Monografía Dilema ético en el ejercicio del fotoperiodismo
Enviado por Maria José Castillo Candezano • 11 de Febrero de 2017 • Monografía • 6.225 Palabras (25 Páginas) • 300 Visitas
UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA[pic 1]
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
SAN DIEGO – ESTADO CARABOBO
DILEMA ÉTICO EN EL EJERCICIO DEL FOTOPERIODISMO
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ÍNDICE
Introducción……………………………………………………………………Pág. 04
Objetivos generales y específicos………………………………………………Pág. 08
Capítulo I………………………………………………………………………Pág. 09
Comunicación…………………………………………………………….Pág. 10
Tipos de comunicación…………………………………………………...Pág. 10
Características de la comunicación………………………………………Pág. 13
Medios de comunicación social……………………………………….....Pág. 13
Ética………………………………………………………………………Pág. 15
Ética del comunicador social……………………………………………..Pág. 15
Elementos éticos del comunicador social………………………………...Pág. 16
Capítulo II..........................................................................................................Pág. 19
Fotoperiodismo………………………………………………………….Pág. 20
Características del fotoperiodismo……………………………………....Pág. 21
Géneros fotoperiodísticos………………………………………………..Pág. 22
Ética en el fotoperiodismo…………………………………………….....Pág. 25
Elementos éticos del fotoperiodismo venezolano………………………..Pág. 27
Capítulo III……………………………………………………………………Pág. 30
Entrevista………………………………………………………………Pág. 31
Análisis de la entrevista………………………………………………..Pág. 35
Conclusión……………………………………………………………………Pág. 38
Bibliografía…………………………………………………………………...Pág. 39
INTRODUCCIÓN
A menudo, en los medios de comunicación, se suelen ver imágenes que complementan la noticia que se relata, estas permiten hacerse una idea más clara de lo sucedido, transportan un poco hacia el lugar de los hechos; pero ¿cómo aquel fotoperiodista logró captar esa fotografía? Esa es una pregunta que probablemente nunca pasa por la mente, sobretodo porque la meta no es más que ilustrar un acontecimiento, que se reflexione sobre el suceso ocurrido y que aquel que vea la imagen compruebe la veracidad de la información mediante la misma.
Con frecuencia, el reportero gráfico puede encontrarse en situaciones en las que la ética y el ejercicio de su profesión, no coinciden; motivo por el cual tomar una fotografía muchas veces acaba transformándose en un dilema y convertir en blanco de críticas al fotorreportero, y éste debe plantearse cuán importante es capturar ese momento y las consecuencias que podría generar; especialmente por el hecho de que el objetivo de la instantánea no es alimentar el morbo de quien la ve, sino informar; y hay que hallar la manera de ilustrar la noticia sin caer en el amarillismo, indistintamente de la crudeza de la realidad.
A lo largo de la historia han sido muchos los casos que han generado polémica, fotografías magníficas de momentos deplorables. El ejemplo por excelencia es “Buitre acechando a un niño” tomada por Kevin Carter, que nos transporta a la cruda realidad de la guerra en Sudán, pero que generó revuelo porque Carter no prestó ayuda al niño. Lo que se ignoraba es que el infante en la imagen estaba siendo asistido por un programa de alimentación de la ONU que tenía su campamento establecido a unos pocos metros. El reportero al retirar el Pulitzer que le valió la captura expresó que lamentaba no haber ayudado al niño; sin embargo, la instantánea fue un despertador para muchos ante la situación de Sudán para el momento.
Así como este existen distintos casos. En Haití se tomaron cantidades de fotografías polémicas luego del terremoto. Nathan Weber, un fotorreportero estadounidense, enmarcó los hechos de forma diferente al tomar una instantánea de sus colegas capturando uno de los escenarios más paralizantes de la catástrofe; pero a pesar de esto la mayoría de estas imágenes han sido galardonadas porque aunque sean crudas, denuncian realidades latentes en el mundo y venden, ya que no se puede dejar de lado que el oficio fotográfico es también un negocio.
En Venezuela, es diverso el material fotográfico que relata momentos críticos de nuestra historia; no ha habido, sin embargo gran polémica por la ética periodística de los fotorreporteros, tal vez por la naturaleza del venezolano y de la forma en la que se maneja el oficio dentro del territorio nacional, pero sin duda existen imágenes que han estado al margen o cruzado esa delgada línea que con frecuencia se difumina, entre disparar o no la cámara por motivos de ética; aunque siempre se pueden capturar momentos desde distintas perspectivas y lograr informar.
En las pasadas protestas de febrero de 2014 la cantidad de imágenes y videos logrados fueron impresionantes, la ciudadanía misma se convirtió en periodista, pero también el fotorreportero actuó como ciudadano común al no darle tratamiento apropiado al material que poseían del acontecimiento. Las fotografías de los fallecidos fue lo primero en inundar las redes sociales y los medios de comunicación, el problema real radica en que cuando de fallecidos se trata se debe evitar herir susceptibilidades, estas personas también tenían familia y debe existir respeto a la hora de capturar una escena de ese tipo.
El caso de Bassil DaCosta es probablemente el más resaltado por los medios, bien porque fue el primero de los fallecidos durante las protestas y por ser de quien se tomaron las mejores instantáneas. Los fotorreporteros no dudaron en tomar fotografías del cuerpo sin vida del joven cuando fue cargado por otros de los manifestantes e incluso un plano más cercano en el que sigue desangrándose que fue una de las imágenes más explotadas por medios como RunRunes.
La fotografía representa un contenido innecesario, drástico e inconsciente por parte del fotorreportero, ya que la imagen genera impacto emocionalmente, todo eso sin contar a los familiares de Bassil DaCosta propiciando así conmoción social y hace cuestionar la ética profesional del reportero gráfico, que en este caso dio tratamiento inapropiado a un tipo de información tan delicada como lo es el deceso de un compatriota.
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