Orientacion
Enviado por lalogost • 26 de Septiembre de 2014 • 279 Palabras (2 Páginas) • 175 Visitas
Vaciló, ya que sentía contra ella un rencor instintivo; luego, de pronto, se decidió
pensando: Después de todo, tenía razón. Y se orientó para encontrar la calle.
Por casualidad, la cervecería estaba llena de gente, y también de humo. Los
consumidores, burgueses y obreros, debido a que era un día festivo, llamaban, reían y
Pedro y Juan 119 Guy de Maupassant
gritaban, y hasta el dueño servía, corriendo de mesa en mesa, llevándose los vasos vacíos y
trayéndolos de nuevo llenos de espuma hasta el borde.
Cuando Pedro logró encontrar un sitio, no muy alejado del mostrador, aguardó con la
esperanza de que la camarera le vería y le reconocería.
Pero ella pasaba y volvía a pasar delante de él sin dirigirle una mirada, con paso
menudo bajo sus faldas y un ligero y gracioso contoneo.
Acabó golpeando el mármol con una moneda.
Acudió la muchacha:
—¿Qué desea usted, señor?
Ella ni siquiera le miraba, ensimismada en el cálculo de las consumiciones servidas.
—¿Qué pasa? ¿ Es así como se saluda a los amigos?
Ella le miró y repuso con tono apresurado:
—¡Ah! ¿Es usted? Hoy no puedo perder tiempo. ¿Quiere usted una cerveza?
—Sí, una cerveza.
Cuando se la trajo, él prosiguió:
—Vengo a decirte adiós. Me marcho. Ella le respondió con indiferencia:
—¿Ah, sí? ¿Adónde va usted?
—A América.
—Dicen que es un país muy hermoso.
Y nada más. Verdaderamente, se necesitaba ser imprudente para hablarle aquel día. ¡El
café estaba lleno!
Pedro se dirigió hacia el mar. Al llegar al muelle vio la Perla, que entraba en el puerto
llevando a bordo a su padre y al capitán Beausire. Papagris remaba y los dos hombres,
sentados en la popa, fumaban en pipa con aspecto absolutamente feliz. El doctor, al verlos
pasar, pensó: «Bienaventurados los pobres de espíritu»Y se sentó en uno de los bancos del
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