México Y Las Competencias

México es un país multicultural y lleno de contrastes, factores demográficos, geográficos, culturales y económicos nos dan como resultado una nación desigual. A lo largo de la historia nuestro país ha experimentado diversas políticas educativas, siendo uno de sus principales objetivos promover la igualdad de oportunidades entre sus habitantes. La desigualdad, la injusticia la pobreza extrema, la exclusión social y la enorme disparidad entre clases sociales, son tan sólo algunos ejemplos de la realidad social de nuestro México. El derecho social y humano a la educación se consagra en el artículo 3º constitucional el cual enuncia “…el estado garantizara la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad delos docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos…” sin embargo, la situación real del sistema dista mucho de éste precepto.

México tiene una acentuada desigualdad educativa, fenómeno del cual la diferencia de aprendizajes es una de sus manifestaciones más evidentes. Un ejemplo claro es la desigualdad con las diferencias en el nivel socioeconómico de los alumnos. Para la mayor parte de los niños y jóvenes, la educación formal no ofrece iguales oportunidades de aprender, sino que reproduce, multiplica e incluso intensifica las diferencias de entrada al sistema. Tan sólo basta con comparar el nivel educativo de los estudiantes del Bachillerato “Luis Donaldo Colosio Murrieta” (centro de trabajo en donde laboro) ubicado en el municipio de Esperanza con la Preparatoria Lázaro Cárdenas del Río, incorporada a la BUAP, campus Ciudad Serdán, la distancia en kilómetros es pequeña, sin embargo la distancia entre el nivel educativo es abismal.

Como bien puntualiza Silvia Schmelkes, muy contrario a lo que se pretende, nuestros gobernantes no han logrado la equidad, mediante políticas educativas centralistas y homogéneas con un país como ya se mencionó al inicio grande y diverso. En las escuelas no solamente se pueden ver contrastes en cuánto a equipamiento e infraestructura, desafortunadamente en cuando al recurso humano también refiere, podemos ver como en las escuelas rurales y marginadas algunos profesores no están altamente calificados, e incluso me atrevería a afirmar que por las mismas condiciones del contexto muchos docentes subestiman las capacidades del alumnado y de cierta manera bajan la calidad.

En un intento por ubicar al país a la par de otros más desarrollados en materia educativa, se ha implementado (o mejor dicho impuesto) el célebre “enfoque por competencias” con bases en el paradigma constructivista, como menciona Díaz Barriga, es un error el tratar de medir igual a desiguales mediante las pruebas PISA y ENLACE (ahora PLANEA). La falla radica en que el modelo no es adaptable a los diferentes contextos que se presentan en nuestro país, siendo México un país en el que poco o nada se lee, con alumnos que asisten a la escuela sin motivación y con apatía, el enfoque por competencias desde mi punto de vista es una utopía, más aún en las situaciones ya descritas. Desde mis perspectiva, este intento por “innovar” con este modelo, es únicamente un simple disfraz, pues nuestros problemas educativos no sólo son de forma, de hecho lo son más de fondo.

Resulta evidente que la misión de educar a nuestros niños y jóvenes recae, directamente, sobre dos pilares esenciales: la familia y la escuela. Si bien en el campo de la familia la figura esencial que va a desempeñar las labores educativas y sociales son los padres; en el caso de la escuela, el sujeto clave de formación es el maestro. En la sociedad actual, un gran porcentaje señala al maestro como el responsable principal del fracaso del sistema educativo y si bien es un actor importante, no es el único. Atrás quedaron aquellos tiempos en los que el maestro era visto como un personaje respetable e incluso “intocable”.

La labor del docente en la actualidad no se limita solamente a “trasmitir el conocimiento”, sino hacerlo significativo, si el docente se dedica solamente a trasmitir el conocimiento por medio de prácticas obsoletas, aburridas, monótonas que no llegan a significar nada para el alumno, la educación seguirá siendo un caso perdido. El concepto de aprendizaje significativo es para mí aquel conocimiento que se podrá aplicar en algún momento y que es trascendente para la vida. Desgraciadamente el docente en la actualidad está condicionando al alumno para que conteste las evaluaciones ya que de ese resultado va a depender su incremento

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