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Posición depresiva, melanina klein.


Enviado por   •  29 de Junio de 2016  •  Apuntes  •  1.776 Palabras (8 Páginas)  •  434 Visitas

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Capitulo III: La posición depresiva

Manejo exitoso de ansiedad de los primeros meses de desarrollo lleva al bebe a organizar gradualmente su universo.

El bebe se encuentra ante dos objetos: un objeto ideal y un objeto malo. Ama al objeto ideal tarta de adueñarse de él, de conservarlo e identificarse con él, mientras que en el objeto malo ha proyectado sus impulsos agresivos y resulta amenazador para si mismo y para su objeto ideal.

Desarrollo en condiciones favorables: bebe siente cada vez más que su objeto ideal y sus propios impulsos libidinales son más fuertes que el objeto malo y sus propios impulsos malos.

Se identifica más con su objeto ideal; crecimiento y desarrollo fisiológico de su yo; yo fortificado y capacitado para defenderse a sí mismo y al objeto ideal.

Sus propios impulsos malos le asustan menos y con menos tendencia a proyectarlos afuera. Como consecuencia, disminuye también el poder atribuido al objeto malo, mientras que el yo se fortifica, pues la proyección lo empobrece menos.

Tolera mejor el instinto de muerte dentro de sí y decrecen sus temores paranoides. Disminuyen la escisión y la proyección y gradualmente puede predominar el impulso a la integración del yo y del objeto.

Desde principio, tenencia a la integración y a la escisión. El bebe pasa por momentos de integración más o menos completa. Procesos integradores se hacen más estables y continuos surge una nueva fase de desarrollo: POSICION DEPRESIVA.

Melanie Klein y la posición depresiva: “fase del desarrollo en que el bebe reconoce un objeto total y se relaciona con dicho objeto”. Momento crucial del desarrollo infantil: todos a su alrededor lo notan distinto y comentan que ahora sí reconoce a su madre (la percibe como objeto total).

Ya no se tratan de relaciones de objeto parcial y relaciones de objeto disociado: el bebe no solo se relación con el pecho, manos rostro, etc. de la madre como objetos diferentes, sino con la madre como persona total que puede ser buena y mala, presente y ausente, amar y odiar al mismo tiempo.

Se percata que las experiencia buenas y malas no provienen de un pecho o madre buena y de un pecho o madre mala; sino de la misma madre.

El reconocimiento de la madre implica nuevas experiencias para el bebe: implica reconocerla como individuo con vida propia y con sus propias relaciones con otras personas. También cuan dependiente es de ella.

Cambio fundamental en el yo: El yo se convierte en un yo total, que se escinde cada vez menos en sus componentes buenos y malos.

La integración del yo y del objeto continúan simultáneamente. El objeto malo y el bueno se aproximan el uno al otro; la introyección de un objeto cada vez más total estimula la integración también del yo.

Estos cambios psicológicos estimulan la maduración fisiológica del yo: maduración del sist. Nervioso central permite mejor organización de percepciones y desarrollo y organización de la memoria ( al percibir a la madre como objeto total, puede recordarla y recordar gratificaciones anteriores en momentos en que la madre parece frustrarlo y viceversa ).

Conflicto vinculados con su propia ambivalencia: este cambio en la integración yoica y del objetal trae consigo un cambio de ansiedades centrados sobre otro punto. En la posición depresiva las ansiedades brotan de la ambivalencia, y el motivo principal de la ansiedad del bebe es que sus propios impulsos destructivos hayan destruido o lleguen a destruir al objeto amado de quien depende totalmente.

En esta fase se intensifica más la introyección a causa de la disminución de los mecanismos proyectivos y también porque el bebe percibe a los objetos como una persona independiente que puede alejarse de él (aumenta su necesidad de poseerlo y guardarlo para sí, además de protegerlo con su propia destructividad).

La posición depresiva inicia en la fase oral, en donde el amor y la necesidad provocan el deseo de devorar. La omnipotencia de los mecanismo de introyección oral hace surgir la ansiedad ante la perspectiva de que los poderosos impulsos destructivos destruyan no solo al objetó bueno externo, sino también al objeto bueno introyectado.

Como el objeto bueno interno forma el núcleo del yo y del mundo interno del bebe, surge en el bebe la ansiedad de poder ser él mismo el autor de la completa destrucción de su mundo interno.

Está expuesto a nuevos sentimientos pocos conocidos durante la posición esquizo-paranoide: el duelo y la nostalgia (por el objeto bueno al que se siente perdido y destruido), y la culpa (resentimiento por perder el objeto nuevo por su destructividad).

Esta ambivalencia puede sobrevenirle la desesperación depresiva: recuerda que ha amado, y en realidad ama aun a su madre, pero siente que la devoro o destruyo y ya no puede recurrir a ella en el mundo exterior (además la destruyo como objeto interno: identificado con este objeto).

Sufre también por su madre, pues está tratando de identificarse constantemente con ella al introyectarla.

Se siente perseguido, como causa de que la cúspide de los sentimientos depresivos reaparece cierta regresión. Por el cual hay una proyección nuevamente  de sentimientos malos y se los identifica con perseguidores internos, y en parte se siente como perseguidor al objeto bueno hecho pedazos que provoca tan intensos sentimientos de perdida y culpa.

La experiencia de depresión moviliza en el bebe el deseo de reparar a su objeto u objetos destruidos. Compensar el daño que causo con sus fantasías omnipotentes., recuperar sus objetos de amor perdidos y devolverles la vida y la integridad. Cree que la destrucción de su objeto se debe a sus propios ataques destructivo, cree también que su propio amor y cuidados podrán deshacerlos efectos de su agresión.

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