Norma Y Libertad

Como sabemos, las pautas de la conducta no son exclusivas del género humano, puesto que también se dan en el reino animal. El ser humano posee 2 cualidades que hacen no solo posibles sino necesarias las normas de conducta: La razón o inteligencia que le permite conocerlas y la voluntad libre que le da la facultad de acatarlas, pero también de desobedecerlas. Si su conducta estuviera determinada fatalmente, las normas serian innecesarias. El gran jurista Rudolph von Ihering expuso un argumento en favor de la libertad: no hay terrores ni torturas que el hombre no haya empleado para quebrantar la voluntad de otro, pero la fuerza moral de la convicción, el heroísmo del deber, de los afectos personales, de la fe religiosa y del patriotismo, los han soportado sin ceder.

El problema de la libertad ha sido largamente discutido por la filosofía y la psicología ya que atañe directamente a la concepción de la naturaleza humana y se le han dado las más diversas soluciones, siempre referidas al fuero interno, de este modo solo pueden percibir que el individuo actúa libremente porque los motivos o estímulos psicológicos que lo impulsen en uno u otro sentido evaden toda observación externa de modo directo. Entonces la fuerza imperativa de una norma constituye por si misma, una motivación para actuar en el sentido que ella indica, pero esta motivación se hace mas grave si su violación acarrea una sanción, una consecuencia indeseable La libertad constituye la razón de ser de las normas ya que si la conducta humana estuviera determinada biológicamente estas carecerían de sentido porque serian superfluas; Si para evitar un delito no es suficiente el respeto a la ley, puede serlo el temor al castigo

Existen normas de distintos fines específicos que persiguen. No todos los actos que pueda realizar un individuo revisten la misma gravedad y tienen la misma importancia para asegurar la convivencia y mantener el orden social ya que no todas afectan a estos en el mismo grado.

En estas distintas clases toman forma las normas morales que se derivan de principios o valores de carácter moral, es decir, de aquellos criterios que nos permitan calificar un acto como bueno o malo y, por lo tanto, cuáles actos debemos realizar y cuáles debemos evitar. Las normas morales son unilaterales, en el sentido que, imponen obligaciones pero no confieren derechos. Por esto constituyen también una forma muy importante de control sobre el comportamiento del individuo, No solo consigo mismo, sino también en sus relaciones con los demás. El individuo adquiere los principios y normas del medio social donde se desarrolla, haciéndolos suyos, interiorizándolos, a través de su socialización.

ay algunas normas que son ampliamente permisivas, como ocurre, en términos generales, en las sociedades democráticas modernas, en las que los comportamientos regulados se reducen al mínimo.

En cambio en los Estados totalitarios

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