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ORIGEN Y ESENCIA DE LA VICTIMOLOGIA [con Cuadro Conceptual]


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2013  •  2.559 Palabras (11 Páginas)  •  1.194 Visitas

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ORIGEN Y ESENCIA DE LA VICTIMOLOGIA

En primer lugar es importante desentrañar lo que significa víctima, según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define a la víctima: como aquella persona o animal sacrificado o destinado a ser sacrificado. Persona que se expone u ofrece a un grave riesgo en obsequio de otra persona. Persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita.

No está perfectamente definido, cual es el origen de la palabra víctima. Cerca le ronda “victus” que significa alimento: podría ser que también viniera de “vieo” (atar juncos; formaba parte de un ritual) y en tal caso, significaría atado inmovilizado.

Así también se podría ser el significado “vincere” vencer o también de “vincire” que significa atar. Sea cual fuere el origen, ahí están alrededor de la víctima todos estos conceptos, y los mismos se pueden aplicar perfectamente por lo que no sería de extrañar que estuviesen todos ellos relacionados.

La razón de ser de la víctima es ser sacrificada (sacrum facere), es decir, hacer con ella una cosa sagrada. En primer lugar, porque el victus, el alimento ha de ser sacrificado mediante un ritual; y en segundo lugar, porque la tribu necesita hacer victimas para mantenerse fuerte y unidad, en todo, caso marcar distancias respecto de estas .

Al adentrarnos en el estudio de la Victimología, llama la atención de inmediato el desinterés general que a través de la historia han tenido las ciencias penales por la víctima. La escuela clásica de Derecho Penal centra su interés en el delito como ente jurídico, importa básicamente el hecho delictuoso, y la justa retribución al responsable del mismo.

La escuela clásica de Derecho Penal centra su interés en el delito como ente jurídico, importa básicamente el hecho delictuoso, y la justa retribución al responsable del mismo.

Por su parte, la escuela positiva se centra en el estudio del hombre antisocial, fundado así la Criminología, pero en su esfuerzo por la integral comprensión del criminal olvida a la víctima.

Se organizan grupos interdisciplinarios para estudiar al criminal, se construyen instituciones especiales para su observación, tratamiento y custodia, se elaboran leyes cada vez más detalladas para regular su conducta se escriben miles de páginas tratando de explicar su personalidad y sus reacciones.

La víctima queda marginada, en el drama penal parece ser tan solo un testigo silencioso, la ley apenas la menciona, la literatura científica la ignora, y por lo general queda en el más completo desamparo, lo cual representa una sobrevíctimización.

La víctima pasa excepcionalmente a la historia, y sólo lo logra en crímenes del tipo del magnicidio, o por alguna razón verdaderamente insólita. Así Abel logra su lugar en la historia con el único mérito de ser la primera víctima.

Una interpretación más puede intentarse para explicar el fenómeno de la tardía aparición de la Victimología, y ésta es que nos identifiquemos con el criminal y no así con la víctima. El criminal es, en mucho, un sujeto sin inhibiciones; cuando desea algo lo realiza, importarle la norma, la sociedad o la víctima. Es decir en cierto aspecto el criminal es alguien que se atreve a hacer algo que él no criminal no osaría, pero que desearía hacerlo.

No hay identificación con la víctima, se desearía ser criminal, pero no víctima, nadie desea que lo roben, lo hieran, lo injurien, lo violen. Esta identificación con el criminal, podría explicar el éxito de la novela negra, de la página roja en los periódicos, de las revistas amarillistas dedicadas al crimen, de las películas de gansters, de las series policíacas en la televisión.

Y puede explicar también el porqué del interés por el criminal y el desinterés por la víctima. Cabe preguntarse si efectivamente el Estado tiene interés por las víctimas. En múltiples casos el criminal es un «chivo expiatorio», y representa la parte desviada de la comunidad que puede poner en peligro la seguridad, el gobierno y el orden social.

La víctima, en tanto, significa en mucho el fracaso del Estado en su misión de protección y tutela de los intereses de la comunidad. En un momento dado, la víctima puede exigir al gobierno una compensación por el abandono en que ha sido dejada.

Además, hay ciertas víctimas que es necesario dejar en el olvido, porque su atención y estudio pueden representar un serio costo político. Tales son las víctimas de injusticia social, de abuso de poder, de violación de derechos humanos, de marginación, de segregación racial o religiosa, de fraude electoral, de delito transnacional, de criminalidad dorada, etc. .

Frente a la gran preocupación por el criminal, la criminología había olvidado casi en forma absoluta a las víctimas de los delitos. Este hecho tiene varias explicaciones, una de ellas es que nos identificamos con el infractor y jamás con las víctimas.

Sin embargo, a partir de las primeras investigaciones sobre la víctima los científicos se llevaron una sorpresa al descubrir que, en una notable cantidad de hechos, la víctima tenía una gran participación en los sucesos y, en otras ocasiones, era la verdadera causante del delito, saltando a la vista que la victima puede ser objeto de estudio y análisis desde dos puntos de vista, bien bajo su comportamiento individual o bien en función de sus relaciones con el autor del delito. Desde estos puntos de vista, la víctima ha de cobrar una especial importancia en materia penal para completar el diagnóstico de hecho delictivo.

El progresivo interés por la víctima fue acompañado e incentivado por diversos factores o circunstancias:

El legado de los pioneros de la nueva ciencia, Von Hentig y B. Mendelsohn, cuyos estudios se circunscribieron a la “Pareja Criminal” y demostraron la recíproca interacción existente entre autor y víctima, contribuyendo a un nuevo enfoque de la víctima, dándole una nueva imagen, más realista y dinámica, como sujeto activo (no como mero objeto) capaz de influir en la configuración del hecho delictivo, en su estructura dinámica y preventiva.

Poco a poco se van desarrollando las investigaciones respecto a las víctimas, pasando del estudio de la pareja criminal y fenómeno de interacción al estudio de otro tema del que resulta un núcleo de conocimientos sobre actitudes y propensiones de los sujetos para convertirse en víctimas, tipología victimaria, daños que padecen las víctimas como consecuencia del delito (victimización secundaria), la criminalización de determinadas infracciones equivocadamente “delitos sin víctimas”

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