Los Fantasmas Del Espejo
Enviado por merisita • 13 de Octubre de 2013 • 591 Palabras (3 Páginas) • 610 Visitas
Me presento con mi historia ya que mi nombre da igual. La historia de mi lucha contra migo misma…
Me vi en el espejo. Tenía la impresión de que mis michelines llegaban hasta mis rodillas, que mis muslos eran los de un camionero, que mis patas parecían las de un elefante… Mi cuerpo era pura grasa, me veía un monstruo.
Fue entonces cuando decidí dar un giro total a mi vida: adelgazar. Me podría poner la ropa que estaba de moda y que no me sentaba bien ya que yo era muy GORDA. El “look” no era el “look” y eso tenía que cambiar. La palabra GORDA la iba a eliminar, aniquilar, matar… ese era mi único objetivo. Lo que había empezado siendo un juego de conseguir un “look” de revista había empezado a ser una obsesión.
Desde aquel día se acabaron los chocolates, bollos, galletas cualquier tipo de comida que me convirtiera en una GORDA. Evitar comer era todo un juego donde utilizaba toda mi inteligencia en mi contra, aborrecí el comer. Esos pantalones que tanto me habían gustado y que no me habían servido me cabían pero estos ya no eran mi objetivo. Yo ya tenía el “look” pero me era insuficiente. El cuenta-calorías me obsesionaba y seguía viéndome GORDA.
80 a 75 kilos 75 a 70 kilos… 35 a 30 kilos. El pelo se me caía a mechones en la ducha y la regla me había desparecido hacía meses. La gente me advertía sobre mi delgadez pero estas eran palabras vagas, sin significado para mi, simplemente compromiso. No fue hasta que mi gente más cercana se empezó a preocupar de manera exagerada sobre mi ahora anorexia.
- Estás demasiado flaca. Te podría contar los huesos uno por uno de lo delgada que estas.-
Así fue como me encerraron para que comiera, inventándose de que yo padecía de una enfermedad llamada anorexia. Simples mentiras para que engordara, para que fuese una vaca, para que fuese algo que odiaba: una GORDA.
Me pase 1 año entrando y saliendo de esa cárcel que me tenían encerrada. El trato era este: comías y podías hacer lo que te apeteciera (por supuesto sin entrar en el baño que era controlado) o no comías y te quedabas encerrada en tu habitación. Las chicas que estaban en mi misma situación tenían trucos de sobra para evitar comer y acabe aprendiendo de las veteranas.
Llegó el día. Acepté hacer lo que el médico me pedía: la dieta de las 1500 calorías. Comí todo lo que se me mandaba aun odiándome a mi misma. Pero la traición acabo apareciendo. El médico me mintió y de las 1500 calorías pasaron a 2000. Cosa que se veía venir. Me querían cebar de comida para que explotase. No podía más.
Decidí entonces hacer un plan, el plan para olvidarme de las calorías, de la grasa, de mis problemas…: el suicidio. Todo iba acorde el plan: me dejaban salir del hospital, ya que había comido durante toda la semana. Mostré una actitud reacia con mi madre la cual estaba viviendo esto de mi enfermedad casi tan
...