OBSERVACION EJERCICIO

Ejercicio de observación

Lilly Paola Sánchez Cardenas  

Domingo 17 de marzo de 2019. Son aproximadamente las 10 de la mañana y me encuentro bajándome de un vehículo, en la avenida calle 63 Bogotá, en medio de un trancón, me dirijo al parqueadero de bolera el salitre, verificando que haya un estacionamiento para el vehículo, siendo así me dirijo a la entrada de Jardín Botánico José Celestino Mutis, más exactamente a la taquilla para comprar las entradas de las personas que me acompañan y por supuesto la mía, me atiende una señora de aproximadamente 35 años, es de esas personas que claramente no les gusta su trabajo, demostrándolo con su mala forma de atender a los demás, ingresamos al jardín botánico, encontrado nos con un grupo de jóvenes que se disponían a empezar su caminata, en medio de ellos un guía que nos ofrece su servicio, para finalmente aceptarlo. El guía inicia con una pequeña charla indicándonos el itinerario de la caminata, charla a la que no muchos le prestaron atención, inicia la caminata indicando que este jardín es conocido como uno de los pulmones verdes de la ciudad, realizamos un recorrido de 8-9 metros, nuestro acompañamiento fue el reconocido olor a naturaleza, un entorno húmedo brindado por las numerosas plantas y el sonido de diferentes especies de aves, con una vista maravillosa, fuentes y diferentes especies de plantas, realizamos una parada cerca de un pequeño lago, veo como enfrente pasa un grupo con otro guía, que esta vez es una mujer a quien absolutamente nadie le presta atención, todo el grupo se encuentra hablando, riendo, en sus celulares y unos cuantos niños que corren por todo el lugar mientras gritan. Retomo mi atención a nuestro guía, quien con absoluta elocuencia nos indica que el helecho es la planta más antigua y nos habla de los diferentes tipos de musgos que se encuentran en el jardín y todos los trámites legales que han tenido que tratar para ello, observo como detrás de nosotros se encuentra una pareja discutiendo, alborotando sus manos uno contra el otro y diciéndose palabras ofensivas entre sí, posteriormente continuamos nuestro recorrido en el cual nos informan que un niño de 6-7 años se encuentra extraviado y nuestro guía nos recomienda no salir del sendero demarcado para evitar este tipo de incidentes, realizamos la siguiente parada en un lugar lleno de palmas superiores a los 15metros de alto, lugar en el que varias personas expresaban lo pequeños que se sentían alrededor de estas, inicia una nueva charla en la que nos indican que la palma de cera (árbol nacional) es el mas alto del mundo, observo como grupos de personas desvían su atención de la charla para contestar llamadas, o simplemente hablar con sus acompañantes, ingresamos a un bosque en el cual observamos muchas más aves de las que ya habíamos observado anteriormente, seguidamente iniciamos un ascenso de 10 minutos aproximadamente para llegar a un mirador del jardín botánico, la vista es increíble, genera fantasía a pesar de ser real, algo que me llama la atención es una maloca (casa comunal ancestral), pregunto al guía por esta, me indica que es construida por los indígenas uitotos, donde se reúnen indígenas a pensar y debatir sobre su devenir, trazan los caminos a seguir y simultáneamente se danza y canta en torno a la fiesta y alimentos, observo como varias personas se distancian del grupo para tomar fotografías, las personas con las que vengo nos quedamos un rato en este mirador para tomar fotografías mientras el resto del grupo avanza, descendiendo nuevamente hacia el sendero, nos encontramos un grupo de personas mayores quienes miran con rareza uno de mis acompañantes por su apariencia (un tanto rock era), bromeamos un poco al respecto y continuamos a un paso acelerado para alcanzar el grupo, ingresamos a una sala en donde nos exponen sobre las orquídeas, observo a muchas de las personas de la sala, muchas con su atención plasmada en otras cosas menos en la explicación, me llama la atención una niña de 9-10 años que se encuentra anotando en una libreta muchas de las cosas que el guía y el video que estaba siendo proyectado decían, 15 minutos después salimos de la sala a un pequeño cultivo de orquídeas en donde nos indican que en toda nuestra vida nos han engañado, la orquídea no es la flor nacional, hay muchas especies de orquídeas y nunca nos han dicho cuál de todas es la verdadera flor nacional, el verdadero nombre de esta es Cattleya Triana e, nos muestran una de estas y dejan que la toquemos, muchos solo la observan y ya, otros cuantos la huelen y la detallan, llegamos al último punto del recorrido, la maloca, observamos desde la entrada ya que está prohibido ingresar, se encuentra un grupo de indígenas realizando los cantos y bailes indicados por el guía anteriormente, se encuentran vestidos totalmente de blanco y en sus manos tienen un recipiente vacío, llegamos a un pequeño jardín y nos cuenta el guía que de muchos de esos árboles es de donde sale coca y escopolamina, allí interviene una señora, que indica que uno de estos árboles es llamado “burundanga” y las abuelitas antes decían que pararse debajo de estos tenía el mismo efecto que la escopolamina en el trago, finalmente el guía da su despedida, indicándonos que podemos andar libremente por el jardín, recordando no salir de los senderos, nos disponemos con las personas que me acompañan a caminar por el jardín, observo la pareja que anteriormente se encontraba peleando, esta vez ya estaban bien, tomados de la mano, y charlando tranquilamente, encontramos un pequeño túnel y se encontraban unas cinco personas hablando, y un joven con una cámara réflex se encontraba encima de un tronco tomando fotografías, nos observa pasar y nos sonríe amablemente, observo detenidamente al joven, como pone su atención en el sensor de la cámara, en el entorno, y como observa el resultado final de cada fotografía pero la repite una y otra vez, continuamos nuestro recorrido, hablo con mis acompañantes mientras observo un pequeño niño intentando alcanzar una flor en una planta, para finalmente arrancarla y regalársela a quien supongo en su mamá, quien con una sonrisa recibe la flor y abraza a su hijo, aproximadamente a la 1:40 de la tarde nos dirigimos hacia la salida, para dirigirnos a un restaurante cercano a almorzar, el vigilante que con gran simpatía nos despide da como finalizada nuestra visita al jardín botánico.

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