Políticas Culturales Y Textualidad De La Cultura:
Enviado por edgarfr • 3 de Octubre de 2013 • 1.953 Palabras (8 Páginas) • 253 Visitas
vlas políticas, prácticas, rituales y objetos que hemos acordado llamar como culturales forman parte de grandes regímenes discursivos que no sólo los hacen posibles, sino también determinan su circulación, el valor que les asignamos y las prácticas sociales que los rodean: formas de acceder a ellos, de hablar de ellos, de distribuirlos.
Hablar de políticas culturales, entonces, significa develar las discursividad de los textos culturales mostrando su condición histórica, su genealogía y las maneras como configuran los modos en que nos entendemos a nosotros mismos y nos relacionamos con los otros, es decir como dan forma a nuestra subjetividad.Queremos entender las retóricas de la cultura como regímenes de representación que moldean nuestra concepción de la realidad y nuestras acciones sociales, y cuya condición de verdad no reposa en que nuestras acciones se correspondan con dichos modelos, sino en las formas en que movilizan modos posibles de experiencia social.
De esta forma, entender la retórica y los textos culturales como representación no busca entenderlos como imágenes que re-presentan (mal o bien) un mundo del afuera, sino que esos mundos posibles emergen a partir de ella y se materializan en prácticas sociales. Digamos, de manera provisional. Si política cultural es entonces el conjunto de intervenciones “culturales” que llevan a cabo los grupos sociales, en el marco de circuitos atravesados por conflictos sociales y políticos, García Canclini continua su análisis mostrando como en el universo social conviven en conflicto permanente paradigmas de acción cultural que expresan nociones de cultura y de su articulación con la política y la vida social.
Hoy por hoy, el territorio cultural se dibuja a partir de tendencias que van desde el mecenazgo, pasando por el patrimonialismo, la privatización neoconservadora, la democratización cultural, hasta la democracia participativa. Para unos la acción cultural se funda en el apoyo privado a la estética elitista de las bellas artes con el ánimo de contribuir al “desarrollo espiritual” de la sociedad. Si políticas culturales no es lo que hacen los Estados o las instancias con el ánimo de orientar los procesos culturales, sino, como ya lo hemos señalado, las intervenciones que llevan a cabo todos y cada uno de los agentes culturales.La tesis del pluralismo nos presenta la cultura como un espacio interdisciplinario donde confluyen miradas y prácticas diversas con el ánimo de dar solidez al espacio social.
Para hacer un análisis crítico acerca del carácter interdisciplinario del pluralismo, o de cómo el pluralismo entiende la interdisciplinariedad, examinaré el proyecto académico político de los Estudios Culturales para esbozar una analítica de la interdisciplinariedad basado, entre otros, en la ley del suplemento derridiana. La crítica de los Estudios Culturales a la modernidad se hace no desde una posición que reclama una mirada “justa” sobre las “otras” culturas, o busca un espacio estable y “participativo” en los circuitos de producción del saber cultural.
Más bien, partiendo de la inevitabilidad de una subjetividad contemporánea fuera de los discursos culturales y las prácticas coloniales, los Estudios Culturales se ubican críticamente frente a la política de producción de saber y exploran estrategias subalternas y suplementarias que suspenden la genealogía de la cultura y sus saberes. Esta estrategia suplementaria de los Estudios Culturales puede proveer elementos para el análisis de la interdisciplinariedad de la cultura como una instancia crítica a las nociones liberales de pluralismo cultural. Los Estudios Culturales examinan tanto la relación entre las disciplinas tradicionales de análisis cultural como las disciplinas mismas.
Esta perspectiva interdisciplinaria no se trata de la suma de los saberes de las disciplinas sociales, tampoco de su utilización práctica bajo una mirada objetivista que deja intacta su pretensión de verdad. Se trata más bien de una estrategia que se plantea
La colonización territorial propia de la modernidad ha dado paso a nuevas estrategias desterritorializadas de colonización que, aunque no pueden ocurrir sino en localidades concretas, despliegan formas disciplinarias cada vez más sofisticadas. En suma, la globalización actual da paso a formas desterritorializadas de experiencia cultural y produce formas de relación colonial que superan los imperios modernos nacionales.
Lo anterior no quiere decir que no exista una economía política de la globalización, pues no debemos olvidar que lo que se globaliza es solo una economía y una cultura: la anglosajona. La globalización no es un espacio neutro donde todos apuestan y compiten libremente por hacerse hegemónicos. Por una parte, la globalización se estratifica convirtiéndose en un espacio de lucha donde tiene lugar la confrontación de intereses económicos, políticos y sociales y donde unos grupos se favorecen más que otros. Por otra parte, las estrategias disciplinarias del saber y de las prácticas de la cultura provocan transformaciones sustanciales de nuestra subjetividad, que hacen que la globalización funcione no como una fuerza ajena que se nos impone, sino como una estrategia que nos “educa” en un régimen de verdad incuestionable donde parece cada vez más difícil pensar en otras formas discursivas y experiencias culturales alternativas.
Debemos reconocer que todos los sistemas culturales se construyen mediante procesos continuos de traducción cultural, de pérdida de contenidos originales y que por lo tanto son insostenibles los reclamos por una pureza cultural.
Para reclamar su carácter universal, la modernidad debe diseminarse en nuevos espacios y tiempos culturales, lo cual, a su vez, amenaza su pretensión de ser una cultura universal, única, pues sus contenidos son traducidos, apropiados y re-historizados.
Frente a las tesis de diversidad cultural, Bhabha opone la práctica de la diferencia cultural, es decir, propone un tercer espacio o proceso ambivalente de afirmaciones y negaciones culturales donde ninguna práctica cultural puede reclamar para sí misma una supremacía cultural.
Cultura y Desarrollo
Aunque no son claras las dimensiones en las que se plantea el tema del desarrollo en la retórica de las políticas culturales, en algunos casos se asocia a procesos de participación política, a planes de desarrollo social y a
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