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Marco Juridico Ambiental


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2012  •  2.798 Palabras (12 Páginas)  •  604 Visitas

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Problemática

Existe lista de 34 niños con alto porcentaje de plomo en la sangre y riesgo de contraer cáncer.

A casi cuatro años del cierre del basurero de Tetlama, los pobladores de la comunidad de Alpuyeca aún sufren las consecuencias de la contaminación que éste provocó. Hoy existe una lista de 34 niños con alto porcentaje de plomo en la sangre, por lo que tienen muchas posibilidades de formar parte de las estadísticas de casos de cáncer que prevalecen en el poblado, así como un sinfín de padecimientos como malformaciones y trastornos mentales. Pero el gobierno estatal y municipal prefiere “cerrar los ojos y negar la existencia de estos problemas”.

Por varias décadas, el basurero a cielo abierto instalado en el Socavón ubicado entre Temixco y Cuernavaca funcionó sin la mínima medida ambiental y recibió los desechos sólidos de los municipios de Cuernavaca, Jiutepec, Zacatepec, Temixco y Xochitepec, dejando aproximadamente en el lugar cerca de 90 mil toneladas.

Por lo que la población, cansada de los estragos que la contaminación provocó, se organizó y tras una larga lucha social logró que en junio de 2006 (cuando al frente del gobierno estatal se encontraba Sergio Alberto Estrada Cajigal Ramírez), se ordenara por parte de la Comisión Estatal de Medio Ambiente (CEAMA) un cierre técnico.

Bajo la promesa de que además se realizarían diversas actividades de remediación, tal es el caso de un levantamiento topográfico, estabilización de taludes, un camino de operación, un drenaje pluvial, un drenaje perimetral, compactación y cubierta final de pozos de biogás.

Además una cerca perimetral, un drenaje para lixiviados, sistema de captación de lixiviados, lagunas de lixiviados, caseta de vigilancia, una caseta de almacén y una fosa séptica. De manera adicional se han logrado algunos beneficios para la comunidad, sin embargo los meses pasaron, tomó posesión como gobernador del estado Marco Antonio Adame Castillo y “se dio carpetazo a dichos compromisos”, narraron en entrevista algunos nativos de Alpuyeca.

Los daños en la salud… se han comprobado

Esta situación al paso de los años ”se está comprobando”, sostuvo en entrevista Guadalupe Záyago Lira, vocera de la comunidad preocupada por la defensa de la tierra, quien también comentó que en 2006 la población alegaba el alto índice de enfermedades cronodegenerativas, como cáncer en diferentes tipos, trastornos mentales, malformaciones genéticas y la afectación en general de la salud, “pero esos reclamos eran sustentados en intuiciones y basados en la lógica por la cantidad de casos que prevalecían sólo en esta comunidad”.

Al percibir el desdén de las autoridades, a quienes a pesar de que se les manifestó la preocupación por el grave problema de salud que se enfrentaba, en los años posteriores, apoyados por organizaciones sociales, se obtuvo un estudio realizado por toxicólogos y epidemiólogos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

Los estudios realizados tuvieron el objetivo de conocer el perfil de causas de mortalidad de la comunidad de Alpuyeca, estableciendo un periodo de 2002 a 2007 y se compararon con las estadísticas estatales y nacionales, estas últimas proporcionadas por instancias oficiales.

Algunas de las causas de mortalidad reflejadas en Alpuyeca son cáncer de labio y faringe, tumores de comportamiento incierto, tumores de órganos genitourinarios, trastornos mentales, enfermedades del sistema circulatorio, envenenamiento por exposición a sustancias nocivas, trastornos mentales y del comportamiento, entre otros. Cabe señalar que todos tienen como causa probable las condiciones ambientales.

En las conclusiones finales de estos estudios se menciona que la comunidad de Alpuyeca se encuentra entre las principales localidades que aportan el 80 por ciento de defunciones por diferentes causas en la entidad; las enfermedades seleccionadas figuraron en las categorías de baja, no obstante este porcentaje se distribuye principalmente en las grandes ciudades, por ello se comprobaba la hipótesis de afectaciones por contaminación ambiental.

Con esos resultados se comprobaron las sospechas y con ello las familias que han perdido seres queridos por padecimientos de este tipo, “al menos saben qué los provocó”, y es que hay que mencionar que existen familias que por generaciones han enfrentado algunas de estas enfermedades, tal es caso de la familia Fernández, en donde “ha habido personas como en mi familia con cáncer, el primer caso fue mi señora madre, que falleció de cáncer en la piel y mi hermana que tiene también cáncer está muy grave”.

Nuevas generaciones afectadas

En mayo de 2008 un particular, por interés personal y apoyado en el departamento de Toxicología Ambiental de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), realizó un estudio con la finalidad de encontrar bifénilos policlorados (PCBs).

El universo fue de 72 niños originarios de Alpuyeca, específicamente de la escuela primaria Ignacio Maya, de los cuales 34 resultaron con altos porcentajes de plomo, alcanzando hasta 23 por ciento.

Al no reflejar lo que al particular interesaba, éste optó por entregar los estudios a la comunidad. Los padres de los pequeños fueron informados de lo que ello representaba. Los especialistas explicaron que estos niños, al tener dicha sustancia en la sangre, tenían mayores posibilidades de desarrollar algún tipo de cáncer, principalmente leucemia.

Ante la noticia las familias, por sus propios medios, buscaron una segunda opinión; algunos padres acudieron a los servicios de salud del municipio de Xochitepec, las autoridades médicas se respaldaron con las nulas herramientas con las que se cuentan y se limitaron a transferirlos al Hospital del Niño, instancia en la que tampoco los pudieron atender por falta de un área especializada, de acuerdo a la experiencia que vivió Gabriela Torres Pacheco o Carlos Gabriel García Torres, de ocho años de edad.

Con recursos propios se trasladó a la Ciudad de México y buscó asistencia especializada en el Hospital Nacional de Pediatría, donde se comprobó la situación; ante la falta de recursos económicos, no se pudo hacer más por el niño.

“El niño siempre está débil, con frecuencia le duele su cabeza y es muy fácil que se enferme de todo, por ejemplo ahorita tiene hepatitis y está muy decaído y distraído”, dijo. Este mismo caso fue narrado por Juana Guzmán, abuela de Irene Peralta Bahena y la falta de recursos

Incluso durante las pláticas que la comunidad, sostuvo recientemente con autoridades estatales para tratar la situación de Antorcha Campesina, “le planteamos al subsecretario de gobierno Rafael Martínez Flores sobre la

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