Orientaciones curriculares para la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía
Enviado por quimipuro • 27 de Noviembre de 2016 • Documentos de Investigación • 4.244 Palabras (17 Páginas) • 264 Visitas
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL
Orientaciones curriculares para la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía
Introducción
En la elaboración de las orientaciones curriculares para la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía en la educación media se tuvieron en cuenta los textos propuestos por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y las discusiones desarrolladas por el equipo técnico, compuesto por Marieta Quintero, William Salazar, Edgar Antonio López y Carlos Gaitán Riveros. Se han revisado los documentos sobre lineamentos curriculares y estándares básicos del MEN en otras áreas del conocimiento, el marco conceptual de la prueba de filosofía en el examen de Estado, el documento elaborado por la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) sobre los lineamentos curriculares y el informe de los grupos focales desarrollados con docentes de filosofía.
En estas orientaciones encontramos cuatro capítulos. El primero se ocupa de la formación filosófica desde el enfoque de las competencias. Seguidamente encontramos las preguntas que constituyen la tradición filosófica, a saber: preguntas acerca del conocimiento humano, preguntas acerca de la estética y preguntas acerca de la justicia. En el tercer capítulo se introduce la propuesta del enfoque problémico para abordar el currículo entendido como construcción cultural. Finalmente, tenemos se desarrolla la discusión pedagógica acerca la didáctica para la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía. Al final de este último capítulo se hace una propuesta de implementación curricular de los lineamientos en el aula de clase y en la institución educativa.
CAPITULO 1. FORMACIÓN FILOSÓFICA DESDE EL ENFOQUE DE LAS COMPETENCIAS
La formación como respuesta al por qué enseñar filosofía. La filosofía es un saber que tiene la particularidad de cuestionar no sólo sus propias ideas, sus fundamentos sino su presencia en la educación básica. Normalmente no se interroga la importancia de las matemáticas, las ciencias naturales o la educación física, pero sí se hace con la filosofía. Este interrogarse permanente corresponde a la esencia misma del filosofar. Afrontar las críticas incumbe al propio ejercicio de la filosofía. En algún momento se ponía en duda que fuera un conocimiento valioso para los estudiantes porque su abstracción impedía que ellos pudieran llegar a comprender los problemas filosóficos y, además, que por el momento vital que atraviesan los jóvenes podría, aun, aumentar y agudizar la crisis de la adolescencia. Sin embargo, esta inquietud olvida que el estudiante necesita no sólo espacio para poder expresar sus preguntas sino que además requiere una orientación y guía en ellas. La presencia de la filosofía en la educación media permite que los jóvenes puedan desarrollar, desde el conocimiento de la problemática filosófica, habilidades para el debate, el diálogo y la confrontación de ideas. Eso significa que la clase de filosofía y los temas que en ella se investigan, son el espacio apropiado para que la experiencia del pensar sobre los temas más universales permita el desarrollo de sus competencias.
Pedagogía y competencias. Con el objeto de reducir, precisamente, la brecha entre los saberes propios de las disciplinas y los saberes provenientes de la praxis y la acción social se introduce en el contexto escolar el concepto de competencia. Algunas de los aspectos que sustentan esta propuesta son: a) entender que la actividad cognitiva y su carácter situado y dependiente del contexto. Esto lleva a proponer que “más que determinar las capacidades intelectuales de los individuos se busca establecer su “saber hacer” (Torrado, 1998: 34); b) la competencia es inseparable de la actuación porque cuando actuamos estamos realizando acciones a partir de nuestros conocimientos y de nuestro “saber hacer” (competencia) (Torrado, 1998); c) la competencia está relacionada con el mundo escolar y los significados sociales.
Competencias para el ejercicio del filosofar. Se entiende por competencias aquellas capacidades individuales y sociales cuyo desarrollo, obtenido mediante el esfuerzo personal, la interacción social y la relación con el entorno, permiten elevar la calidad de vida del sujeto y de la sociedad en la que éste se desenvuelve. Tales capacidades abarcan el plano cognoscitivo, actitudinal y emocional de la persona, así como sus relaciones con otras personas, posibilitan la aplicación óptima de los conocimientos y orientan el desempeño personal hacia la cooperación social.
Competencia crítica. El pensamiento crítico se basa en el examen de las posturas ajenas pero también en el de las propias, por lo que contribuye al desarrollo de la auto-crítica como capacidad de tomar distancia de las propias posiciones y de los marcos paradigmáticos desde los que ellas son formuladas.
Competencia dialógica. El ejercicio del filosofar consiste en una práctica comunicativa en la cual maestros y discípulos involucran razones, emociones y expectativas. El diálogo filosófico debe basarse en la atención prestada al reconocimiento de los contextos, a la calidad de las razones y a la construcción de confianza entre los interlocutores; gracias a ello es posible alcanzar una mejor aprehensión del mundo, de la subjetividad propia y de la subjetividad de los demás (Burbules, 1999).
Competencia creativa. Desde el punto de vista de las competencias asociadas a la creatividad, el ejercicio del filosofar puede ser visto como educación suscitadora (Salazar, 1967), pues como expresión de la libertad del espíritu humano fomenta el pensamiento divergente, gracias al cual es posible ir más allá de la realidad dada y sospechar cursos inéditos que pueden desembocar en la transformación de la realidad.
CAPITULO 2. PREGUNTAS CENTRALES DE LA TRADICIÓN FILOSÓFICA
Sin restar importancia a las escuelas filosóficas, que deben ser objeto de estudio permanente por parte de docentes y estudiantes, el equipo de trabajo responsable de la formulación de estos lineamentos ha considerado adecuado presentar el componente disciplinario eligiendo algunos de los problemas más destacados de tres áreas de la filosofía. La amplitud y profundidad de estas tres áreas permite apreciar la riqueza de las discusiones establecidas a lo largo de la historia entre enfoques muy diferentes. De esta manera se ha querido privilegiar el ejercicio mismo del filosofar sobre la erudición filosófica al formular cuestiones cuyo tratamiento ha sido objeto de atención a lo largo de la historia de la filosofía pero que siguen siendo inagotable hontanar para el trabajo filosófico.
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