Matematicas
Enviado por adriana34 • 8 de Mayo de 2013 • 440 Palabras (2 Páginas) • 213 Visitas
personas ajenas.
Y ahora voy a pasar a otro argumento. Las sugestiones inspiradas mediante la palabra producen el placer y
apartan el dolor. La fuerza de la sugestión adueñándose de la opinión del alma, la domina, la convence y la
transforma como por una fascinación.
Dos artes de fascinación y de encantamiento han sido creadas, las cuales sirven de extravío al alma y de
engaño a la opinión. Y ¡cuántos han engañado y engañan a cuántos y en cuántas cosas con la exposición
hábil de un razonamiento erróneo' Si todos los hombres tuvieran completo recuerdo del pasado, conocimiento
del presente y previsión del futuro, ese razonamiento no podría engañarlos del modo como lo hace. Pero
es imposible recordar el pasado, conocer el presente y predecir el futuro. Y por ello la mayor parte de los
hombres y en la mayor parte de las cuestiones toman la opinión como consejera del alma.
Pero la opinión, siendo incierta e inconsistente, arroja a los que se sirven de ella en infortunios inconsistentes
e inciertos. Y, por tanto, ¿qué causa pudo impedir que también y de un modo análogo la sugestión dominase a
Helena, aun no siendo la primera vez, con el mismo resultado que si hubiera sido raptada violentamente?
Pues la fuerza de la persuasión, de la que nació el proyecto de Helena, es imposible de resistir y por ello no
da lugar a censura, ya que tiene el mismo poder
que el destino. En efecto, la palabra que persuade el alma obliga necesariamente a esta alma, que ha
persuadido, a obedecer sus mandatos y a aprobar sus
actos. Por tanto, el que infunde una persuasión, en cuanto priva de la libertad, obra injustamente, pero quien
es persuadida, en cuanto es privada de la libertad por la palabra, sólo por error puede ser censurada.
En cuanto a que la persuasión producida por la palabra modela el alma como quiere, hay que fijarse en
primer lugar en las teorías de los fisiólogos, quienes sustituyendo una opinión mediante la exposición de otra
consiguen que lo que es increíble y oscuro se presente como evidente a los ojos de la opinión. En segundo
lugar en las convincentes argumentaciones de los discursos judiciales, con las que un solo discurso encanta
y persuade a una gran multitud, siempre que haya sido escrito con habilidad e independientemente de
su veracidad. En tercer lugar en las discusiones de materias filosóficas, en las que se muestra también la
labilidad de la mente en cuanto hace mutable la confianza en una opinión.
Y la misma proporción hay entre el
poder de la palabra respecto a la disposición del alma que entre el poder de los medicamentos con relación al
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