Los Valores
Enviado por jessicaliliana83 • 27 de Mayo de 2014 • 3.379 Palabras (14 Páginas) • 212 Visitas
LOS VALORES
“Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas”.
“Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud”.
“Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes”.
“Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones,con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad”.
CRISIS DE VALORES
Aunque nos enseñen que la honestidad es un comportamiento ideal deseable (y todos lo aceptamos como algo cierto), la interpretación y el sentido que le damos en la práctica suele variar de una persona a otra.
Estas diferencias se traducen en actitudes e incoherencias muy concretas. Por ejemplo, ser honesto, entre otras cosas, significa cumplir con todos los deberes dentro de una organización, pero no es común que se asocie la impuntualidad injustificada con la deshonestidad.
En las organizaciones existe la tendencia a dar por sentado que todos sus integrantes conocen el significado de un valor, pero su definición general no es suficiente para que todos respondamos de la misma manera frente a situaciones con características particulares.
Por ejemplo, hay un consenso generalizado sobre los beneficios de trabajar en equipo. Es un valor implícito en la naturaleza de una organización. Sin embargo, al mismo tiempo, es uno de los comportamientos sobre el que existe más polémica.
El trabajo en equipo no es algo que sucede automáticamente por el hecho de estar todos en un mismo lugar. Poner en práctica de manera armoniosa este valor requiere de un esfuerzo y un coraje individual muy especial. Por tal razón, los grandes equipos trabajan y entrenan mucho para llegar a ser así.
El sentimiento de “crisis de valores” nos aborda cuando con frecuencia vemos a los integrantes de nuestro equipo no poner en práctica los principios organizacionales que se supone conocen, o exhiben comportamientos contrarios a los mismos.
Al sentir que no remamos en la misma dirección se produce mucha tensión en la organización o comunidad. Es lógico que así sea, porque todo nos cuesta más: ponernos de acuerdo, actuar de manera coordinada y lograr los objetivos que nos lpanteamos.
Se ha vuelto un lugar común dentro de las empresas hablar de valores como la excelencia, el liderazgo o la innovación. Pero en la mayoría de los casos son sólo palabras o intenciones generales. Los miembros de esas organizaciones no cuentan con suficiente orientación para comprender lo que esos conceptos significan frente a sus retos cotidianos.
Los ejemplos anteriores son apenas algunas de las contradicciones que originan la sensación de crisis de valores. Cuando la teoría y la práctica se contraponen generan tensión, insatisfacción y crisis. En otras palabras, no es fácil promover valores si en la cotidianidad prevalecen otros principios o “anti-valores”.
Las crisis de valores, creencias o principios se producen cuando su significado comienza a perder sentido y utilidad práctica en asuntos concretos.
En lo que respecta a la crisis de valores, se puede decir que es la dolencia de las sociedades actuales, y esta se puede ver en todos los ámbitos de nuestra vida. Hay crisis de valores cuando con nuestro verbo pregonamos una cosa y a la hora de actuar hacemos todo lo contrario, recordemos que son valores: la honestidad, la solidaridad, la justicia, el amor, la cooperación, la amistad entre otros.
La crisis de valores tiene dos puntas. Según como se mire se puede pensar que se cayó en un pozo o que estamos en un túnel viendo la luz de la esperanza.
Crisis de valores remite a separar lo bueno y lo malo, al punto de bifurcación entre caminos antagónicos. Si no existiesen crisis de valores habría que inventarlas porque sirven para romper con la rigidez, la repetición y la pérdida de vitalidad que genera el paso de los años.
La crisis de valores disuelve esa dura roca en la que nos convertimos y la transforma en el polvo de donde venimos, con el cual se puede dar forma a la reinvención de uno mismo.
La crisis del águila cuando a los 30 años descubre que morirá si no cambia su pico, sus uñas y sus alas la resuelve haciendo un vuelo de renovación a lo alto de la montaña y mediante un lifting integral regenera el nuevo equipaje que le permitirá vivir 30 años más.
En el hombre las formas normales se oponen a las paradojales y juzga con sentidos atrofiados por la costumbre. Por razón o por conveniencia los hábitos moderan o impiden el cambio. Freud decía que “la herejía de una época es la ortodoxia de la otra”.
Morir con las botas puestas En el nuevo espacio entre lo nuevo que irrumpe y lo viejo que se quiere sostener se plantea esa batalla que a menudo se resuelve en otro campo, cuando la mirada creativa descubre que yo no soy mi trabajo sino que simplemente yo soy.
La crisis de valores aparece como un dolor de parto anunciando que algo nuevo sucederá, como la vida que cambia cada día. Según el tipo de respuesta ante la oportunidad habrá apertura o cierre, temor o esperanza, nacimiento o no de una nueva manera de ser.
El hombre moderno perdió los valores que le daban fortaleza ante la crisis, ahora se limita a reaccionar en lugar de actuar como su propulsor. Para tener valor para desarrollar o enfrentar una crisis hay que tener valores. Para crear valor hay que tener valores
Crisis de valores Los valores tradicionales de verdad, bien, belleza, lo sagrado y los nuevos valores de ciencia, progreso, solidaridad y humanismo; chocan con otros negativos como la tecnología convertida en fin y la moda, provocando la crisis de valores.
La información instantánea suplanta al sentido histórico y al estudio de las tendencias y la frivolidad altera las bases de la educación. Entonces ¿qué debe prevalecer: la herencia o la invención, la reproducción o la creación, la emisión o la recepción?.
Hasta el valor positivo de la creatividad tiene su aspecto negativo cuando resalta el materialismo o el individualismo sobre la solidaridad y las identidades nacionales.
Hacia un valor
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