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PROYECTO 2 AL FINAL DE LA MINA


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2017  •  Tarea  •  811 Palabras (4 Páginas)  •  357 Visitas

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PROYECTO 2

AL FINAL DE LA MINA.

JOSCELYN FERNANDA LOPEZ URIARTE

305M

CAROLINA MUÑOZ

LITERATURA 1

DOMINGO 17 DE SEPTIEMBRE DEL 2017, CD. OBREGON, SONORA.

Lucas se estaba desesperando, las lágrimas estaban amenazando con salir de sus ojos, el aire le hacía falta. Sus manos temblaban mientras trataba de retirar los grandes escombros del cuerpo de su amigo allí. Sabía que su mal presentimiento no fallaba nunca. La mina donde trabajaba en Real del Monte era una de las fuentes para el apoyo en la economía del país, el cual quedó devastado después de que se independizara, dos años habían pasado de eso y aún no se recobraba. Sus trabajos fueron incrementados al doble y aunque apenas les alcanzaba para comer, vivía feliz. Hasta ese momento.

Esa mañana había salido de su humilde morada al lado de su Juan con un sentimiento extraño en su barriga y la predicción de que algo malo iba a pasar, hora después de que llegaran al trabajo y encontrara una gran fuente de oro al fondo de la mina, un estruendo que casi lo aturde se escuchó en la entrada. Con el corazón desbocado y el alma en la mano tiro su pico al suelo y corrió a ver qué pasaba. Grande fue su sorpresa al ver a su compañero tirado en el suelo, inconsciente y con su cuerpo enterrando en las grandes rocas que ahora intentaba retirar.

Sus manos ya se sentían lastimadas y la sangre comenzaba a cubrirlas, pero no sabía si era suya o del cuerpo que intentaba salvar con esmero.

 — ¡No te puedes morir! —gritaba Lucas al cuerpo inerte.

Golpeó con rabia los escombros, lanzándolos lejos, la adrenalina corría por sus venas y la rabia que sentía en el cuerpo no se comparaba con nada. Cuando el cuerpo quedó liberado Lucas se aferró a él como si no hubiese nada más en el mundo, como si no estuviese atrapado dentro de una mina que podía terminar de colapsar en cualquier momento.

Lo que más le dolía al pensar que Juan moriría era que nunca más vería su sonrisa, no quería que esta solo viviera en su memoria, la quería ahí y en ese momento. Los recuerdos le golpearon como un puñetazo en la cara.

Recordó todas esas sonrisas hermosas que le regaló, una en especial, la primera vez que se conocieron.

— ¿Recuerdas el día que nos conocimos?—comenzó a hablar—Sí, la vez que llegaste aquí porque tu papá dijo que tenías que trabajar y no estar de lánguido en tu casa.

Ese día Juan había estado renegando durante su trabajo y eso colmó la poca paciencia que Lucas tenía.

 —Te dije que te ibas a poner verde y te quedarías calvo si seguías enojado. —sonrió ante la memoria y sus ojos se llenaron de lágrimas. —No sabía que eras tan inocente y me miraste asustado tocando tu cabello, te lo creíste. Entonces me arrepentí entonces te dije que tenía la solución, me sonreíste y yo no pude ser más feliz. Hasta tu diente chueco se veía bonito en ti.

Juan apreciaba mucho su cabello y quién no lo haría, era muy suave, rubio como el de su madre, una española que se enamoró de un mestizo y murió un par de años después de darle a luz. Pasó sus sucias manos por este y sintió su suavidad de las hebras doradas entre sus dedos

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