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Perdida Auditiva


Enviado por   •  9 de Octubre de 2013  •  11.713 Palabras (47 Páginas)  •  334 Visitas

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INTRODUCCION

Aunque trabajar hace parte de la vida de millones de colombianos, las enfermedades que el ambiente laboral acarrea van en aumento. Y es que permanecer sentado más de ocho horas y estar muchas veces bajo condiciones laborales difíciles, hacen que cada día sean muchos los trabajadores que deben incapacitarse, operarse e incluso retirarse de sus trabajos

La exposición al ruido es una de las causas más comunes de enfermedad laboral en el mundo y la tercera más común en Colombia, que llega a la hipoacusia neurosensorial o sordera inducida por ruido en los casos más extremos. La Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de la pérdida auditiva secundaria a una exposición laboral a ruido a largo plazo, por encima de los 85 decibeles. Un indicio de que la enfermedad está presente es un descenso de 15 decibeles en alguna de las frecuencias de una audiometría tonal (examen diagnóstico de audición).

Es necesario considerar dos tipos de sordera, la crónica, la más común en el entorno laboral y con mayores posibilidades de prevenirse; y la aguda, menos frecuente en ambientes de trabajo y muchas veces irreversible. Mientras que en la pérdida auditiva crónica se pueden detectar factores de riesgo y controlarlos, en la aguda se presentan situaciones inesperadas o accidentes (por ejemplo explosiones), que pueden llegar a romper el tímpano para pérdidas irreparables.

La sordera tiene una parte estructural, en la que la cadena de huesecillos del oído, por estar tan expuesta, se endurece o vuelve esclerótica, y una parte sensorial, en la cual, debido al mismo motivo, el nervio auditivo empieza a endurecerse y pierde la capacidad de transmitir estímulos al cerebro (que es el que finalmente “oye”).

JUSTIFICACION

En el siguiente trabajo se intenta dejar claro que los efectos de la mayoría de los tipos de ruido sobre la audición son perfectamente conocidos. Hace ya unos 30 años que se elaboraron criterios relativos a los efectos del ruido continuo, variable e intermitente, que en lo esencial permanecen inalterados. En cambio, la situación no es la misma para el ruido de impulso. Para una misma energía sonora y a niveles relativamente bajos, el ruido de impulso parece no ser más perjudicial —y quizá lo sea menos— que el ruido continuo. Pero a niveles altos parece ser más perjudicial, sobre todo si se sobrepasa un nivel crítico (o, dicho más propiamente, una exposición crítica).

Es necesario continuar investigando para definir con más exactitud la forma de la curva de daño/riesgo.

Otro punto que es necesario aclarar es el referente al efecto perjudicial del ruido, tanto para la audición como para la salud en general, combinado con otros agentes. Aunque los efectos combinados del ruido y de los fármacos ototóxicos se conocen bastante bien, crece la preocupación por la combinación del ruido con los productos químicos industriales. Los disolventes y otros agentes parecen aumentar su carácter neurotóxico cuando la exposición a ellos se combina con altos niveles de ruido.

Los trabajadores expuestos al ruido en el sector de fabricación y en las fuerzas armadas reciben en todo el mundo la mayor atención. En cambio, son muchos los trabajadores de la minería, la construcción, la agricultura y el transporte que están también expuestos a niveles peligrosos de ruido.

Hay que evaluar las necesidades singulares asociadas a estos puestos de trabajo y que extender a ellas las medidas de control del ruido y otros aspectos de los programas de conservación de la audición. Por desgracia, facilitando estos programas a los trabajadores expuestos al ruido no se garantiza la prevención de la pérdida auditiva ni de sus otros efectos perjudiciales. Aunque existen métodos normalizados de evaluación de la eficacia de dichos programas, pueden ser muy complicados y no se utilizan mucho. Es preciso elaborar métodos de evaluación sencillos al alcance de empresas grandes o pequeñas, o que dispongan de recursos mínimos.

Como ya se ha mencionado, aunque existe la tecnología necesaria para eliminar la mayoría de los problemas de ruido, se observan grandes lagunas en su aplicación. Es necesario desarrollar métodos para suministrar información sobre cualesquiera soluciones de control del ruido a todos los que la necesiten. Es preciso informatizar los datos sobre control del ruido y ponerlos a disposición no sólo de los usuarios de los países en desarrollo, sino también de las naciones industrializadas.

PERDIDA AUDITIVA POR EFECTOS LABORALES

Científicos, expertos y numerosos organismos oficiales como la Organización mundial de la salud (OMS), la Comunidad Económica Europea (CEE), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), etc., han declarado de forma unánime que el ruido tiene efectos muy perjudiciales para la salud. Estos perjuicios varían desde trastornos puramente fisiológicos, como la pérdida progresiva de audición, hasta los psicológicos, al producir una irritación y un cansancio que provocan disfunciones en la vida cotidiana, tanto en el rendimiento laboral como en la relación con los demás.

El reconocimiento del ruido como un peligro para la salud es reciente y sus efectos han pasado a ser considerados un problema sanitario cada vez más importante. Más de la mitad de los ciudadanos europeos viven en alrededores ruidosos; un tercio soportan niveles de ruido nocturnos que perturban el sueño; en EEUU, en 1990, cerca de 30 millones de personas fueron expuestas diariamente a un nivel del ruido profesional diario por encima de 85 dB, mientras que en Alemania y otros países desarrollados lo estaban el 12-15% de las personas empleadas.

La exposición prolongada al ruido, ya sea en la vida cotidiana o en el puesto de trabajo, puede causar problemas médicos, como hipertensión y enfermedades cardíacas. El ruido puede afectar adversamente a la lectura, la atención, la resolución de problemas y la memoria. Los fallos en el desempeño de la actividad laboral pueden producir accidentes. El ruido con niveles por encima de 80 dB puede aumentar el comportamiento agresivo. Además parece haber una conexión entre el ruido comunitario y ciertos problemas mentales, debido a la demanda de tranquilizantes y somníferos, la incidencia de síntomas psiquiátricos y el número de admisiones a hospitales psiquiátricos. El ruido puede causar otros muchos problemas, pero la principal consecuencia social es el deterioro de la audición, que produce incapacidad de entender una conversación en condiciones normales y que está considerado una desventaja social severa.

No hay una definición exacta para el ruido, pero se admite que se trata de un sonido que provoca una sensación desagradable en quien lo escucha.

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