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Principios lógicos


Enviado por   •  28 de Mayo de 2012  •  11.482 Palabras (46 Páginas)  •  921 Visitas

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LOS PRIMEROS PRINCIPIOS Y SU VALOR ONTOLÓGICO

1. Sentido y noción de principio

El término “principio” hace referencia a lo que es fundamento, origen y comienzo tanto del pensamiento (aspecto epistemológico y lógico) como del aparecer de las cosas (aspecto ontológico). Esta duplicidad de aspectos del principio surge desde el primer momento en que empieza la filosofía: arkhé (GDPZ), principio o comienzo entre los presocráticos, es el elemento material (orden ontológico) del que surge y al que se reduce la naturaleza, y que ha de ser conocido (orden epistemológico) como realidad última para poder explicarla; Platón atribuye a la idea del Bien la doble cualidad de ser causa y origen del mundo inteligible y paradigma del mundo visible; Aristóteles distingue entre los primeros principios del conocimiento, principios del cambio y primeros principios y las primeras causas de todas las cosas; los primeros son lógicos, los segundos gnoseológicos y los terceros metafísicos u ontológicos. Kant denominará a la pregunta por el principio «búsqueda de lo incondicionado», legítima en el orden del pensamiento, por lo que puede ser buscado y pensado como principio explicativo, pero ilegítima en el orden de lo existente, porque nunca puede ser hallado o conocido, al estar más allá de toda experiencia posible.

Los principios lógicos reciben el nombre de leyes generales del pensamiento y se consideran como tales los principios de identidad, no-contradicción y tercero excluso, así como los axiomas y definiciones, las leyes de la lógica y las premisas de los razonamientos. Los principios que se refieren a la realidad los describen las ciencias, con la denominación adecuada de leyes de la naturaleza; sin embargo, la afirmación de que todo fenómeno obedece a leyes (causales o no) es un principio de orden metafísico. En ética o moral a los principios se los llama normas.

Se traduce con frecuencia el término griego GDPZ por “principio”. A la vez se dice que en el supuesto de que algunos presocráticos hubiesen usado dicho término para describir el carácter del elemento al cual se reducen todos los demás, tal elemento sería, en cuanto realidad fundamental, “el principio de todas las cosas”. En este caso, GDPZo “principio” sería “aquello de lo cual derivan todas las demás cosas”. “Principio” sería, pues, básicamente, “principio de realidad”.

Pero en vez de mostrar una realidad y decir de ella que es el principio de todas las cosas, se puede proponer una razón por la cual todas las cosas son lo que son. Entonces el principio no es el nombre de ninguna realidad, sino que describe el carácter de una cierta proposición: la proposición que “da razón de”.

Con ello tenemos dos modos de entender el “principio”. El principio como realidad es principium essendi o principio del ser. El principio como razón es principium cognoscendi o principio del conocer. Si damos primacía al principium essendi sobre el principium cognoscendi tenemos un pensamiento fundamentalmente “realista”, según el cual el principio del conocimiento sigue fielmente al principio de la realidad; si se da el primado al principium cognoscendi sobre el principium essendi, tenemos un pensamiento filosófico de “idealista”, según el cual los principios del conocimiento de la realidad determinan la realidad en cuanto conocida, o cognoscible.

Las expresiones principium cognoscendi y principium essendi proceden de los escolásticos. Aristóteles había ya dado varias significaciones de “principio”: punto de partida del movimiento de una cosa; el mejor punto de partida; el elemento primero e inmanente de la generación; la causa primitiva y no inmanente de la generación; premisa, etc. Los escolásticos hablaron de “principio ejemplar”, “principio consustancial”, “principio formal”, etc. Al mismo tiempo, Aristóteles y los escolásticos trataron de ver si había algo característico de todo principio como principio. Según Aristóteles, «el carácter común de todos los principios es el ser la fuente de donde derivan el ser, o la generación, o el conocimiento” (Metafísica, 1013 a 16-18). Para muchos escolásticos, “principio es aquello de donde algo procede”, pudiendo tal “algo” pertenecer a la realidad, al movimiento, o al conocimiento. Ahora bien, aunque un principio es un “punto de partida”, no parece que todo “punto de partida” pueda ser un principio. Por este motivo se ha tendido a reservar el nombre de “principio” a un “punto de partida” que no sea reducible a otros puntos de partida, cuando menos a otros puntos de partida de la misma especie o pertenecientes al mismo orden. Así, si una ciencia determinada tiene uno o varios principios, éstos serán tales sólo en cuanto no haya otros a los cuales puedan reducirse. En cambio, puede admitirse que los principios de una determinada ciencia, aunque “puntos de partida” de tal ciencia, son a su vez dependientes de ciertos principios superiores y, en último término, de los llamados “primeros principios”, es decir, “axiomas” o dignitates. Si nos limitamos a los principia cognoscendi, podremos dividirlos en dos clases: los “principios comunes a todas las ciencias del saber” y los “principios propios” de cada clase de saber.

En lo que toca a la naturaleza de los principios, y suponiendo que éstos siguen siendo principia cognoscendi, se puede preguntar si se trata de “principios lógicos” o de “principios ontológicos” (entendiendo estos últimos no como realidades, sino como principios relativos a realidades). Algunos autores manifiestan que sólo los principios lógicos (principios como el de identidad, no-contradicción y tercio excluso) merecen llamarse verdaderamente “principios”, pero en este caso no parecen ser principios de conocimiento, sino principios del lenguaje mediante el que se expresa el conocimiento. Otros autores indican que los principios lógicos son, en el fondo, principios ontológicos, ya que los principios lógicos no regirían de no estar de alguna manera fundados en la realidad. En cuanto a la relación entre principios primeros y los “principios propios” de una ciencia, puede tratarse de una relación asimismo fundada en la naturaleza de las realidades consideradas. Además, mientras algunos autores estiman que los principios de cada ciencia son irreductibles a los principios de cualquier otra ciencia, no habiendo más relación entre conjuntos de principios que el estar todos sometidos a “principios lógicos”, otros autores indican que pueden ser irreductibles de hecho, pero que no necesitan serlo en principio. Justamente, la diferencia entre la tradición aristotélica y el cartesianismo en este respecto consistió en que mientras la primera defendía la doctrina de la pluralidad de los principios, Descartes trató de encontrar

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