Problemas De Productividad
Enviado por ladysergio • 3 de Octubre de 2013 • 2.333 Palabras (10 Páginas) • 567 Visitas
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Durante los últimos años y especialmente durante el año que estamos terminando, el tema de la Responsabilidad Social Empresarial ha sido el elemento central de múltiples escenarios.
Empresarios privados, gobierno, academia y otros actores de la sociedad, se han dado a la tarea de presentar sus avances y resultados sobre esta materia además de aportar importantes conceptos y discusiones sobre lo que es, debería ser y definitivamente no es Responsabilidad Social Empresarial.
Pero, más allá de ser el tema de moda, o por lo menos el de mayor reconocimiento durante estos meses, es importante verificar que en Colombia ya existe la preocupación de las empresas, especialmente las de capital, por actuar de forma responsable frente a la sociedad, logrando el cumplimiento de metas económicas en un contexto de desarrollo integral, es decir, un desarrollo conjunto entre hombre y empresa.
Hoy, contrario a lo que sucedía en décadas pasadas, podemos observar ciertas acciones de las empresas lucrativas encaminadas a generar bienestar a distintos grupos poblacionales mediante auxilios económicos, campañas educativas, donaciones para salud o recreación, todas estas acciones promocionadas como efectos de una política de actuar y repercutir de una forma responsable en la sociedad. Sea cual fuere el propósito de estas acciones, están surtiendo resultados interesantes en la comunidad y de alguna manera han logrado mitigar impactos dañinos o políticas desfavorables, pero finalmente, en la mayoría de casos, estas acciones apenas llegan a algunos sectores, durante tiempos definidos y recursos limitados.
Contrario a ello, si revisamos el deber ser de las organizaciones solidarias, podemos precisar sin duda alguna que la responsabilidad social no es un elemento nuevo en el accionar permanente de estas formas empresariales. Es esta responsabilidad la característica implícita, permanente y legitima que le permite a las cooperativas, fondos de empleados, asociaciones mutuales y demás formas de economía solidaria, generar permanentemente bienestar para sus asociados en un equilibrio constante entre sus funciones económica y social.
Todo el ejercicio que realiza una organización solidaria es responsabilidad social empresarial. Esta es la esencia de nuestras empresas solidarias, este es un valor legítimo e implícito que requiere del reconocimiento de todos los actores involucrados en la empresa. Asociados, directivos, gerentes y empleados deben saber que la gestión solidaria está al servicio de la sociedad y por lo tanto deben velar por el desarrollo integral de la organización en todas sus dimensiones y en todas sus relaciones.
De esta forma, es que la responsabilidad social es el punto de partida y desarrollo de todas las empresas solidarias y no el punto final, como sucede en otras formas empresariales. Por ello también, este tema no debe ser la gran novedad en el sector, sino más bien, un tema que conduzca a la reflexión del papel de cada organización solidaria en el desarrollo de su grupo de asociados y en consecuencia, el impacto de este desarrollo en sus familias, sus empresas y generalizando, en toda la sociedad. “La responsabilidad social es el punto de partida y desarrollo de todas las empresas solidarias y no el punto final, como sucede en otras formas empresariales.”
Hoy, después de haber finalizado un año más de gestión en el que seguramente obtuvimos buenos resultados económicos, vale la pena evaluar la capacidad de cada una de nuestras empresas en la generación de acciones responsables y comprometidas con la sociedad.
Muchos estamos elaborando los nuevos presupuestos y otros estamos pensando en ampliar nuestro Plan Estratégico de Desarrollo a un horizonte de dos o tres años más.
En estos momentos es cuando debemos ser conscientes que nuestra planeación estratégica, nuestros presupuestos y nuestras metas cercanas o lejanas, debe contener elementos propios de responsabilidad social empresarial.
“Es hora de actuar, evaluar, revisar y proponer. Es el momento de aceptar el reto de pertenecer a una organización social y económicamente rentable.
Es ahora cuando debemos planear estrategias donde el ser socialmente responsable sea el elemento central de nuestra gestión.”
Este es el momento de evaluar nuestra coherencia con respecto al manejo que le damos a nuestras cooperativas, nuestros fondos de empleados o cualquiera de las formas solidarias de la que seamos dueños y usuarios.
Este es el momento de pensar si realmente estamos siendo socialmente responsables cuando planeamos un nuevo servicio, cuando lo ajustamos para que llegue al asociado, cuando realizamos una actividad de educación o cuando planeamos una actividad cultural o recreativa.
Este es el momento de preguntarnos por qué en cada empresa solidaria existe un porcentaje de asociados que aún desconoce su condición de dueño y usuario y se limita a ser un simple “cliente”; es ahora cuando debemos preguntarnos por qué nuestros asociados prefieren retirarse de la cooperativa o del fondo y vender su cartera a un banco que seguramente le cobra una tasa de interés más alta deteriorando progresivamente su capacidad de pago y como consecuencia última su calidad de vida.
Muchos actores han hablado de esta responsabilidad y muchos de nosotros hemos participado en el debate. Es hora de actuar, evaluar, revisar y proponer. Es el momento de aceptar el reto de pertenecer a una organización social y económicamente rentable. Es ahora cuando debemos planear estrategias donde el ser socialmente responsable sea el elemento central de nuestra gestión.
Empresas Socialmente Responsables.
Las empresas socialmente responsables incluyendo las consideradas empresas del sector solidario son organizaciones competitivas en términos económicos, que intentan cumplir de manera excelente, sus cometidos para continuar siéndolo y asegurar su supervivencia.
Para el efecto, deben dar también respuesta satisfactoria a los siguientes seis requisitos:
• Ofrecer productos y servicios que respondan a necesidades de sus usuarios, contribuyendo al bienestar social.
• Tener un comportamiento que vaya más allá del cumplimiento de los mínimos reglamentarios, optimizando en forma y contenido la aplicación de todo lo que le es
exigible.
• La ética ha de impregnar todas las decisiones de directivos y personal con mando, y formar parte consustancial de la cultura de empresa.
• Las relaciones con los asociados y trabajadores han de ser prioritarias, asegurando unas condiciones
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