relacionado estaba la decepción, el fracaso con la esterilidad que en tiempo de cosecha los campesinos no dejaban que las mujeres infértiles se acercaran al campo ya que “quemaban la cosecha” con su sola presencia. La mujer que estaba preñada era bendecida porque era sinónimo de prosperidad, expansión y fertilidad, lo cual traía la mejor siembra.

“La decepción de un sueño incumplido”, se refiere a la perdida de rumbo que tiene la vida de una mujer al no poder concebir un hijo. Desde la antigüedad se ha puesto demasiado énfasis en seguir ciertos modelo y mandatos sociales que conllevan a la “decepción” de la mujer por no ser madre.

Ante esta situación en la que se encontró Yerma, ella representó a todas las mujeres de esa época, pone en tela de juicio el verdadero rol que ocupa la mujer en la sociedad ya que muchas veces se olvida que el mayor triunfo y éxito de la mujer es se verdaderamente mujer, sin rechazar su naturaleza, la mujer sin el afán de encabezar un falso protagonismo, que si bien la mujer es pieza clave en la sociedad y en la humanidad misma y es ella quien proporciona la vida al ser humano, participa de la creación, con la maravilla de ser madre, también tiene el derecho a ser feliz y a sentirse culminada aun sin tener la necesidad de ser madre.

Que

la mujer se vea

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