Pasion Por El Azucar

Cuando se mira en el fondo del vaso suelen quedar los residuos de la bebida, así como en la misma vida quedan los residuos o huellas de lo que se vive. Sólo que a veces, no se tiene conciencia de lo que se hace hasta que se mira el fondo del vaso. Esto representaría, un aviso, una señal, una advertencia, de saberse con anticipación que lo que se va a hacer o le que se va a ingerir va a generar algún daño. Algo parecido es lo que las personas le han venido haciendo a su propio organismo con el uso abusivo del azúcar, una desenfrenada pasión, que acaba por exterminarlos.

Las personas, como sucede en Estados Unidos, ingieren todo el día alimentos nada nutritivos, saturados de grasas y azúcares, que les causan obesidad y muchas enfermedades, especialmente en los niños, que desde su primera infancia, van adquiriendo malos hábitos, tomando quizás el ejemplo de sus padres, que por falta de tiempo o exceso de trabajo, se ven en la necesidad o la comodidad de comprarles comida chatarra, alimentándolos con toda clase de productos procesados, lo que les lleva años después, ha padecer de terribles enfermedades como la diabetes, las cardiopatías, hipertensión y hasta cáncer. Una realidad nada dulce.

Sin embargo, como explica el autor del texto, sigue siendo muy difícil convencer a las personas de dejar de consumir este tipo de alimentos. Más aún cuando todo lo que se ofrece en el supermercado está preparado con este componente o alguno de sus derivados. Los primeros en aficionarse al azúcar fueron los persas, construyeron mezquitas de mazapán, alcanzando una importancia tan grande como la religión, expandiéndose tan lejos como ésta en el mundo occidental. Así llegó el azúcar de manos de conquistadores, exploradores y cruzados de toda Europa, especialmente, británicos y franceses.

En América necesitó de la mano de obra esclava, inicialmente original y luego africana, mezclando el dolor, la sangre y la muerte en su proceso. Resulta interesante notar que la esclavitud no fue consecuencia de una conciencia social o una diferencia psicosocial, sino como en la actualidad, de la imposición económica sobre lo social, para justificar la presencia de los oprimidos y los opresores. Así fue creciendo la producción de caña de azúcar, hasta convertirse en un producto de primera necesidad. Ahora un vicio o una insana pasión, que deja como resultado la muerte y la desolación, debido a las terribles enfermedades que su excesivo consumo genera.

En 2010 un estudio de la ONU mostró que la mayoría de muertes era debido a las “enfermedades de estilo de vida”. Para Johnson, (2009): “Esas enfermedades tienen su origen en tres zonas: el alcohol, el tabaco y una mala dieta” (p. 96). Según la publicación en Nature, el hecho de que el alcohol y el tabaco estén regulados en casi todos los países del mundo como parte de una política sanitaria deja en evidencia que ciertas cosas sobre la dieta también deberían ser reguladas. Más específicamente se refieren a los azúcares agregados en cientos de productos.

Al respecto, la especialista Marion Nestle escribe hoy un post en su blog sobre el tema y enumera los argumentos en contra del azúcar: Mucha gente consume cerca de 500 calorías diarias a partir de azúcares; el alto consumo de azúcares con fructosa induce al síndrome metabólico, diabetes y posibles daños en el hígado; los azúcares tienen el potencial de poder abusar fácilmente de ellos; los azúcares tienen efectos negativos sobre la sociedad (mediados por la obesidad). Las propuestas que se realizan con el estudio son similares a las que se hacen con el tabaco y el alcohol.

Sugieren, por ejemplo, restringir la cantidad de azúcar que se les puede vender a los chicos, la reducción del espacio publicitario que se les da a ciertos productos o la creación de algún impuesto específico, entre otros. Según publican en BBC, contraria a la publicación se escuchan voces como la de Barbara Gallani, directora de seguridad alimenticia y ciencia en la Federación de comidas y bebidas del Reino Unido. Gallani, (2012) dice: “Las causas de estas enfermedades se deben a distintos factores y demonizar componentes individuales de la comida no ayuda a los consumidores a construir un enfoque real sobre sus dietas.”(p.3).

Afortunadamente, la guerra del azúcar ha comenzado, al menos, en EEUU. El campo de batalla se divide entre las teorías conspirativas, el derecho y la crisis de los sistemas nacionales de salud. Todo ello espoleado por la relación entre el consumo de azúcar, la adicción y el aumento de peso que el endocrino Robert Lusting argumentó en una conferencia impartida en el centro de Medicina Integral de la Universidad de California. Las redes sociales fueron las que sacaron sus teorías de la academia, popularizando así el vídeo con la intervención de Lusting, titulado Azúcar, una verdad incómoda (apropiándose de la muletilla del famoso documental de Al Gore), que ha recibido en Youtube más de tres millones de visitas. Como expone Park, (2009):

Los peligros para la salud que causa el azúcar justifican la implantación de una nueva legislación que regule su venta y las cantidades máximas permitidas como aditivo para edulcorar los productos alimenticios, del mismo modo que se hace con el alcohol o el tabaco. (p.94)

Este ultimátum se explica porque, según los autores del artículo, “la ubicuidad del azúcar en las dietas occidentales están generando una sociedad enferma, obesa y en bancarrota”, debido a los altos costes de sufragar la atención sanitaria a las personas con sobrepeso. La obesidad y el sobrepeso se relacionan por tanto con una adicción más, al activar la misma parte del cerebro que activa el opio, en la que ciertos neurotransmisores juegan un papel muy importante asociado al consumo excesivo y descontrolado. Este estudio de la Universidad

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