Los alimentos enlatados
Enviado por miguelmg • 17 de Mayo de 2013 • 1.936 Palabras (8 Páginas) • 408 Visitas
Los alimentos enlatados ofrecen muchas ventajas, son nutritivos, duraderos y se pueden consumir fuera de temporada, además las latas que se utilizan permiten conservarlos sin ningún riesgo.
Los alimentos que consumimos se presentan en formas diferentes, naturales, procesados, enlatados, envasados, empaquetados, deshidratados o congelados. Lo importante es saber cuáles son los más nutritivos y cómo conservan sus características nutricionales, para poder elegir mejor.
Los alimentos enlatados, tienen muchas ventajas en la vida moderna, sin embargo, su aspecto nutricional ha sido subestimado por muchos años y contrariamente a lo que la mayoría de los consumidores piensan, conservan su valor nutricional sin alteraciones, además de tener muchas ventajas sobre los alimentos frescos, los que sin duda constituyen la mejor opción, si sus condiciones son las adecuadas.
Las frutas y verduras frescas deben ser consumidas en el menor tiempo posible posterior a la cosecha, ya que pierden vitaminas después de pocos días, incluso almacenados a temperatura recomendada en un refrigerador.
Esta pérdida de nutrimentos se acentúa cuando en casa, las frutas y verduras son sometidas a un proceso poco adecuado de preparación, por ejemplo, cuando son cortadas de forma muy fina, cuando son sometidas a procesos de cocción por largo tiempo, en recipientes destapados y con una cantidad de agua no apropiada.
Esto mismo sucede con las carnes, pollo y pescados, que además al ser cocinados, refrigerados y vueltos a calentar pierden todavía más la cantidad de nutrimentos disponibles.
Por otra parte, es importante considerar tener una buena higiene en la preparación de los alimentos ya que se pueden contaminar con mucha facilidad y ocasionar enfermedades gastrointestinales. Todo esto conlleva a dedicar gran cantidad de tiempo en la adecuada selección, manejo y preparación de los alimentos que vamos a ofrecer a nuestra familia, tiempo que hoy en día casi no disponemos por las ocupaciones laborales o por las complicaciones que ofrecen ahora las grandes ciudades.
Los alimentos enlatados ofrecen una buena alternativa para consumir alimentos nutritivos, ya que son cultivados y elegidos minuciosamente cumpliendo con todas las especificaciones y estándares de calidad, además son almacenados bajo estrictas normas de higiene y son envasados sólo en el momento idóneo en el que el producto se encuentra en el grado de maduración y conteniendo la mayor cantidad de atributos nutrimentales.
En el enlatado, el tiempo entre la cosecha, el transporte y el procesamiento de los alimentos es relativamente corto y ésta es una de las principales razones por las que el alto valor nutritivo se mantiene, es un excelente medio para conservar los alimentos en forma estable ya que protege las vitaminas y minerales, porque son cocinados a la temperatura exacta y el tiempo adecuado.
Una vez que se ha enlatado el alimento, la pérdida de nutrimentos se detiene y se conservan debido a la ausencia del contacto con el medio ambiente y además es una manera fácil y segura de agregar vitaminas y minerales a la dieta. En algunos alimentos, como el puré de tomate, aumenta la disponibilidad de algunos nutrimentos como los licopenos, sustancias propias de este alimento y con cualidades benéficas que puede proteger contra el cáncer y por ser antioxidante también protege contra enfermedades cardiovasculares.
Los alimentos enlatados son alimentos frescos, que han sido cocinados y colocados en un envase con un recubrimiento interno de grado alimenticio que protege al alimento, es por ello que no existe ningún peligro al consumir un alimento contenido en una lata que ha sufrido por alguna razón alguna abolladura, a menos que esté inflada, explote al abrirla o presente óxido.
Las latas son cerradas herméticamente y sometidas a un proceso de calentamiento uniforme, por lo tanto, no se necesitan aditivos y pueden consumirse de forma segura y confiable. Tienen una vida de almacenamiento más larga que cualquier empaque de otro material y no necesitan consumir grandes cantidades de energía durante la refrigeración. Los envases de acero no son tóxicos y no afectan el sabor ni la calidad del contenido. Las latas son impenetrables a la humedad, gases, luz y a los olores por lo que los alimentos enlatados son los que se conservan en óptimo estado por más tiempo.
Los alimentos enlatados no llevan conservadores químicos, porque son conservados gracias al cierre hermético y al proceso térmico a los que son sometidos. Las cantidades de sal y azúcar utilizadas son controladas cuidadosamente de acuerdo a las recomendaciones generales para consumo humano, lo que en muchas ocasiones no sucede en la casa cuando preparamos alimentos y no contamos con la medida exacta.
Muchos productos alimenticios enlatados están disponibles en presentaciones con poca sal y sin sal (muy convenientes para personas hipertensas). En cuanto a problemas de obesidad, es posible llevar una alimentación sana y balanceada con base en alimentos enlatados (atún, verduras, etc.).
En resumen, los alimentos enlatados:
Son completamente seguros.
Sanos
Con todas las propiedades nutritivas.
Con posibilidad de identificar en todo momento el origen del producto.
No necesitan refrigeración o congelación para su almacenamiento, lo que supone un ahorro de energía.
Con una duración óptima que se prolonga durante años.
Con una amplísima gama de productos.
Con un envase (la lata de acero) totalmente reciclable.
Es importante mencionar que los avances más importantes en la prevención de la descomposición de los alimentos se ha logrado en tiempos de guerra; la historia de las latas de acero comienza en el año 1795 cuando el Gobierno de Napoleón ofreció 12,000 francos a quién idease un sistema capaz de conservar los alimentos en buen estado, con el objetivo de asegurar el abastecimiento de alimentos en condiciones óptimas a las tropas destacadas en las distintas campañas militares. La solución, fue aportada por el francés Nicolás Appert conocido como “El Padre del enlatado”
Unos años más tarde, en 1812, Peter Duran
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