MUSEO PANTEON DE BELEN

PANTEON

DE

BELEN

MUSEO PANTEON DE BELEN

El Panteón de Belén es un cementerio antiguo localizado en la ciudad de Guadalajara (Jalisco), México.

Actualmente funge como Museo Panteón de Belén, en 2007 fue sometido a una intensa y minuciosa restauración. Se ubica sobre la calle Belén # 648 a un costado del antiguo hospital civil de Guadalajara.

Esta joya del siglo XIX es un muestrario de la arquitectura funeraria de esa época. Los restos de muchos personajes que destacaron en la política, educación, ciencia, música y literatura fueron depositados en este panteón. Destacan por su belleza los mausoleos de las familias Cuervo y Luna Corcuera realizados por el arquitecto y pintor Jacobo Gálvez, así como los de las familias Remus y Castaños.

Posee una capilla coronada, de influencia egipcia, que fuera antes el mausoleo central, donde se encontraban los restos de hombres ilustres y que posteriormente fueron trasladados a la actual Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. En este espacio cultural se realizan conferencias y presentaciones sobre diversos aspectos de la historia de nuestra ciudad.

Se ha convertido en un espacio emblemático de la ciudad debido a que la ciudadanía se ha apropiado del lugar a través de sus leyendas, muchas de ellas con antecedentes reales y otras más completamente fantasiosas.

Como todo camposanto, el Panteón de Belén no está exento de las historias que pululan en el imaginario colectivo referentes a estos lugares tan cercanos a la muerte. Varios de los “habitantes” ilustres del panteón cuentan con su propia leyenda.

El Panteón de Santa Paula, su nombre original, estuvo activo de 1846 a 1896, tan sólo 50 años, muy poco tiempo para un panteón. Fue una decisión tomada por el Superior consejo de Salubridad de aquella época. Su cuidadoso diseño estuvo en manos de Manuel Gómez Ibarra. Su funcionamiento coincidió en México con la llegada y el auge de la corriente literaria del romanticismo, que entre sus preceptos incluye la predilección por las historias lúgubres, en ocasiones con seres sobrenaturales como los protagonistas.

Anteriormente en el centro se encontraba la capilla de los hombres ilustres que hoy se encuentran en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

Aunque el panteón está clausurado para eventos funerarios, sigue abriendo sus puertas al público sólo con el fin de que aprecie su interior. Para ello existen recorridos turísticos en los que se muestran las tumbas y se cuentan leyendas.

La leyenda de Nachito

Una de las primeras y, a mi parecer y el de muchos otros, es la más famosa y perturbadora leyenda de este museo, es la de “Nachito”, este era un niño que desde que nació tuvo una fobia horrenda ante la oscuridad, ya que él no podía dormir sin que la luz de alguna vela estuviera presente, lloraba y lloraba hasta que le ponían una, así fue sucediendo con los años, siempre recurrente, al momento de dormir, llorar porque estaba totalmente oscuro.

La familia Torres Altamirano trató con los mejores especialistas, médicos, psicólogos, pero con el mismo resultado, el de no poder curar la “enfermedad” de Ignacio Torres Altamirano, su verdadero nombre, a la edad aproximadamente de 1 año y 8 meses, el murió, pues cuando dormía, sus velas se apagaron por las ventanas abiertas y al no prendérselas nadie, murió del miedo, un infarto repentino.

Cuando lo enterraron, cuenta la leyenda que el enterrador dio aviso una semana seguida de que la tumba del niño estaba fuera del pozo, siendo que él la había enterrado al día anterior, así que decidieron colocarla fuera, junto con cuatro pedestales, los cuales servían para poner las velas, el día de hoy cuenta con dos focos, y un lugar para juguetes, pues, si no es obligatorio el llevarle uno, no le roben, pues él te perseguirá hasta que lo devuelvas.

Nunca te quieras burlar de tu madre: La leyenda de Victoriana Hurtado

Era el año de 1833 cuando la familia Hurtado, recibió la bendición de una hija, que por nombre pusieron Victoriana, Victoriana Hurtado, que, pasado el tiempo, se casó y fruto de ese matrimonio fueron tres hijos. Cuando los padres de Victoriana murieron, ella quedó como única heredera, llenándose de gran fortuna, de la cual se aprovechó su esposo, despilfarrándola en excesos, tiempo después, el marido muere por el exceso de alcohol.

Los hijos ya nada más esperaban que su madre muriera para aprovecharse de toda la fortuna de su madre, y un día ella parecía haber muerto, los hijos muy tristes le hicieron su funeral, y a medio entierro se escucharon gritos desde adentro del ataúd, los hijos avisaron de un milagro, pero ellos sabían de este padecimiento de su madre, lo que hoy se conoce como catalepsia, rara enfermedad en la cual parece que está muerto el paciente, pero consiente y tiempo después “revive”.

Pues bien, sucedió de nuevo y los hijos no se la pensaron dos veces, fueron a enterrarla al panteón de belén, después del entierro los hijos se saboreaban la fortuna, pero en la noche de ese día, el velador escucho gritos provenientes de ese lugar y vio que salía una mano de la tierra, con una carta en la mano donde decía que toda su fortuna fuera donada a la caridad, que ninguno de sus hijos recibirían ni un beneficio, pues en vez de ayudarla, la querían muerta, y por ultimo pedía que se colocara una columna con la última imagen viva que se tuvo de ella, los hijos murieron en la pobreza y desdicha por haberse querido burlar de su madre.

La leyenda del vampiro

Hace mucho tiempo, claro está que por los tiempos en el que el cementerio estaba abierto, a Guadalajara llego un hombre muy raro y tenebroso, pues siempre vestía de negro y salía nada más por las noches, pasaba como un hombre desapercibido, pues nunca hablaba con nadie, ni mantenía relación social absolutamente con nadie.

¿Qué fue lo que empezó a inquietar

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