MANEJO TÉCNICO DE ACTITUDES RESISTENCIALES.
Enviado por genarus • 20 de Junio de 2013 • Tesis • 429 Palabras (2 Páginas) • 829 Visitas
CAP IV. MANEJO TÉCNICO DE ACTITUDES RESISTENCIALES. (I. Díaz Portillo)
-Greenson (1967) menciona que la resistencia significa oposición, conjunto de fuerzas que obstruyen los procedimientos y procesos del análisis, complican la asociación libre, obstaculizan los intentos de recordar del paciente y de lograr el insight, que operan contra su yo razonable y su deseo de cambio.
-La resistencia puede ser consciente, inconsciente o preconsciente.
-Laplanche y Pontalis (1971) dicen que la interpretación de una actitud resistencial se basa del sentido latente existente en las manifestaciones verbales y de comportamiento de un sujeto. Pero debemos de tomar en cuenta que no siempre podremos interpretarlas realmente y nunca seremos capaces de interpretarla sistemáticamente.
-La oposición más obvia a una entrevista es la que acude a ella por la presión de alguna otra persona, lo cual ocurre más frecuentemente con niños y adolescentes.
-Hay adultos que presentan resistencia ante una entrevista que prevén constituirá el primer paso para un tratamiento, que en el fondo temen, porque no desean enfrentarse con ciertos aspectos de su conducta y carácter. En conflictos matrimoniales, en los cuales uno de los cónyuges presiona al otro a buscar tratamiento, bien sea porque deposita en él toda la responsabilidad de las dificultades o porque la relación ha dejado de ser satisfactoria.
-El enfermo psicosomático carece muchas veces de la consciencia de sufrimiento psíquico, necesaria para la primera aproximación fluida y fácil. El sufrimiento físico, consciente, se mantiene aislado de los conflictos psíquicos que lo producen gracias al refuerzo de la represión a través de la somatización.
-Lo habitual en una entrevista, es separar lo relevante de los accesorios, pidiendo, después de escuchar al paciente sin interrupciones durante un tiempo prudente, ejemplos o aclaraciones sobre los temas que ha tocado, tan vagamente o en términos generales, que no logramos explicarnos el carácter y modalidad de sus relaciones interpersonales, dificultades cotidianas, razones para determinar acciones. Así pedimos ejemplos de las injusticias que se les somete en el trabajo, de las agresiones, manipulaciones, etc., o de las actitudes que se adjudican como características propias, en su interacción con los demás.
-Cuando se sabe que el entrevistador evade tanto como puede la comunicación de sus afectos, el entrevistador debe ser directo, no correspondiendo a sus vaguedades con las fórmulas habituales de “hábleme más de” o “¿qué pasa cuándo?” Porque con esto sólo se obtiene una serie una nueva serie de detalles circunstanciales e irrelevantes, evasores del afecto temido.
-Cuando un niño o un adulto severamente angustiados se separa de su acompañante para enfrentarse a solas con el entrevistador
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