Pedagogía de un Campamento
Enviado por mariaju • 21 de Octubre de 2011 • Monografía • 10.001 Palabras (41 Páginas) • 625 Visitas
ANETO
Pedagogía de un Campamento
PRIMERA PARTE
PEDAGOGÍA DEL CAMPAMENTO
PRESENTACIÓN
Cuando acaba un campamento, la montaña y el valle quedan solos, el fuego se apaga. Pero las personas lo recuerdan y lo reviven más allá del espacio y del tiempo.
Este libro es ante todo una reflexión sobre las experiencias vividas. Es un ideal hacia el que podemos caminar aunque la realidad de cada campamento sea más dura y menos utópica.
Con nuestra critica y autoevaluación constante, lograremos que nuestras pequeñas experiencias vayan construyendo poco a poco un futuro mejor. El futuro que se merece la ilusión y el entusiasmo de cada muchacho y muchacha que, con su mochila y su alegría, comienzan la aventura de un campamento.
Este libro, dirigido a vosotros monitores, quiere ser un servicio práctico y sencillo, una ayuda a todos los que trabajan en la educación a través de un campamento.
1. LA PERSONA, CENTRO DEL CAMPAMENTO
Antes de comenzar a programar, ver, y realizar los objetivos de un campamento, debemos partir de una premisa conocida pero imprescindible: El campamento son fundamentalmente las personas que lo constituyen y que trabajan en él.
Sería un error. creer que la base de un campamento es el orden, el lugar, los medios materiales… Como centro de todo campamento debemos poner a las personas. En función de ellas va a desarrollarse toda la actividad.
En el fondo de nuestra concepción de la persona está su capacidad y su necesidad de relacionarse permanentemente con las demás personas que le rodean y con las cosas que encuentra y descubre a su paso.
Esta relación de la persona supone siempre un salir de sí para acercarse al otro y lograr de este modo dos valores fundamentales:
- Enriquecerse a partir de la diversidad de los otros,
- Descubrir su propio identidad al ver la diversidad que le rodea.
Dado el sistema de relación que impera en nuestras ciudades, siempre frío e impersonal, el campamento es un lugar de encuentro intimo y profundo, donde además de descubrir a las personas como hacemos en la ciudad, nos encontramos con la naturaleza, que no existe en nuestras urbes tecnificadas e industrializadas.
El desarrollo de esta faceta de relación humana es algo que, en cualquier campamento, hemos constatado. A partir de esta realidad podemos poner las bases para un futuro. Aunque ter¬mine el campamento, esta educación del encuentro con los demás perdurará y deberemos prolongarla en lo posible.
En la vida ordinaria usamos pocos medios de relación. Tal vez lo centramos solamente en la palabra. Durante el desarrollo del campamento se nos brindan otros medios distintos que vienen a enriquecer esta comunicación interpersonal: gesto, juego, for¬ma, color… Pensemos, por ejemplo, en la capacidad de relación que crea un fuego de campamento en el silencio y la soledad de un valle. Pensemos en un juego lleno de colorido, en el esfuerzo común para construir lo que durante unos días va a ser nuestra casa, etc.
Para quien oriente su vida por la fe es a través de y en todas estas relaciones con las personas y con las cosas donde puede encontrarse con Dios. Un Dios plenamente cristiano que se nos ha manifestado a través de signos sensibles y de personas y acontecimientos concretos, históricos y encarnados en la vida misma del hombre. El muchacho debe descubrir, ayudado por todos, lo que Dios le dice y le pide a través de la vida sencilla del campamento.
Partiendo de la base de la persona como ser en relación, todos los que acuden al campamento, bien sean monitores, bien muchachos, deben ir con la idea de que siempre queda algo por aprender, de que siempre hay lugares y momentos de encuentro mutuo que nos van haciendo madurar y evolucionar.
La misma estructura de un campamento, con sus múltiples situaciones imprevisibles y su constante dinamismo, debe ser aprovechada para desarrollar esta faceta de evolución y de constante adaptación que subyace en toda persona humana y que se ve en la vida ordinaria programada hasta el extremo, frustrada. El campamento es un lugar idóneo para educar a los muchachos e intentar que desarrollen sus capacidades de evolución y maduración continua.
Frente a una escuela de la que salirnos pensando que ya estamos formados y donde se nos da todo como terminado y concluido, el campamento se nos presenta como un trampolín donde se nos inicia y se hace experiencia de lo provisional, lo cambiable y no definitivo. Así se nos dan unos pistas válidas no para un momento concreto, sino para un continuo caminar y evolucionar de acuerdo con los acontecimientos, que nos salen al paso.
Cada persona de las que conviven y participan en un campa¬mento son únicas y originales. El muchacho tiene su personalidad propia y sus peculiaridades que le hacen distinto de los demás. Por tanto el respeto a la originalidad de cada persona y a sus manifestaciones deberá ser una de las bases en las que se centre la acción del campamento.
El trabajo en pequeño grupo favorecerá este respeto por la originalidad de cada miembro. Allí encontrará un clima apto para desarrollar su propia personalidad que en el gran grupo puede quedar diluida, si no eliminada o truncada.
Ya que en el ambiente de un campamento, no tenemos las ataduras de unos programas fijos, poseemos un mayor campo para que el muchacho desarrolle, cree, improvise y manifieste su propia originalidad.
Frente a esta creatividad, que hay que poner por encima de labores programadas de antemano, debe estar la figura del monitor, dispuesto a animar, a encausar, a dar pistas, pero nunca a impedir las iniciativas de los muchachos, que debe manifestarse libre y espontáneamente.
2. EL TRABAJO EDUCATIVO
a. Objetivos del campamento
En consonancia con las premisas anteriores, debemos con¬cretar unas ideas estables acerca de los objetivos que pretendemos conseguir en el campamento. Estos objetivos no serán otros sino la propia emotividad, expresión, descubrimiento de los otros y de sí mismo… etc. Pero estos objetivos deben, en todo momento, quedar abiertos a las necesidades concretas y peculiares de cada circunstancia, adaptados a la edad, a la situación social, a los intereses.
Algunos de estos objetivos amplios y generales podrían ser los que o continuación citamos:
Encuentro con los demás
Él muchacho debe conseguir el encuentro con los demás. De esta forma será capaz de aceptar al otro como distinto, con origi¬nalidad propia.
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