NO VOY A REGRESAR

Me encontraba en mi casa después de haber tenido un pesado día de trabajo. Estaba en el sótano horneando pasteles como de costumbre, de pronto, se escucharon unos golpes en la puerta principal, mas no le di importancia ya que cesaron rápido. Después escuche algunos pasos pero como mi hermano estaba en casa no se me hizo algo extraño. Subí las escaleras para ir por algunas cosas a la cocina y todo parecía estar totalmente en orden, deje las cosas en el sótano y subí de nuevo las escaleras para dirigirme hacia mi habitación, noté que la puerta estaba entre abierta, se me hizo raro porque siempre suelo mantener mi habitación totalmente cerrada, empuje la puerta lentamente y para mi sorpresa un hombre joven estaba guardando en una mochila algunas cosas como mi laptop, bocinas y algunas otras cosas de valor, intenté correr pero fue en vano, puesto que aquel hombre me alcanzó con gran rapidez, después junto con otros dos hombres me amordazaron y golpearon sin importar que fuera inocente, entre llanto les pedía que se detuvieran pero ellos nunca lo hicieron. En ese momento lo único que podía hacer era orar a Dios que me ayudará. Sentía un hormigueo recorriendo todo mi cuerpo y como mis ojos se cerraban poco a poco hasta que quede inconsciente, no recuerdo el momento en el que desperté pero lo primero que hice fue lavarme el cuerpo que estaba ensangrentado y ponerme otra ropa, así mi mamá no se asustaría mucho al verme. Más tarde, se escuchaba mucho ruido en la casa, como si hubiera muchas personas, decidí mirar cuidadosamente por mi ventana y en efecto, afuera de mi casa estaba lleno de amigos de la familia, desconocidos y policías, empecé a buscar a mis padres entre la multitud, pero no estaban, empecé a buscarlos dentro de la casa y cuando los vi estaban en vueltos en un mar de llanto y lamentos, recuerdo haber escuchado a mi mamá decir “¡No mi bebé, no puede ser!” En eso me recordé que mi hermano estaba en la casa y pensé que le había pasado lo peor, volví a subir y entre en la habitación de mis padres donde había un montón de policías, conforme me fui acercando me percate que había un cuerpo que yacía en el frió suelo de la habitación y ¿cuál fue la gran sorpresa? El cuerpo tirado en el suelo no era de mi hermano, la persona que había muerto era yo. Después de que quede inconsciente me dieron un balazo en la cabeza, creo que por eso no podía recordar cuando desperté. Después de ese día mi familia no fue la misma por obvias razones, conforme el tiempo transcurría buenas y malas noticias caían sobre la espalda de mis padres y mi hermano, para mí “suerte” y la de mi familia lograron capturar a los tres hombres responsables de mi asesinato, sin embargo, mi madre más que cualquier otra persona ha tenido que soportar largos y tediosos juicios donde la corrupción ha querido tapar los malos actos de estas personas. En estos juicios, la “justicia” que se supone existe era comprada por un delincuente en toda la extensión de la palabra. Gracias a Dios que en estos largos procesos siempre han existido personas que han ayudado a mis padres para que mi muerte no quede impune, incluso al hombre que me disparó le dictaron la pena de muerte ¿se lo merece? si, sin embargo de nada servirá, nadie tiene el poder ni la autoridad de quitar una vida ajena. Nadie se merece ser privado del derecho más importante de cualquier ser humano, por más crímenes que haya cometido y sin importar la gravedad de estos, todos tenemos derecho a seguir con vida, seamos libres o no de culpa, al final es mejor perdonar por más difícil que sea, yo ya he perdonado a mi asesino. El daño ya está hecho y aunque validen la pena de muerte en mi caso, no voy a regresar.

...