Oficio supervisor pidiendo salón.

        Por medio de la presente le saludo cordialmente, a sí mismo, quiero informarle que desde que empezaron las lluvias el aula adaptada para salón de clases con lamina de zinc, con poca iluminación, poca ventilación que usan los alumnos de tercer grado, se ha estado inundando dejando en el piso del salón una capa de lodo negro mal oliente que repugna al entrar al salón porque acarrea del terreno las heces fecales de perros, gastos, desperdicios de comida que cae al suelo de lo que consumen los alumnos en la hora de receso, basura podrida, hojas, ramas pequeñas de las plantas y árboles. Tuve que lavar el salón con los alumnos del tercero B porque no se aguantaba el hedor, lo cual también se lo comunique a el Director de la escuela el Profr., aunque no me corresponde la limpieza de los salones pero que por no haber quien solucione el problema y la imperiosa necesidad y derecho de los alumnos de recibir clases, tuvimos que perder parte del tiempo valioso para la asignatura y dedicarnos hacer una actividad que no era necesaria, si se hubiera hecho lo pertinente. Quiero citar una referencia jurisprudencial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el interés superior del menor que en una de sus partes refiere México suscribió la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión, el 19 de junio de 1990, según decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de julio del año citado, y ratificado por el Ejecutivo el 10 de agosto de 1990, cuya observancia es obligatoria por expresa disposición del artículo 133 de la Constitución General de la República, y de cuyos artículos 2, 3, 9, 12, 19, 20, 21 y 27 se desprende que Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares, así como la importancia fundamental que tiene el menor de crecer bajo el amparo y responsabilidad de los padres, y particularmente rodeado de afecto, seguridad moral y material; además, en dicha Convención se proclama el derecho del niño a recibir la oportuna y debida educación, dado que el interés del niño resulta un principio rector en quienes tienen la responsabilidad de su educación y alimentación. En este tenor el 29 de mayo de 2000 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, misma que se fundamenta en el párrafo sexto del artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y cuyas disposiciones son de orden público e interés social, además de ser de observancia obligatoria en toda la República. Su objeto es garantizar a los infantes la tutela y respeto a sus derechos fundamentales, obligando a toda clase de autoridades a expedir normas legales y a tomar medidas administrativas para dar cumplimiento a esta ley. Por lo ante expuesto distinguido Supervisor le solicito un espacio adecuado para que los alumnos puedan recibir las clases y yo pueda trabajar con seguridad e higiene.

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