Modelo Médico Hegemónico
Enviado por marian2172 • 16 de Mayo de 2015 • 2.017 Palabras (9 Páginas) • 550 Visitas
RASGOS ESTRUCTURALES DEL MODELO MEDICO HEGEMONICO
El MMH, constituye una construcción teórica en la cual es posible detectar una serie de rasgos considerados como estructurales.
Los principales rasgos estructurales del MMH son:
Biologismo: es el rasgo estructural dominante del modelo. Constituye el factor que “garantiza” la cientificidad del modelo. El biologismo constituye un carácter obvio del MMH, y determina la orientación dominante de la perspectiva médica hacia los problemas de salud-enfermedad. La enfermedad es ponderada en función de este rasgo, sin tener en cuenta el conjunto de relaciones sociales que intervienen y acaso determinan el fenómeno enfermedad.
Lo biológico no solo constituye una identificación con el modelo, sino que es la parte constitutiva de la formación profesional. El aprendizaje profesional se hace a partir de contenidos biológicos, donde los procesos sociales culturales y /o psicológicos son anecdóticos.
El biologismo del MMH se expresa no solo en la práctica clínica, sino (y esto es de suma importancia) también en la práctica epidemiológica. Tanto es así, que la epidemiología utiliza como principales variables a aquellas que más fácilmente pueden referir a procesos biologizados: edad y sexo. Ello no quiere decir que no utilice otras variables como lugar geográfico, ocupación, etc.; pero las variaciones biologizadas son las de mayor uso.
Este análisis no pretende excluir ni restar importancia a la dimensión biológica, lo cual sería irracional. Lo que se plantea es la necesidad de construir un enfoque donde lo biológico no sea excluyente, sino que sea parte de una perspectiva general que lo incluya.
Individualismo: Se parte de la necesidad de atacar la enfermedad en un órgano, en un aparato, se olvida por lo general al individuo como ser integral. Esta necesidad de atacar la enfermedad lleva a una especialización, una fragmentación del conocimiento y del ser humano. Al mismo tiempo desvanece las relaciones de esos procesos de enfermedad con la sociedad en que el individuo que lo sufre está inserto, se ve la enfermedad como un hecho puntual que ataca a un individuo determinado cuyas causas son cognoscibles, pero se olvida que ese individuo está en un medio, y que las condiciones y relaciones de estos también son causa de enfermedad. Se olvida que la salud y la enfermedad no son hechos separables, distinguibles en cada ser concreto, sino que forman parte de un proceso, de una suma de valores que es muy difícilmente distinguible, en estos términos antagónicos de salud y enfermedad
A-historicidad (Social) Tanto en la clínica como en la epidemiología, lo biológico no tiene historia. Es considerado una constante independiente de las posibles determinaciones sociales.
Este enfoque a-histórico evita o limita observar la importancia de los procesos no biológicos. Ello impide incluir los procesos históricos sociales que operan sobre el proceso salud-enfermedad.
A-sociabilidad: Que no tenga en cuenta lo social, puede parecer una paradoja, teniendo en cuenta que durante los años sesenta y setenta ha habido un fuerte énfasis en lo social.
Asimetría y Tecnocracia: Relación “Curador-Paciente” Asimétrica:
Monopolio del saber médico por parte del profesional de la salud, que lleva a la subordinación social y técnica del paciente.
Producción de acciones que tienden a excluir del conocimiento al paciente.
Concepción del paciente como ignorante o como portador de un saber equivocado.
Esta actitud tecnocrática, está superioridad del “curador” sobre el paciente, configura una relación asimétrica en la cual este último se encuentra en una situación de subordinación.
Medicalizante: Tendencia a la medicalización de los problemas.
Expansión a diversos campos de la sociedad. Ello ha dado lugar al desarrollo de la medicina laboral, medicina deportiva, forense, etc.
Este proceso de medicalización se expresa por medio de la expansión de la cobertura médica a cada vez más áreas de comportamiento, convirtiendo algunos problemas sociales (alcoholismo, drogadicción) en enfermedad, opacando la significación económico-política de determinados cuadros de enfermedad (“la contaminación”).
La medicalización, así, puede constituir un obstáculo para desentrañar la verdadera problemática de determinados “padecimientos”.
Mercantilismo: El proceso Salud-Enfermedad considerado como mercancía (en términos directos o indirectos).
No Igualitario En la medida en que el desarrollo del conocimiento y las nuevas tecnologías generan condiciones de excelencia en las prácticas sanitarias, es cada vez más no igualitario el acceso a dichas prácticas. No solo es no igualitario para los pacientes, sino también para los profesionales.
Orientación básicamente curativa, quedando lo preventivo reducido a una actitud básicamente declaratoria
Práctica curativa basada en la eliminación del síntoma.
Concepción de la enfermedad como desviación, diferencia.
Paciente considerado como responsable de su enfermedad
Autoritarismo: inducción a la participación subordinada y pasiva de
los pacientes(o “Consumidores” de las acciones en salud).
Tendencia inductora al consumismo médico.
Tendencia a la escisión entre teoría y práctica, relativa a la tendencia a escindir la práctica médica de la investigación científica.
Es necesario reiterar que el MMH, tal como está planteado, corresponde no solo a la práctica clínica curativa, sino también a la práctica epidemiológica y supuestamente preventivista,, ya que, una cosa es que el sector salud invoque constantemente la importancia de la medicina preventiva y otra es verificar cuales y cuantos son los recursos que realmente se invierten en este tipo de práctica.
Estos caracteres estructurales corresponden inicialmente a la práctica médica (en el más amplio sentido de la palabra) individual y privada dominante durante los siglos XIX y XX.
A partir de la década de 1930, el desarrollo económico y político ha conducido a procesos de concentración y organización privada y estatal de las actividades médicas.
Esto ha ocurrido tanto a nivel de las instituciones de atención sanitaria como a nivel de la denominada industria de la salud.
Todo ello implica el surgimiento de nuevas organizaciones que conservan la mayoría de los rasgos estructurales originales, así como también la emergencia de otros rasgos como expresión de las nuevas formas organizativas.
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