PRACTICA DOCENTE

PRÁCTICA DOCENTE

El quehacer diario del profesor tiene diversas implicaciones que trascienden el hecho de realizar su labor educativa exclusivamente en el aula, la práctica docente como tal, no se limita a los alumnos ni al contexto de dicha aula sino que, además, trasciende las paredes del salón de clases impactando de manera positiva o negativa, según sea el caso, a los demás individuos implicados en el proceso educativo.

La práctica docente se puede entender como el desenvolvimiento del profesor, como el proceso de enseñanza y de aprendizaje en el cual se llevan a cabo relaciones entre diferentes personas como son los alumnos, otros maestros, los padres de familia, las autoridades municipales y la comunidad en general. Fierro, C. et al define la práctica docente como:

“…una praxis social, objetiva e intencional en la que intervienen los significados, las percepciones y las acciones de los agentes implicados en el proceso-maestros, alumnos, autoridades educativas y padres de familia-, así como los aspectos político-institucionales, administrativos y normativos, que, según el proyecto educativo de cada país, delimita la función del maestro”.

También podemos considerar a la práctica docente como el conjunto de saberes que se aplican y se adquieren para lograr el aprendizaje de los alumnos. Con respecto a esto, Rockwell E. (1986) comenta que:

“saber ser maestro implica la apropiación no sólo de contenidos y de teoría pedagógica, sino también de una cantidad de elementos más sutiles e implícitos en esos puntos donde se cruzan lo afectivo y lo social con el trabajo intelectual: son ejemplo de ellos la cantidad de saberes que se integran a la habilidad docente de trabajar con el grupo, de atender sus inquietudes y de organizar su actividad”.

Por lo que aprender a ser maestro implica un diálogo entre teoría y práctica, la evaluación del trabajo realizado, a través de la observación y también a través de la experiencia propia y de otros compañeros docentes. “En la docencia, más que en otros trabajos, se utilizan e integran los diversos conocimientos sociales y culturales que el maestro posee como persona, más allá de su formación profesional como maestro”. (Rockwell E., 1986).

Por todo lo anterior, el analizar la practica docente nos sirve para detectar fortalezas, debilidades, reflexionando acerca de cómo estamos llevando a cabo nuestro trabajo, que nos esta dando resultado, o por el contrario, que podemos cambiar y de acuerdo a estos resultados, mejorar la práctica docente siempre en beneficio de nuestro alumnos. Martín Toscano, J. (1993) recalca que: “…reflexionar sobre la práctica implica no sólo describir lo que hacemos para compartirlo públicamente (fundamentalmente con otros colegas) sino también la posibilidad de compartir planteamientos que nos

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